Por Agustina Sucri – laprensa.com.ar

Ahora que la Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en reportar dos casos de viruela del mono y que otra vez los medios del país y del mundo vuelven a la carga con mensajes que intentan inquietar a la población, vale la pena dedicarle algunas líneas al contexto en el que se da este “repentino brote” en sitios donde esta enfermedad no es endémica. 
Según se informó, hasta el momento se detectaron más de 200 casos en más de 20 países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta epidemiológica por viruela del mono el 20 de mayo, dos días antes de comenzar su 75ª Asamblea Mundial de la Salud en la que casualmente se dedicó un capítulo a la “Preparación y respuesta frente a emergencias de salud pública”.
La alarma sobre los nuevos casos de viruela del mono parece querer despertar los peores miedos que se infundieron frente al covid. Al igual que en el “Evento 201”, en el que se simuló una pandemia de coronavirus que luego se hizo realidad, la abrupta aparición de casos de viruela del mono también fue objeto de simulación hace poco más de un año. Y esto es así, mal que les pese a los “fact checkers”, que otra vez hablan de conspiracionismo cuando se hace notar la similitud de las tramas. 
En marzo de 2021, “líderes mundiales” se unieron a expertos para realizar un ejercicio de simulación de un brote mortal de viruela del mono, organizado por la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear (NTI) y la Conferencia de Seguridad de Múnich. 
El escenario del ejercicio de la NTI representaba “una pandemia mortal y global con una cepa inusual del virus de la viruela del mono, que surgió en la nación ficticia de Brinia y se extendió por todo el mundo durante 18 meses”. En aquella simulación, el brote inicial fue causado por un ataque terrorista en mayo de 2022 “utilizando un patógeno creado en un laboratorio con disposiciones inadecuadas de bioseguridad y bioprotección y una débil supervisión”. El resultado de esa pandemia ficticia fue más de 3.000 millones de casos de viruela del mono y 270 millones de muertes, según el informe que se publicó en noviembre último.
Recientemente consultada por los alterados “fact checkers” que no ganan para disgustos, Jaime Yassif, vicepresidente de Política y Programas Biológicos Globales del NTI y autora principal del informe, aseguró que el uso de la viruela del mono en el escenario del ejercicio “fue una coincidencia”, ya que los expertos les habían permitido elegir entre varias posibilidades. Nada dijo Yassif sobre la también impresionante coincidencia de la fecha en que se producía aquel brote simulado: mediados de mayo de 2022. 
Y, como si todo esto fuera poco, Bill Gates dijo en noviembre de 2021 durante una entrevista con el presidente de la Comisión de Salud para el grupo de expertos Policy Exchange, Jeremy Hunt, que los gobiernos debían prepararse para futuras pandemias y ataques terroristas con viruela, invirtiendo miles de millones en investigación y desarrollo. También sugirió que los “juegos de gérmenes” podrían utilizarse para practicar cómo responder a tales eventos.
Como ocurrió con el covid, las autoridades sanitarias ya aclararon que no existen tratamientos específicos para la infección por el virus de la viruela del mono, aunque son muchos los especialistas que saben de la eficacia del tecovirimat para tratar esta clase de infección. 
Si bien los síntomas de la viruela del mono suelen resolverse de forma natural, otra vez una vacuna, aprobada en 2019, se presenta como la “mejor opción”, en especial para Bavarian Nordic A/S, la empresa danesa que la produce. Estados Unidos y algunos países europeos, como Alemania y Reino Unido, ya compraron sus partidas de (MVA-BN), también conocida como Imvamune, Imvanex, o Jynneos, lo cual se tradujo en un rápido impulso de las acciones de Bavarian Nordic A/S en la bolsa de Copenhague

¿Y EL ORIGEN?
La OMS dijo hace una semana que las investigaciones epidemiológicas para identificar cómo se originó el brote están en curso y anticipó que “los casos reportados hasta ahora no tienen vínculos de viaje establecidos con áreas endémicas”. “Según la información disponible actualmente, los casos se han identificado principalmente, aunque no exclusivamente, entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres que acuden a clínicas de atención primaria y de salud sexual”, precisó.
Es sabido que la duda es la base del conocimiento, aunque en los últimos años quieran hacernos creer lo contrario. Por eso no sorprende que investigadores como el doctor Paul Elias Alexander, ex profesor de medicina basada en la evidencia y métodos de investigación en la Universidad McMaster, también ex asesor de la OMS-OPS, se permitan dudar hasta de la verdadera existencia de los casos de viruela del mono“Para mí, todo es posible si se ve desde la perspectiva de los últimos dos años y dos meses de puras mentiras por parte de los gobiernos y sus imbéciles expertos en covid”, escribió en su sitio de Substack.
”En primer lugar, suponiendo que sea real, tenemos que calmarnos y reflexionar sobre este asunto de la viruela del mono, y utilizar las herramientas eficaces de salud pública que ya tenemos. Los medios de comunicación, los gobiernos y los expertos médicos ineptos están exagerando el riesgo, haciendo sonar su tambor del miedo”, continuó Alexander. 
El investigador expresó que la aparición de la viruela del mono parece estar localizada en un determinado grupo de alto riesgo y se transmite principalmente con un contacto íntimo cercano (principalmente en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres). “El rastreo de contactos agudos es óptimo y el curso de acción correcto en este momento (así como la actualización de la capacidad de diagnóstico para los orthopoxvirus y el equipamiento de protección personal para los profesionales de la salud pertinentes)”, detalló Alexander, quien añadió que este virus no se transmite fácilmente de persona a persona, ya que exige un contacto físico muy estrecho (el mayor riesgo está en el contacto con llagas/lesiones/pústulas abiertas y exudativas de una persona infectada). “Es necesario tener un contacto físico estrecho con las lesiones/pústulas (contenido de las lesiones/pústulas). También puede transmitirse a través de las gotitas respiratorias de una persona infectada, con lesiones/ampollas en la boca”, añadió.

