Fuente: Reporte Asia.

La posible adhesión de Argentina al BRICS se viene poniendo sobre la mesa desde hace más de una década, pero nunca hubo ningún intento serio hasta ahora. La invitación de Xi Jinping para Alberto Fernández de participar en la próxima cumbre a realizarse este viernes de forma virtual con China como anfitrión, renueva el debate respecto de esta posibilidad, que sigue pareciendo remota.

Ni siquiera durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, con su socio político Lula comandando a Brasil, hubo movimientos claros en ese sentido. Tampoco de parte de Xi ni de Vladimir Putin, con quienes también Fernández de Kirchner solía tener cercanas relaciones políticas e ideológicas.

Tras la visita del actual Presidente Alberto Fernández a Rusia (previa a la invasión a Ucrania) y a China (en contexto de los Juegos Olímpicos de Invierno) a principios de año y del Canciller Santiago Cafiero a la India, se ha reflotado esta idea desde el gobierno argentino, que ha cosechado algunos apoyos lejanos entre los miembros del BRICS.

No es claro cuán posible sería una incorporación formal y qué sentido tendría en el actual contexto global con Rusia invadiendo activamente a Ucrania, lo cierto es que Cafiero participó de la reunión virtual de Cancilleres del BRICS y Fernández fue invitado a la próxima cumbre a realizarse mañana. No es la primera participación de un mandatario argentino en una reunión del BRICS: Mauricio Macri había estado presente en Sudáfrica hace 4 años y Cristina Fernández en Fortaleza, Brasil, hace 8 años, tras una invitación de Putin.

“Más allá de la invitación que recibió la Argentina de China, no veo factible la incorporación como miembro pleno del BRICS, porque rompería el espíritu fundacional del bloque de tener como representantes a los países emergentes más importantes de cada continente”, dice el Director del Observatorio Sino-Argentino, Patricio Giusto.

El actual gobierno argentino ha tenido una política exterior errática que no deja clara su posición en varios aspectos geopolíticos, por eso es relevante revisar el estado de las relaciones con los países del BRICS y reflexionar sobre el sentido de tal posible incorporación al bloque.

Las relaciones entre Argentina y China

China es hoy el principal socio comercial de Argentina fuera de Sudamérica. Desde la llegada al poder de Néstor Kirchner, China tomó una relevancia inusitada en las relaciones comerciales para lo que marcaba la historia reciente del país sudamericano. En 2004, durante la visita de Hu Jintao a Buenos Aires, ambos mandatarios firmaron una asociación estratégica que luego se fue ampliando con los inicios del primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner e incluso se mantuvo con la llegada del opositor Mauricio Macri a la presidencia, con la exportación de commodities y la obra pública como ejes centrales.

A pesar de los multimillonarios anuncios de inversiones y varios proyectos fallidos, las empresas estatales chinas en Argentina han realizado pocas obras públicas a través de préstamos gobierno a gobierno con garantías soberanas: la renovación del Ferrocarril Belgrano Cargas y el Parque Solar Caucharí son tal vez los proyectos más exitosos, además de algunas inversiones especialmente en sectores como minería y energía renovable.

En cuanto al BRICS, ha habido comentarios de funcionarios de Cancillería china en 2014 respecto de una posible incorporación Argentina, pero no más que eso. La actual invitación de Xi Jinping a Alberto Fernández puede ser vista como una devolución de gentilezas por haber asistido a la inauguración de los JJOO, donde, además, el Presidente argentino selló la adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Sin embargo, ha habido algunos cortocircuitos en la relación que pone una alarma respecto de esta posible inclusión Argentina en el BRICS y la posible conformación del bloque como BRICSA.

