Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera
El comentarista político Tucker Carlson reveló en su programa televisivo, transmitido en la cadena estadounidense Fox News, imágenes filtradas de una reunión de Zoom de varios empleados de Disney. En ella se trataron explícitamente los mecanismos que utiliza esta empresa del mundo del entretenimiento para adoctrinar a los niños en materia de ideología de género.
El material, obtenido por el periodista Chris Rufo, retrata a la productora ejecutiva de animaciones de Disney vanagloriándose por emplear cualquier oportunidad dentro de los contenidos de la empresa para introducir personajes y discursos lgbt de manera ilimitada.
“Si ves algo queer que aparece de repente en cualquier show, eso lo hice yo”, afirma entre risas la directiva, que además señaló que hacía esto prácticamente como le viniese en gana y sin que ningún ejecutivo de la empresa la pudiese detener.
Del mismo modo, la administradora de diversidad e inclusión de Disney también es vista en el material filtrado por Fox, afirmando que ella dio la orden de que en todos los eventos de la compañía se dejaran de usar los saludos tradicionales para referirse a las personas: “dama”, “caballero”, “niño”, “niña”, etc. Hay que recordar que Disney administra parques de atracciones para niños en varias partes de los Estados Unidos y del mundo, y es en estos lugares en donde esta política puede expresarse más claramente.
Curiosamente Disney ha sido una de las empresas que más ha recriminado al Gobernador del estado de la Florida, Ron DeSantis, por la aprobación de la ley que impide que se le hable sobre géneros y orientaciones sexuales a niños de entre 2 y 7 años (al menos hasta el tercer grado de educación básica), señalando al líder político por imponer discriminaciones.
No obstante, estas políticas internas adoptadas por la empresa -con las que se obliga a los niños a adoptar el discurso de género y a entender situaciones para las que todavía no están preparados- sí que se asoman como una verdadera imposición, en un contexto en el que incluso la agenda de grandes compañías del entretenimiento como Disney han sido secuestradas por grupos de activistas que buscan fijar a como dé lugar su visión de las cosas.