No obstante, el investigador puso de manifiesto que este virus aún no se ha estudiado adecuadamente. “Para poder abordar la viruela del mono (si es que ha surgido como se ha informado) y para abordarla con éxito, deberíamos tratar de recopilar datos de mujeres en relaciones similares del mismo sexo para establecer si existe un diferencial de riesgo por género”, argumentó. 
Alexander señaló que, según le ha hecho notar el doctor Howard Tenenbaum, otra medida extremadamente importante sería evaluar el estado de vacunación covid, especialmente el número de dosis. “Si toda la comunidad gay (o casi toda) está vacunada, entonces no aprenderemos mucho, pero si hay una respuesta a la dosis, sí. Y eso sería entre Moderna y Pfizer (respuesta a la dosis debido a las cargas de ARNm) y una respuesta a la dosis frente al número de inyecciones realizadas”.
En otro artículo, titulado “Viruela del mono: no descartar el vínculo entre la viruela del mono que ha surgido y las vacunas covid (ARNm)”, Alexander consideró que “es muy posible que estemos viendo la punta del iceberg de la situación en la que las vacunas covid han dañado las respuestas inmunes y ahora somos susceptibles a una gama de patógenos benignos anteriores o patógenos que nuestros sistemas inmunes habrían vencido”. 
“La investigación se ha acumulado para mostrar que los sistemas inmunes innatos y adquiridos están siendo impactados por las vacunas (ARNm y demás)”
, resaltó el investigador, quien insistió: “Yo apostaría por la relación entre la vacuna covid y la viruela del mono y el daño al sistema inmunológico de los vacunados. Estamos viendo que los vacunados tienen un riesgo masivo de infección ya que los anticuerpos vacunales subóptimos se unen a la proteína de la espiga (epítopos) pero no neutralizan el virus y la investigación está mostrando que los anticuerpos vacunales en realidad facilitan/potencian la infección en los vacunados. Estas vacunas covid no esterilizantes están impulsando variantes infecciosas (presión de selección) y pueden hacer que surja una variante letal (patógena)”.

En esa línea, señaló que los anticuerpos vacunales no neutralizantes impiden que los anticuerpos innatos se unan, ya que superan a los anticuerpos innatos para el antígeno objetivo, dejando a los anticuerpos innatos sin su capacidad funcional para esterilizar el virus. “Sin la vacuna covid, y por tanto en los no vacunados, los anticuerpos innatos pueden esterilizar el virus (prevenir la infección o la transmisión). Al unirse a la espiga, pero siendo incapaz de neutralizarla, entonces las vacunas covid no tienen valor, mientras que al mismo tiempo subvierten/bloquean los anticuerpos innatos esterilizantes funcionales que podrían eliminar el virus. Los anticuerpos no neutralizantes de las vacunas están facilitando/potenciando la infección en los vacunados”, aseguró.
Por otra parte, hizo hincapié en que la vacuna de la viruela no es una solución contra la viruela del mono. “Los ineptos expertos médicos en covid, los lunáticos de los confinamientos y los depredadores globales están en ello de nuevo y estos expertos ya han pivotado a la vacuna de la viruela y están diciendo que la vacuna de la viruela es 85% efectiva en la viruela del mono. Esto NO es necesariamente una buena noticia, ya que millones están ahora potencialmente inmunocomprometidos por la vacuna covid”, explicó Alexander, quien prosiguió: “Aunque es un riesgo teórico, al iniciar la vacunación contra la viruela, si la vacuna contiene el virus de la viruela o la vaccinia, podríamos potencialmente reintroducir la viruela y la vaccinia en las poblaciones. Esto podría ser catastrófico”.
De hecho, el producto contra la viruela y la viruela del mono de Bavarian Nordic S/A es una vacuna de virus vivo a partir de la cepa modificada de Vaccinia Ankara – Bavarian Nordic (MVA-BN), “un orthopoxvirus atenuado y no replicante”, según se especifica en su prospecto
Por eso, Alexander insistió en que tenemos que detener esta viruela del mono con herramientas de contención de salud pública probadas y exitosas como el rastreo/vigilancia de contactos estrechos y el aislamiento de personas infectadas/sintomáticas. “Nos centramos en el comportamiento de riesgo y no en la vacunación masiva de la población o en la vacunación ‘en anillo’, eso puede ser una catástrofe; esto necesita un debate serio)”, subrayó.
Por último, recordó que la gran mayoría de la población, incluidos los niños, corre un riesgo muy bajo frente a la viruela del mono. “Basándonos en los conocimientos médicos actuales, el riesgo es extremadamente bajo para la población general y, a menos que surjan pruebas muy diferentes, los medios de comunicación y otros deben detener el pánico pornográfico”, finalizó.

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