De hecho, en un discurso realizado en la Conferencia Central de Trabajo Económico de diciembre de 2021, Xi Jinping analiza negativamente ciertas políticas sociales que encajan en el modelo que ha tomado el gobierno argentino: “en el pasado, algunos países de América Latina se dedicaron al populismo, y el asistencialismo en estos países ha suscitado un grupo de «perezosos» con ingresos no ganados”. Y sigue el mandatario chino: “ el «asistencialismo» que excede la propia capacidad es insostenible, e inevitablemente traerá graves problemas económicos y políticos”. ¿Buscará el gobierno chino profundizar las relaciones económicas con un país al que considera de esa forma? ¿Primará la necesidad de materias primas y minerales que tiene el gigante asiático?

Como si esto fuera poco, hace algunas semanas en un viaje oficial a Europa, Alberto Fernández en la cadena alemana DW se declaró “un argentino europeísta” e indicó que: “China es una gran potencia pero no tiene lazos culturales fuertes con América Latina, no tiene historia con América Latina”. No es una señal positiva para una relación que Argentina, se supone, busca consolidar y profundizar.

Brasil y Argentina, vecinos y socios, pero no amigos

Tras la salida de Lula, y el viraje ideológico que conllevó, las relaciones entre Brasil y la Argentina (bajo el mando del peronismo) no han sido las mejores. Jair Bolsonaro y Alberto Fernández parecen opuestos, por estilo, por pensamiento y por decisiones.

No es un dato menor que Argentina y Brasil sean competidores en exportaciones de ciertos productos, especialmente de soja, carne y otros commodities. La presencia de Argentina en el BRICS podría menoscabar la posición de Brasil, al agregarse no solamente a otro país del mismo continente, que es parte del mismo bloque como lo es el Mercosur, sino también a un competidor comercial en los principales mercados agroindustriales, China e India entre ellos.

Justamente, una de las grandes disputas vigentes entre Argentina y Brasil es respecto de la apertura y flexibilización o no del Mercosur (donde Uruguay tiene una posición muy clara que no es correspondida en su totalidad por ninguno de los dos grandes del bloque), a pesar de que hayan llegado a un acuerdo sobre el arancel externo común (AEC) de la unión aduanera.

Tal vez por estas cuestiones, quien se pronunció en favor de la inclusión de Argentina es Paulo Guedes, actual Ministro de Economía de Brasil. Claro que Guedes no se refería al BRICS per se, sino al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), la institución financiera del bloque que tiene sede en China, y del que ya forma parte, por ejemplo, Uruguay.

“La propuesta realizada por Brasil para que Argentina ingrese al NDB constituye una nueva vía de financiamiento para el desarrollo de infraestructura y abre una ventana de oportunidad para obtener financiamiento para obras que aumenten la capacidad exportadora, principalmente en materia energética, en un contexto global adverso para el acceso al crédito”, nos dice Sergio Skobalski, Doctor en Relaciones Internacionales y experto en conocimiento estratégico de los asuntos globales.

India se abre como una nueva oportunidad para Argentina

El Canciller de la República Argentina, Santiago Cafiero, fue recibido en su última gira por la India por el Primer Ministro Narendra Modi y su par Subrahmanyam Jaishankar.

Cafiero también participó del Diálogo de Raisina, donde Jaishankar destacó el crecimiento de los negocios con América Latina y con Argentina en particular, dando como ejemplo las importaciones de aceite de soja.

India es el cuarto socio comercial de Argentina y el cuarto destino de las exportaciones nacionales. Desde ciertos sectores agroindustriales argentinos se viene marcando la importancia de diversificar los mercados y no depender de China para una gran porción de las exportaciones: por la remota pero posible alineación de Xi con Putin que puede afectar al comercio y por la reprimarización que implica el comerciar con China, que no es tan marcada con países como India o Vietnam.

No es menor que el ministro de Asuntos Exteriores de la India destaque las importaciones de aceite de soja desde Argentina, siendo China el principal comprador de porotos de soja a nivel mundial. Tanto India como China requieren de productos que Argentina exporta, al igual que Brasil, pero ¿hay espacio para esta competencia comercial dentro del BRICS?

