Por Romina García – BLes.com

El gran confinamiento en Shanghái, China, continúa hasta la fecha, entrando a la quinta semana, en la cual, el partido comunista chino no ha podido disminuir el número de casos con su estrategia de “covid cero”, y está dispuesto a hacer lo que fuera para someter a la población a estrictos y controvertidos controles, como por ejemplo: encierros prolongados, realizar varias pruebas para la detección de virus varias veces al día, colocar alarmas con sensores en las puertas de los residentes para prohibir la salida de sus casas y hasta ha separado a los niños de sus padres.

El centro financiero y comercial más grande del país, que tiene una población de más de 25 millones, ha implementado, el 21 de abril, un sistema de alarmas electrónicas en las puertas de algunas residencias para evitar que las personas salgan de sus casas, de acuerdo a Global Times. 

La exhaustiva campaña que implica controlar a la gente por medio de alarmas comenzó el 5 de abril, entre otras reglas también someterán a la población en rondas de pruebas constantes y obligatorias de ácido nucleico en combinación con las pruebas de antígenos, durante los próximos cinco días.

Jane Polubotko, gerente de marketing ucraniana, retenida en el centro de cuarentena más grande de la ciudad, señaló que no estaba claro cuándo serían liberados.

“Nadie sabe cuántas pruebas necesitamos sacar”, dijo a Reuters.

Shanghái está en confinamiento desde el 25 de marzo y fue cerrada por completo hasta el 5 de abril. Sin embargo, las estrictas medidas se fueron incrementando en relación con el aumento de casos. Comenzaron con el cierre de escuelas, el 11 de marzo, hasta el encierro total de los residentes, independientemente de su estado de coronavirus (es decir, positivo o negativo), y están obligados a entrar en cuarentena, informó Reuters.

El 6 de abril, a pesar del descontento que la gente compartía en comentarios y videos en las redes sociales expresando su frustración con la política de cierre, las autoridades no dieron señales de vacilar.

 “Debemos adherirnos a la política general de depuración dinámica sin titubeos, sin vacilaciones”, dijo Wu Qianyu, funcionario de la comisión de salud municipal, en una sesión informativa.

La política de cuarentena de Shanghái fue muy criticada por las órdenes de separar a los niños de sus padres y reunir los casos asintomáticos entre los que tienen síntomas. 

Wu, sobre el tema de los niños y sus padres, insistió en que los que dieron positivo debían mantenerse separados. Aún cuando, 1000 residentes de Shanghái firmaron una petición en internet solicitando que se permitiera que los niños asintomáticos se aislaran en casa. pero petición fue ignorada y el pedido desapareció de WEChat.

Además, las severa restricciones ha afectado a los habitantes que tienen varios días sin poder salir de sus viviendas.

Catherin You, residente de Shanghái, señaló que en el distrito de Jingan, donde ella vive desde el 21 de abril, ningún residente puede abandonar el complejo, deben permanecer en sus casa, y solo pueden bajar las escaleras para obtener comida, según Global Times.

Con respecto al abastecimiento de comida, los residentes debido a la falta de alimentos comenzaron a realizar trueques de objetos y mercaderías para tener los medios básicos de subsistencia, comunicó Bloomberg, el 14 de abril.

Kevin Lin, un peluquero de 26 años, se dedicó a comerciar con los vecinos después de que él y sus tres compañeros de cuarto comenzaron a quedarse sin comida.

“Compré un montón de papel higiénico antes del cierre. Me gustaría cambiar algunos paquetes por comida, idealmente fideos instantáneos”, publicó Lin en un chat grupal de WeChat con otras personas que viven en su edificio.

Stefanie Ge, propietaria de una empresa en Shanghái, dijo: “El dinero en sí mismo ha perdido valor de alguna manera”, y señala que ha intercambiado de todo por comida.

Desde 7 de abril, emergieron  informes que revelaban que la ciudad se encontraba sin suministro de alimentos para su enorme población encerrada y que los residentes se vieron obligados a comenzar a racionar sus alimentos, informó Reuters.

En ese momento el vicealcalde de Shanghái, Chen Tong, admitió la escasez de alimentos y reconoció que no fueron proporcionados a la gente debido a la deficiente política implementada, que no tuvo en cuenta que la capacidad de empleados que realizan las entregas estaba reducida por el alto número de contagios, de acuerdo a Global Times.

Por ejemplo, funcionarios gubernamentales de la provincia de Jilin, en el noreste de China se vieron obligados a disculparse públicamente el 29 de marzo después que se filtrara en internet un informes en el que los residentes morían de hambre dentro de sus hogares, comunicó Reuters.

En abril de 2021, la revista Forbes declaró a Shanghai “la ciudad más cara del mundo”, lo que hace que su actual escasez de alimentos sea aún más impactante. 

Los residentes más ricos de Shanghai, incluida una multimillonaria llamada Kathy Xu Xin, se vieron afectados por la escasez de suministro y entrega de alimentos durante su cierre actual, de acuerdo a The South China Morning Post

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