Por Oriana Rivas – PanAm Post
Que el diario The New York Times finalmente haya aceptado la veracidad de correos electrónicos hallados en la computadora del hijo de Joe Biden sobre el presunto tráfico de influencias, puso de cabeza a la opinión pública estadounidense estas últimas horas. No tanto por el hecho de que ese medio ignoró el hallazgo que en octubre de 2020 había hecho y verificado New York Post, sino porque detrás de la censura que se desató contra el artículo habían intenciones mucho más oscuras.
El expresidente Donald Trump fue claro. “The New York Times acaba de admitir que participó en un esfuerzo por manipular las elecciones de Joe Biden”, aseguró en un comunicado. Su argumento no resulta descabellado si tenemos en cuenta que para la fecha de publicación del polémico artículo ya la recta final hacia las elecciones presidenciales estaba en marcha. El entonces candidato Joe Biden apostaba a la Casa Blanca y no le convenían daños a su imagen ya que además de ser Hunter Biden su hijo, el actual presidente también está mencionado en los correos.
La afirmación del expresidente republicano coincide con lo dicho por Miranda Devine, columnista del New York Post. A su juicio, The New York Times retuvo esa información por razones «deliberadas», y que el objetivo era asegurarse de que Trump no obtuviera un segundo mandato en la Casa Blanca.
“Fue porque querían que Donald Trump perdiera las elecciones de 2020. Así que toda la ética y los estándares periodísticos se fueron por la ventana”, dijo la columnista a Fox News.
La respuesta de New York Post
El tabloide estadounidense verificó los correos previo a su publicación, pero nada de eso importó para el candidato demócrata. De su parte solo surgió una que otra declaración para desacreditarla. En paralelo, Twitter y Facebook recurrieron a la misma censura que aplicaron contra Trump luego del ataque al Congreso. Lograron frenar el escándalo, pero es evidente que no lo lograron por mucho tiempo.
Dichos mensajes mostraron cómo Hunter habría aprovechado la influencias de su padre —cuando este ejercía como vicepresidente— para congraciarse con la empresa de gas ucraniana, Burisma. Un correo del 17 de abril de 2015, el asesor de la junta directiva de esa empresa agradeció a Hunter por haberlo invitado a Washington y haberle “brindado la oportunidad de conocer a su padre”. Tony Bobulinski, exsocio de Hunter, confirmó su veracidad. Dijo que «el tipo grande» mencionado es una referencia a Joe Biden.
Ahora bien, New York Post se pronunció al respecto y además recordó cómo The New York Times puso en duda la reunión entre Joe Biden y un funcionario de Burisma. Además, en septiembre de 2021, el medio calificó la computadora portátil como una argumento «sin fundamento». Agregan un razonamiento que se suma a lo dicho por Trump y Divine.
«Ahora pasaron 16 meses de las elecciones de 2020. Joe Biden está seguro en la Casa Blanca y el Times finalmente decide informar sobre las noticias. Y descubren que, bueno, los intereses comerciales de Hunter Biden se beneficiaron del estatus político de Joe Biden en un grado sospechoso. Tal vez este es un tema digno de examen».
El fantasma que acosa a Joe Biden
Pero la computadora que Hunter Biden dejó abandonada en un centro técnico en Delaware tenía mucho más que correos electrónicos comprometedores. En esta habían fotografías con prostitutas, intercambios de mensajes con su padre Joe Biden y otras imágenes . Todo el material lo obtuvo Daily Mail luego de conseguir una copia del disco duro y entregarla para su análisis.
De manera que el escándalo volvió a tomar fuerzas justo cuando el presidente estadounidense atraviesa la mayor desaprobación de sus gestión, la inflación aumenta a niveles históricos y adicionalmente debe lidiar con la política exterior por la guerra en Ucrania.
La nota de The New York Times está enfocada en una investigación en curso del Departamento de Justicia ampliada en 2018 sobre posibles infracciones penales de las leyes fiscales, así como normas de cabildeo extranjero y lavado de dinero. Esto hizo que la mención a la computadora de Hunter Biden no fuera demasiado destacada, el portal tampoco especifica cómo autenticó la información. No obstante no es difícil imaginar la respuesta. «Sabían que la computadora portátil era real desde el principio. Simplemente no querían decirlo», insistió por su parte New York Post.