Fuente: Minghui.org
Los legisladores de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido han condenado las violaciones en materia de derechos humanos que comete China durante los Juegos Olímpicos de Invierno. Las atrocidades de la sustracción forzada de órganos, en particular, han recibido amplias críticas de profesionales de la medicina, legisladores, funcionarios del gobierno, medios de comunicación, organizaciones de derechos humanos y el público en general. Se han introducido leyes y resoluciones en numerosos países para ayudar a poner fin al turismo de órganos y a la atrocidad de la sustracción de órganos.
Miembro del Parlamento del Reino Unido: Asesinatos en masa por un Estado autoritario
La Cámara de los Lores del Reino Unido debatió dos enmiendas a la Ley de Tejidos Humanos el 4 de febrero, primer día de los Juegos Olímpicos de Invierno. En particular, el Parlamento se centró en las atrocidades cometidas contra Falun Gong y los uigures.
Philip Hunt, Barón de Kings Heath, propuso las enmiendas 265 y 282 para impedir que los ciudadanos del Reino Unido participen en el turismo de órganos en China y para prohibir las exhibiciones de cuerpos humanos procedentes de este país. Así se evitaría que los ciudadanos británicos se convirtieran en cómplices del delito.
“En particular de 1999 a 2013, el Campo de Trabajo Forzado de Dalian fue notorio por sus crueles torturas a los practicantes de Falun Gong”, señaló Lord Hunt de Kings Heath el 4 de febrero. “La explotación comercial de partes del cuerpo en todas sus formas es sin duda poco ética y desagradable, pero cuando se combina con los asesinatos en masa por parte de un estado autoritario, no podemos quedarnos sin hacer nada”.
Citando el artículo 4 de la Declaración Universal sobre la Lucha y la Prevención de la Sustracción Forzada de Órganos, dijo que todos los gobiernos deben combatir y prevenir la sustracción forzada de órganos mediante la criminalización de ciertos actos y facilitar el enjuiciamiento penal de la sustracción forzada de órganos tanto a nivel nacional como internacional.
“Creo que debemos actuar a nivel internacional y en el Reino Unido para hacer todo lo posible por evitar esta práctica abominable”, añadió.
Estas dos enmiendas recibieron un amplio apoyo de otros parlamentarios. La baronesa Finlay de Llandaff dijo que “apoya firmemente estas enmiendas y no puede imaginar ninguna razón para que alguien no lo haga. Establecen una norma moral básica”.
Hay pruebas abrumadoras de que los practicantes de Falun Gong y de otros grupos en China son asesinados en demanda de sus órganos, añadió. “No hay consentimiento, dignidad ni transparencia”, explicó. De hecho, un día antes recibió una carta de una mujer cuya madre es practicante de Falun Gong. “[La madre] ha estado en prisión y de hecho ha desaparecido. No tiene ni idea de dónde está su madre; no sabe nada de ella. Eso está ocurriendo en toda la población”, continuó.
Lord Alton de Liverpool apoyó ambas enmiendas. En toda China se está llevando a cabo la sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia y las víctimas predominantes han sido los practicantes de Falun Gong. Se trata de una persecución sistemática de arriba abajo contra 100 millones de practicantes de Falun Gong desde que “el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, creó la Oficina 610 y dio la orden de -su palabra- erradicar Falun Gong”.
“Desde 1936, cuando se celebraron los juegos nazis en Berlín y el mundo vio cómo Hitler utilizaba las Olimpiadas para promover su horrible ideología, y la mayoría de los atletas alemanes judíos fueron excluidos de participar en los Juegos, no hemos visto el ideal olímpico tan escandalosamente degradado”, añadió.
Lord Bernard Ribeiro continuó diciendo que los ponentes especiales de la ONU habían seguido planteando su preocupación por la sustracción de órganos a los uigures en China con pruebas abrumadoras, donde les suelen sustraer corazones, hígados, riñones y córneas. De hecho, la Asociación Médica Británica (BMA) condenó este hecho en enero de 2022 e instó al gobierno británico a ejercer presión sobre el gobierno chino para que ponga fin a estas prácticas inhumanas y permita la entrada de los investigadores de la ONU en la región.
