Traducido de Breitbart.com por TierraPura.org
El nadador masculino Lia Thomas y sus aliados de la Ivy League arrebataron públicamente varios premios deportivos a mujeres durante el fin de semana, pero los medios de comunicación pro-transgénero del establishment lo ignoraron.
“Sólo están tratando de forzar esta reivindicación transgénero”, dijo Natasha Chart, activista feminista y crítica del transgenerismo. “Tienen esta estrategia de desprestigiar y gritar a sus oponentes ahora que no pueden cerrar absolutamente el público”.
Sitios de la corriente principal, como Breitbart News, cubrieron los dramáticos acontecimientos, en medio del notable silencio del New York Times, CBS, NBC, ABC y el Washington Post de Jeff Bezos. “Los editores de todas estas publicaciones no van a hacer frente a las acusaciones por las afirmaciones de los activistas pro-transgénero, por lo que los artículos serán retirados o la gente será despedida”, dijo Chart. “No hay pensamiento crítico, no hay voluntad de entablar un debate sobre el tema”.
La cuestión no es si un hombre puede llevarse los premios de natación de las mujeres. La cuestión es si el establishment y sus medios de comunicación pueden redefinir el significado de las mujeres y los hombres, en medio de muchas encuestas que muestran una creciente hostilidad pública a la afirmación transgénero de que la “identidad de género” es más importante que el sexo masculino o femenino.
El New York Times mostró la estrategia de no involucrarse el 16 de noviembre, el día antes de que Thomas se lanzara a la piscina con las mujeres de la Ivy League. Un artículo del periódico restó importancia a la naturaleza masculina de Thomas y, en cambio, sacó a relucir debates pasados sobre atletas femeninas destacadas. “Siempre se ha cuestionado la feminidad de las atletas cuando eran realmente buenas”, decía una cita del artículo, que se titulaba “Una nadadora trans revive un viejo debate en el deporte de élite: ¿Qué define a una mujer?”
“Resulta patético y erróneo que cualquier argumento contra la participación de Thomas se considere inmediatamente como una indicación de transfobia”, informó Swimming World tras el batacazo del fin de semana de Thomas. “No, los argumentos contra Thomas tienen que ver con la equidad, y que la Ivy League juegue la carta de la transfobia es arrogante, ignorante e insultante. Realmente, es una señal de que la conferencia está adoptando un enfoque matón y utilizando un término tan fuerte para intimidar y disuadir a los que están dispuestos a hablar.”
Antes del encuentro, los responsables pro-transgénero de la Ivy League reprimieron las objeciones de las nadadoras. Sin embargo, permitieron las muestras pro-transgénero en el evento del fin de semana, según un informe de ESPN del 19 de febrero:
La controversia de los últimos dos meses se silenció durante los cuatro días de los campeonatos de la Ivy League. El ex alumno de Harvard Schuyler Bailar, el primer nadador transgénero que compite en un equipo masculino de la División I, colocó una bandera transgénero sobre una barandilla cerca de la cubierta de la piscina.
Thomas, que ha rechazado múltiples solicitudes de entrevista de ESPN, fue “felicitada” por sus rivales tras sus victorias y chocó los cinco con sus compañeros de equipo en el podio. La estudiante de último año de Pennsylvania, Andie Myers, llevó una máscara con la bandera transgénero durante todo el encuentro. Los organizadores de la conferencia no pusieron a ningún nadador a disposición de los medios de comunicación durante el encuentro.
“En el encuentro, el locutor abre con una advertencia contra la ‘discriminación racista, homofóbica o transfóbica'”, dijo un informe en el lugar de los hechos de Common Sense con Bari Weiss. “Los padres dicen que sus hijas saben que está mal que Thomas nade en contra de ellas, pero que no se arriesgarán a que las manchen con la etiqueta de transfóbicas”.