A su vez, también es importante analizar para ambos países el foco de su asociación estratégica en este mundo multipolar y en el marco de las relaciones de Argentina con China.

Como dice el especialista en las relaciones entre India y América Latina y Global Fellow en el Woodrow Wilson Center, Hari Seshasayee: “En términos de inversión global, comercio o préstamos, la presencia de China en América Latina está muy por delante de la de India”.

Pero la relación Argentina-India está en crecimiento y las recientes medidas del gobierno de Modi, de eliminar aranceles de importación para aceites, pueden beneficiar y hacer crecer este vínculo bilateral.

Seshasayee no ve muy claro el camino que va tomar BRICS: “dentro del grupo hay dos países, India y China, que tienen actualmente un conflicto fronterizo sin resolver”. Y afirma: “La posición de Rusia se ha vuelto mucho más compleja por la guerra en Ucrania. No sé qué medidas podrían adoptar los BRICS durante estas tensiones geopolíticas, y si podrían llegar a un acuerdo entre todos los integrantes. Si Argentina está realmente interesada en unirse a los BRICS, tal vez sea mejor que esperen para un mejor momento”.

La realidad es que los funcionarios indios no se han pronunciado claramente respecto de la posibilidad de la adhesión de Argentina, y, como nos recuerda Skobalski: “la incorporación formal de Argentina a los BRICS requiere de un consenso pleno de todos los miembros además de un proceso administrativo y diplomático complejo”.

Rusia y la incógnita respecto del BRICS

La relación de los distintos gobiernos argentinos con Vladimir Putin ha sido bastante cercana desde hace una década. Tras la invitación a participar de la cumbre del BRICS en 2014, Cristina Fernández de Kirchner visitó el Kremlin y firmó una veintena de acuerdos con Putin en materia de inversiones y comercio, e incluso energía nuclear. 

En 2018, fue el turno de Mauricio Macri de visitar Moscú. También el mandatario firmó algunos convenios con Putin, incluido uno para exploración y producción de uranio en conjunto.

Ya en 2022, Alberto Fernández visitó el Kremlin. Fernández tuvo el mal timing de ofrecerle a Putin que Argentina sea “la puerta de entrada de Rusia a América Latina”, apenas semanas antes del inicio de la invasión rusa a Ucrania, de la cual la política exterior argentina tomó una posición un tanto imprecisa.

¿Qué ganaría Argentina de esta posible alianza?

Es difícil descifrar cuál sería la relevancia para Argentina de entrar en un BRICS con la situación geopolítica actual y qué implicaría eso de cara a las relaciones con Estados Unidos y Europa.

“Argentina no ganaría nada sustancial, empezaría a participar de discusiones al más alto nivel con estos países, pero es algo que ya tiene en el G20; en el tema de la seguridad alimentaria, Argentina tiene cosas para aportar.”, dice Giusto. Y sigue: “tampoco en términos de beneficios económicos, eso va más por vínculos bilaterales con los miembros”.

Como bien explica Skobalski: “luego de la invasión de Rusia a Ucrania, EEUU promueve el aislamiento económico y político de Rusia con sanciones y buscando excluirla del G20”. Esto podría afectar la posición de Argentina previa a la reunión de mandatarios del G20 en Indonesia a fin de año.

Se abren varios interrogantes.

¿Necesita Argentina acrecentar su ya compleja posición geopolítica? ¿Necesita el BRICS un miembro hispanohablante? ¿Necesita el BRICS otro miembro pleno en Sudamérica? ¿Quiere Brasil allanarle más el camino a la Argentina en mercados donde son competidores?

Si hubiese que pronosticar, diría que el “BRICSA” sólo existe en los sueños de ciertos funcionarios del gobierno argentino y nunca verá la luz. Pero si hace 30 meses nos decían que iba a haber una pandemia mundial y una guerra en Europa, tampoco lo hubiésemos creído.

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