Por Marcelo Duclos – PanAm Post
No llamaría la atención si en los próximos días vuelve Diosdado Cabello a insultar a Alberto Fernández por la pantalla de la televisión chavista. Ya lo ha hecho cada vez que la política internacional del bipolar Frente de Todos no cumple con sus expectativas. Que el Gobierno argentino le haya prohibido la entrada a una funcionaria de primera línea de Nicolás Maduro, seguramente generará alguna repercusión en Caracas.
A varios días del blanqueo del divorcio político entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el sector que responde al presidente comienza a dar señales de diferenciación, que no son más que manotazos de ahogado. Afortunadamente, para la mayor parte de la opinión pública, presidente y vice son igualmente responsables del desastre económico actual. Igualmente, desde ambos lados exageran públicamente las diferencias, tratando de evitar un derrumbe aún mayor en las encuestas.
Esta misma mañana, el mismo presidente argentino llamó por primera vez “invasión” a lo que Rusia está haciendo en Ucrania. Como anticipamos hace unas horas, esto fue solo el comienzo de un atolondrado intento de lavado de cara de la gestión actual. Lo que ocurrió esta madrugada en Aeroparque, pero que acaba de trascender en los medios, parece ser una señal más en esta dirección.
María Iris Varela Rangel aterrizó esta mañana en el aeropuerto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, proveniente de Brasil. Su vuelo, el AR1289, tocó suelo porteño a la 1:05 de la mañana, exactamente. Sin embargo, las autoridades migratorias le impidieron la entrada al país y procedieron con el trámite de deportación. Es que su nombre figura en una lista de 29 personas vetadas, la que tiene nombres como el de Alex Saab (sospechado de testaferro de Maduro), actualmente preso en los Estados Unidos.
Existen contra Varela varias causas de corrupción y denuncias por reiteradas violaciones de los derechos humanos. Aunque por estos días es miembro de la Asamblea del chavismo, la funcionaria tuvo el cargo de “ministra de Cárceles”. Fue durante su desempeño en este cargo que se proliferaron las acusaciones en su contra. Sobre ella pesan sanciones en varios países como Estados Unidos y Canadá.
Durante la presidencia de Mauricio Macri, la Cancillería la puso en la lista negra de las personas que no podrían ingresar al país. Hasta el momento, la actual gestión no había dejado sin efecto la resolución, como sí hicieron con otras cuestiones vinculadas a la dictadura venezolana. Según un comunicado emitido por las autoridades migratorias hoy, lo único que hicieron los funcionarios fue actuar en consecuencia de las normativas vigentes.
¿Algo tiene que ver todo esto con los enfrentamientos entre los sectores «albertistas» y «cristinistas»? No sería descabellado sospechar que, en otro contexto político, Varela haya podido entrar sin ningún inconveniente a la Argentina.