La Ivy League utiliza las amenazas para silenciar las críticas de las nadadoras. Por ejemplo, Swimming World informó sobre una carta de 16 nadadoras que decían:
Nos han dicho que si nos pronunciamos en contra de su inclusión en las competiciones femeninas, nos expulsarían del equipo o que nunca recibiríamos una oferta de trabajo. Cuando los medios de comunicación han intentado ponerse en contacto con nosotros, se les ha dicho que los entrenadores y los atletas tenían prohibido hablar con ellos. Apoyamos la salud mental de Lia, y pedimos a Penn y a la Ivy League que apoyen también la nuestra”.
El desplazamiento de las mujeres fue aplaudido por una de las mujeres a las que Thomas les arrebató sus premios, según un artículo del reportero pro-transgénero de ESPN:
BOSTON – Miki Dahlke observó cómo la nadadora de la Universidad de Pensilvania Lia Thomas se deslizaba por el agua de la piscina Blodgett el viernes por la noche en los campeonatos de natación femenina de la Ivy League.
Al final del encuentro, el nombre de Thomas había suplantado al de Dahlke en tres récords, incluyendo los dos establecidos en esta carrera.
“Los récords están hechos para ser batidos”, dijo Dahlke. “Soy una nadadora más rápida gracias a las nadadoras rápidas del pasado, y el futuro de la natación será más rápido gracias a las mujeres que hoy están en la cima de la NCAA”.
La mínima cobertura de los medios de comunicación también restó importancia a las muchas mujeres que fueron empujadas hacia abajo en la clasificación -y fuera del podio- por el apoyo de los funcionarios de la Ivy League al nadador masculino. Swimming World informó:
En los 500 libres de la Ivy Leagues, la compañera de equipo de Thomas, Catherine Buroker, fue la subcampeona, terminando a más de siete segundos. No sé cuál es la postura de Buroker respecto a que Thomas corra en la competición femenina. Tal vez la apoye. Independientemente de su posición, Buroker debería ser la campeona de la Ivy League en los 500 libres, ya que Thomas no debería haber estado en el campo.
Thomas y sus aliados de la Ivy League también están humillando a las mujeres al cambiarse en sus vestuarios, dijo Chart.
Si sólo lo hiciera Lia Thomas por su cuenta, entonces se podría decir que es a nivel individual. Pero lo está haciendo sancionado por la administración del presidente Joe Biden. Está sancionado por la NCAA. Está haciendo esto sancionado por la dirección de Penn, la dirección de la universidad. Lo está haciendo como representante de algunas de las más altas autoridades en la vida de estas jóvenes, todas alineadas contra ellas.
El público, sin embargo, no está aceptando la afirmación ideológica del transgenerismo de que la realidad del sexo está subordinada a la elección de cada persona de su “identidad de género”.
Numerosas encuestas muestran que el público -incluidas las mujeres liberales- rechaza cada vez más la ideología transgénero. Los nuevos opositores incluyen a muchas mujeres y hombres de tendencia liberal y con estudios universitarios que odiaban al ex presidente Donald Trump y votaron por Joe Biden en 2020. Incluso los defensores de la transexualidad admiten que han perdido la discusión pública sobre los atletas que cambian de sexo.
En medio del silencio de los demócratas y sus aliados mediáticos, Trump está aprovechando la oportunidad política. “Prohibiremos que los hombres participen en deportes femeninos”, prometió el 29 de enero durante un discurso en Texas que imitaba un mitin de campaña.
Se refirió al escándalo de Thomas, diciendo: “Qué ridículo. ¿Vieron al hombre que estaba en el equipo de natación de cierta escuela que conozco muy bien? El récord de natación femenina se mantuvo durante unos 11 años. Lo batió por 38 segundos”.
Los defensores de los transexuales “nunca tuvieron una estrategia para celebrar un debate público sobre esto porque esperaban que todo se acabara y se resolviera antes de que nadie se diera cuenta”, dijo Chart. Continuó:
No tienen una buena estrategia para nada, aparte de fingir que no está ocurriendo realmente o amortiguar el debate, porque no hay forma de hacer que su argumento resista el más mínimo escrutinio. Simplemente, no es cierto que la gente pueda cambiar de sexo, así que no hay forma de conseguirlo más allá de evitar que se hable de la realidad.
“Parece que se meten las manos en los bolsillos y tratan de pasar silbando” la oposición pública, dijo Chart.
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