Fuente: Derecha Diario.

Pocos medios lo mencionan, pero en plena pandemia, en julio del 2020, China avanzó sobre la soberanía de Hong Kong, y entró con la Policía Popular a la ciudad autónoma que tenía su independencia garantizada hasta 2047 gracias al acuerdo Sino-Británico firmado en 1997.

Pero esto no le importó a China —ni al mundo— y la situación en Hong Kong atraviesa un brutal retroceso sin precedentes de libertades civiles y políticas, como también la máxima expresión de la impunidad internacional que tiene la dictadura comunista china a la hora de actuar.

Desde el encarcelamiento de un centenar de activistas por la democracia hasta la censura de libros en las universidades y bibliotecas, pasando por la desarticulación de 61 organizaciones de la sociedad civil y la reforma estructural del aparato estatal local. ¿Que ha llevado a Hong Kong de ser un paraíso a un infierno?

El 1ro de julio de 2020, el régimen comunista con sede en Beijing impuso la polémica “Ley de Seguridad Nacional” en la ciudad autónoma de Hong Kong, prohibiendo desde entonces las concentraciones de manifestantes y arrestando a cientos de personas que son desde ese entonces juzgadas por leyes chinas y en juzgados chinos.

China asegura que nunca le dio el visto bueno a la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong cuando se firmó el acuerdo con el Reino Unido y, por lo tanto, el dictador Xi Jinping “propuso” aplicar la Ley china en su lugar.

Sin resistencia internacional, la Asamblea Popular Nacional de China fácilmente aprobó una ley diciendo que aceptaba la propuesta de Xi Jinping y facultaba a la Policía Popular a ingresar a Hong Kong a imponer por la fuerza la ley china en lugar de la ley hongkonesa.

Desde entonces, China abrió oficinas legales para que sus agentes de inteligencia operen abiertamente en Hong Kong bajo la nueva Ley de Seguridad Nacional. Ahora, cualquier acción, comentario o publicación en internet de parte de los hongkoneses puede ser considerado un acto de traición, secesión, sedición o subversión hacia el Estado de China y las personas son juzgadas como si fueran chinos. Además, todos los medios de comunicación independientes de Hong Kong fueron cerrados.

Debido a todo esto, se ha dado un éxodo de ciudadanos y referentes políticos pro democracia, especialmente luego de que en 2021, la Policía china proscribiera todos los partidos políticos.

Un ejemplo de esta censura se dio hace menos de un año, cuando el diario pro-democracia anticomunista más popular de Hong Kong, el Apple Daily, cerró sus puertas para siempre, luego de que las autoridades chinas arrestaran a sus principales editores y congelaran los activos de la compañía.

También, el Partido Comunista cerró miles de bibiliotecas y removió libros de toda la ciudad, ya que la lectura de libros prohibidos en China es considerado un delito, y desde hace casi dos años, también lo es en Hong Kong.

Imposición de un régimen dictatorial

En marzo de 2021, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular de China aprobó unánimemente una radical reforma electoral que modificó unilateralmente la Constitución de la ex colonia británica.

De esta manera, el número de escaños en el Parlamento hongkonés que son elegidos por electores chinos se expandió de 70 a 90, y redujo las bancas que son elegidas por sufragio universal a tan solo 20 parlamentarios, a diferencia de los 35 que estaban habilitados hasta el momento.

Esto quiere decir que desde entonces, tan solo el 22% de los escaños representan la voluntad democrática popular, frente al 50% en el anterior sistema.

Además, cambió la manera de asignarse los escaños “no-democráticos”. Mientras que antes estas bancas estaban reservadas para los representantes de las principales industrias de Hong Kong (líderes sindicales y líderes empresariales), ahora quedarán en manos del Partido Comunista Chino.

El Comité Electoral designado por China tiene ahora la autoridad de nombrar a dedo a 40 parlamentarios además de elegir al jefe de Gobierno de la ciudad, posición que antes se elegía por votación de todo el órgano legislativo.

Otra medida en esta radical reforma electoral es la eliminación de 117 asientos reservados para los concejales de los distritos hongkoneses, cargos que se elegían por sufragio universal directo y donde los candidatos pro democráticos habían obtenido el 85% de los votos en noviembre 2019.

Fue así como, en menos de dos años, Hong Kong pasó de tener un Poder Legislativo y Judicial predominantemente democrático a tener los tres poderes del Estado bajo control total y absoluto del Partido Comunista Chino.

Insólitamente, hubo nula repercusión internacional dado el contexto de pandemia que tanto preocupaba a los gobiernos occidentales en ese entonces. China se aprovechó de la situación que ellos mismos provocaron cuando permitieron que la epidemia COVID-19 se convierta en una pandemia.

Históricamente, Hong Kong está bajo la esfera de influencia del Reino Unido, no de Estados Unidos, por lo que Donald Trump no tenía mucha jurisdicción para hacer nada al respecto. Quien debía presionar a China para que no avanzara sobre los acuerdos firmados era Boris Johnson, primer ministro británico, pero no hizo nada.

Así, la Ciudad-Estado que por el Acuerdo Sino-británico firmado en la década del ’90 debía permanecer independiente por 30 años más, ha sido completamente invadida y anexada por el régimen comunista chino.

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