Por Andrés Vacca – BLes.com

El régimen comunista chino se encuentra desde hace varios años en una fuerte disputa con las principales potencias occidentales por su ambición de lograr convertirse en el principal líder económico y militar del mundo. 

Para cumplir con sus objetivos, el régimen debe establecer redes de poder y alianzas para asegurar su libre acceso a recursos naturales, materias primas y alimentos sin depender de los principales países europeos y principalmente de Estados Unidos.

En este sentido desde hace algunos años que ha implementado muchos esfuerzos por penetrar profundamente en los países africanos, quienes a pesar de ser en su mayoría muy pobres y con escaso o mínimo desarrollo en cuestiones militares, muchos son grandes proveedores de materias primas y otros están posicionados estratégicamente con salida al mar, facilitando las conexiones geoestratégicas con China Continental.

El régimen comunista chino ha ingresado en África tanto como socio comercial como ideológicamente. En el pasado ha funcionado como líder asesor de grandes dictadores comunistas de ciertos países y actualmente ha desarrollado una “escuela de políticos” a través de la cual busca formar gobernantes locales en base a los valores del comunismo.

Iniciativa de la Fanja y la Ruta

En 2013, el líder del PCCh, Xi Jinping, anunció el lanzamiento de la Franja y la Ruta (BRI) como un proyecto que traería prosperidad a todas las naciones a través de inversiones millonarias en infraestructura, construcción de vías férreas, puertos, ciudades, centrales eléctricas, represas, carreteras, etc.

La iniciativa esperaba aumentar el comercio entre China y Europa, pasando por África, al mismo tiempo que prometía beneficiar a todos los países a lo largo de la ruta atrayendo nuevos inversores con el crecimiento de la población y la infraestructura que se desarrollaría en diversos puntos estratégicos.

Aprovechando este argumento, el régimen chino se ha expandido agresivamente en África durante la última década, pero las promesas de financiación en infraestructura se limitaron exclusivamente a sus intereses comerciales, y ha buscado principalmente adquirir materias primas, petróleo crudo, e incluso ingresó en los campos de seguridad y militares, lo que ha provocado frecuentemente importantes resistencias locales.

Desde el primer anuncio del BRI, al menos 40 países africanos han depositado en China sus esperanzas de desarrollo. Sin embargo, luego de varios años de interacción, los resultados no han sido los esperados y, en consecuencia, las denuncias y protestas de la población civil caracterizan esta relación.

Las empresas chinas ya están a cargo casi el 40% de los proyectos de infraestructura de África. Pero los fondos que inyecta China en los países africanos están lejos de ser un regalo, más bien son préstamos y frecuentemente con tasas de interés sumamente elevadas.

Las deudas adquiridas a través de contratos leoninos firmados frecuentemente con gobiernos corruptos, son difícilmente saldables y ante la falta de pago de los países deudores el régimen chino queda habilitado a acceder libremente a sus materias primas, tomar decisiones políticas internas, participar en proyectos militares y otras cuestiones que atentan contra la soberanía nacional de los países africanos.

El régimen chino en África post pandemia

La pandemia provocada por el virus del Partido Comunista Chino (PCCh), ha reducido sustancialmente las fuentes de crédito del régimen chino y su disponibilidad para invertir en países africanos.

Las instituciones financieras se vieron fuertemente afectadas y el superávit en cuenta corriente es cada vez menor, lo que pareciera haber reducido el apetito del régimen por llevar adelante grandes inversiones extranjeras que no sean estrictamente necesarias.

Por su lado, la pandemia también afectó a los países africanos y consecuentemente se redujo la capacidad de afrontar las deudas de la mayoría, lo que hace que la situación sea aún más conflictiva.

Según un informe del bufete de abogados internacional Baker McKenzie, en África, destaca según datos del Banco Africano de Desarrollo que el continente enfrenta un déficit anual de inversión en infraestructura de alrededor de 100 mil millones de dólares.

El informe menciona que los proyectos del BRI en África han encontrado obstáculos de todo tipo durante la pandemia, que llevaron a la suspensión de importantes proyectos como el ferroviario de Nigeria por un valor de 3 mil millones de dólares y la carretera de Camerún por valor de 450 millones. También en Kenia, Uganda y otros países vieron afectados importantes proyectos que ya estaban en ejecución o pronto a comenzar.

Ahora bien, nada de esto significa que el régimen chino esté dejando de lado su intromisión en África. Lejos de eso, su participación ha aumentado en otros aspectos no menos delicados.

China abre una escuela de comunismo para políticos en África

Según reportó recientemente el South China Morning Post (SCMP), el régimen comunista chino informó la apertura de una escuela que promueve los preceptos del PCCh cerca de Dar es Salaam, Tanzania. El centro de estudios enseñará habilidades de “liderazgo” comunistas a los políticos africanos.

La Escuela de Liderazgo Mwalimu Julius Nyerere fue inaugurada gracias al patrocinio del PCCh, quien a través del Departamento de Enlace Internacional facilitó los fondos suficientes. Este organismo del PCCh está encargado de promover la política china/comunista en el exterior.

“Los futuros líderes de los partidos políticos gobernantes de Tanzania, Sudáfrica, Mozambique, Zimbabue, Namibia y Angola han asistido a su primera sesión en una escuela de formación financiada con 40 millones de dólares por el Partido Comunista de China”, informó el periódico el 21 de junio.

La escuela además contó con la colaboración económica de Partido Revolucionario de Tanzania, el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica, el Partido del Frente de Liberación de Mozambique, el Movimiento Popular para la Liberación de Angola, el Partido SWAPO de Namibia y la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico, según reportaron medios estatales del régimen comunista algunos meses atrás.

El interés del PCCh por penetrar en el mundo político de África es evidente. Durante los últimos años, según registros oficiales el régimen comunista estableció relaciones con 110 partidos políticos africanos en 51 países de un total de 54.

Muchos países africanos, luego de pasar por experiencias comunistas catastróficas durante los años 60, 70 y 80 principalmente, abandonaron las doctrinas socialistas para volcarse al mundo capitalista.

El régimen chino por medio del BRI volvió a generar influencia en varias de estas empobrecidas naciones, y ahora, con la construcción de esta escuela queda demostrado que su interés en áfrica no es solo comercial, sino que también prevalecen sus intenciones ideológicas a través de las cuales busca nuevamente generar satélites comunistas estratégicamente distribuidos en el mundo.

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