Fuente: elamerican.com
De entre todas las reacciones que desató hoy la decisión de la Corte Suprema de anular el histórico fallo de Roe v. Wade, pocas han sido tan monstruosas y aberrantes como la de Ana Navarro. La panelista de CNN y The View arremetió contra las personas discapacitadas, en un rant absolutamente repudiable, luego de ser consultada sobre la situación del aborto en los Estados Unidos.
avarro abrió su intervención con la clásica falacia abortista de “mi cuerpo, mi decisión”, pero luego vino lo peor. “Tengo una familia con un montón de niños con necesidades especiales. Tengo un hermano de 57 años, que tiene las habilidades mentales y motoras de un niño de 1 año y sé lo que eso significa financiera, emocional y físicamente para una familia y sé que no todas pueden hacerlo”, dijo. “Tengo una nieta, que nació con síndrome de Down, ¿y sabes qué? Es muy difícil conseguir servicios de apoyo en Florida”.
Según la lógica de Navarro, si se le detecta alguna discapacidad a un niño en el vientre de su madre, es preferible asesinarlo que darle una oportunidad de vivir. Es un pensamiento dantesco, al nivel de la Alemania de los años 40. Eugenesia pura y dura.
Después habla de otro nieto “que es muy autista y su madre ha incluso considerado el suicidio, porque ella y otras madres se sienten muy solas…”. La verdad el video es muy difícil de asimilar. Para Navarro, era preferible que sus familiares murieran simplemente por tener una condición. Para ella, sus seres queridos son simples estorbos que no merecen más que la muerte. Esta es la lógica del movimiento proaborto: total y completo egoísmo. La lógica de la soberbia que se cree con la potestad de decidir quién merece vivir y quién no. ¿Qué se puede esperar de una persona así?
Rechazamos la cultura de la muerte que pretenden imponernos figuras como Ana Navarro, que cierra su participación diciendo que está a favor del aborto, a pesar de ser católica practicante, porque es americana y solo es católica cuando “está en la iglesia”. Desde aquí podemos ayudarle a aclarar el panorama.
No se puede ser católico y promover el asesinato de niños por nacer. No se puede ser americano y negar la premisa fundamental del ideal americano: el sueño de una vida mejor, de una nueva oportunidad, de superarse a pesar de cualquier obstáculo (incluida cualquier discapacidad). No se puede ser americano y eliminar de plano esa posibilidad dándole muerte a quien aún no nace. No se puede ser una persona decente y desear la muerte de niños discapacitados. Lee esto repetidamente, Ana.