Por Oriana Rivas – PanAm Post
La directiva que hoy sigue manejando Twitter finalmente entregará al multimillonario Elon Musk la información real sobre las cuentas falsas. Fue necesaria la presión del empresario y su decisión de hacer pública la postura de la plataforma para que esta cediera, luego de aseverar que menos del 5 % de sus usuarios son bots o spam.
Pero al parecer el porcentaje podría ser mucho más alto. Eso claramente disminuiría el precio de compra estimado en 44000 millones de dólares. Por ese motivo el dueño de Tesla no solo hizo su denuncia a través de mensajes publicados en la red social, sino que presentó el reclamo a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en inglés). Ahí fue cuando, la actual directiva de Twitter, accedió al pedido. De esta manera, la información sobre la cantidad de usuarios falsos podría quedar en manos de Musk en las próximos días, según el reporte de The Washington Post.
La compra de Twitter por parte de Elon Musk se tradujo en un tema con amplia cobertura mediática, que defensores y financistas de la agenda progresista estadounidense se tomaron a pecho perdiendo incluso las formas. Comenzó a aparecer el dinero de Bill Gates a través de organizaciones independientes que exigieron boicotear al empresario. Por otro lado, figuras demócratas dijeron que cerrarían sus cuentas. El resultado fue que quedó desmontada la retórica de la libertad de expresión que la ideología izquierdista tanto defiende, pero que se desinfla cuando esta bandera la toma alguien con la intención de realmente cumplir con el discurso de «dar libertad» dentro de la plataforma.
La carta a la Comisión de Valores
Estos últimos días, Elon Musk no se ha referido al tema en su cuenta de la red social. No obstante, la carta de su equipo de abogados a la SEC fue bastante clara:
“Musk cree que la empresa se resiste activamente y frustra sus derechos de información (y las obligaciones correspondientes de la empresa) en virtud del acuerdo de fusión. Esta es una clara violación sustancial de las obligaciones de Twitter en virtud del acuerdo de fusión, y el Sr. Musk se reserva todos los derechos resultantes, incluido su derecho a no consumar la transacción y su derecho a rescindir el acuerdo de fusión”.
La teoría de medios detractores estadounidenses es que el multimillonario busca alguna excusa, porque se arrepiente de haber ofertado. Sin embargo, la otra cara de todo este asunto es que el precio final tendría que bajar mucho más si se comprueba que el porcentaje de bots es más elevado que 5 %. Es más, Musk apoyó la idea de un seguidor de bajar 25 % el precio de venta si el porcentaje de las cuentas falsas también resulta ser esa cantidad. Serían 11000 millones de dólares menos.
Eso, no le conviene a los actuales propietarios y defensores de la cultura de la cancelación, quienes han dejado muestras claras de sus inclinaciones ideológicas. Como la suspensión temporal que padeció este año Tucker Carlson, presentador de Fox News, por recordar que Rachel Levine, actual subsecretaria de Salud de Estados Unidos y transgénero, es en realidad un hombre biológico.
Estos serán los datos que entregarán a Musk
Finalmente el empresario tendrá acceso a datos conocidos como “firehose» («manguera contra incendios», en español). Es un API que podría contener información de más de 500 millones de tuits publicados diariamente, según una fuente anónima que declaró al medio estadounidense. Sin embargo, no es una fuente 100 % exclusiva de datos.
«Actualmente unas dos docenas de empresas pagan por acceder a ese tesoro, que comprende no solo un registro en tiempo real de los tuits, sino también los dispositivos desde los que tuitean, así como información sobre las cuentas que tuitean», cita el portal.
Por su parte, la directiva de Twitter niega haberse resistido a entregar los datos y se comprometió a seguir compartiendo información «para consumar la transacción».
Indistintamente de las afirmaciones hechas por las partes, el análisis de la información entregada al empresario determinará si en efecto existen 5 % de bots o se trató de otro argumento para boicotear la compra.