La baronesa Northover estuvo de acuerdo. “No podemos decir que no sepamos ahora de la sustracción forzada de órganos… La sustracción forzada de órganos se viene cometiendo desde hace años en toda China a gran escala”, explicó. “Varios países, como España, Italia, Bélgica, Noruega e Israel, ya han tomado medidas para impedir el turismo de órganos a China. Nosotros debemos hacer lo mismo”.
Lord Patrick Cormack también expresó su “apoyo incondicional” a estas enmiendas. “No hay comercio más despreciable que el de órganos humanos y no hay acciones más deleznables que las que se están llevando a cabo en China en este momento, simultáneamente con la inauguración de los vergonzosos Juegos”, continuó.
La baronesa Northover explicó que la enmienda 282 prohíbe a los ciudadanos británicos viajar a países con el propósito de un trasplante de órganos, mientras que la enmienda 265 pretende poner fin a las exhibiciones de cuerpos humanos reales en el Reino Unido cuando los cadáveres no tienen una prueba de identidad o consentimiento, incluidos los procedentes de China.
“La sustracción forzada de órganos se viene cometiendo desde hace años en toda China a gran escala”. “Tenemos normas muy estrictas para el tratamiento de los tejidos humanos en este país… Tenemos que asegurarnos de que no nos convertimos en cómplices de lo que ocurre en otros lugares, especialmente -como hablamos- en China”, dijo.
Diputado canadiense: estamos con las víctimas
Durante una entrevista el 4 de febrero, el parlamentario canadiense Garnett Genuis dijo que los legisladores han estado pidiendo al gobierno canadiense que reconozca el genocidio del PCCh y que sancione a los funcionarios implicados con la Ley Magnitsky.
El proyecto de ley S-223 del Senado, que modifica el Código Penal y la Ley de Inmigración y Protección de los Refugiados (tráfico de órganos humanos), ha superado la tercera lectura del Senado en el Parlamento de Canadá y está siendo revisado en la Cámara de los Comunes.
En Canadá se han presentado numerosas leyes para detener la sustracción de órganos en China. En febrero de 2008, el diputado Borys Wrzesnewskyj presentó un proyecto de ley que ilegalizaría que los canadienses recibieran un trasplante de órganos en el extranjero si el órgano se sustraía de una víctima sin su consentimiento.
En diciembre de 2013, el diputado liberal Irwin Cotler presentó un proyecto de ley para sancionar a quienes comercien con órganos humanos, participen en la sustracción de órganos o se sometan a un trasplante sin asegurarse de que los órganos han sido donados voluntariamente.
En diciembre de 2017, la senadora Salma Ataullahjan presentó el proyecto de ley S-240 para modificar el Código Penal y la Ley de Inmigración y Protección de los Refugiados para combatir el tráfico de órganos. Hizo lo mismo con la S-204 en 2020. Sin embargo, ninguna de ellas completó los procedimientos necesarios para convertirse en leyes.
“Es importante que estemos hoy aquí para decir basta, para decirle al Partido Comunista Chino que los vemos, que vemos los crímenes que están ocurriendo y que estamos con las víctimas”, añadió.
Congresista estadounidense: Ha llegado el momento de exigir responsabilidades al PCCh
Scott Perry, representante de Estados Unidos por Pensilvania, fue entrevistado en el programa “Capitol Report” de NTD Televisión el 2 de febrero. Dijo que el genocidio en China es más siniestro que el crimen cometido por los nazis. Además de las detenciones y asesinatos a gran escala basados en la fe, el régimen incluso sustrae los órganos a personas vivas para obtener beneficios.
En diciembre de 2021, Perry presentó la ley H.R. 6319. Conocida como Ley de Protección de Falun Gong, pretende sancionar a los represores relacionados con la sustracción de órganos. La moción ha sido remitida a la Comisión de Asuntos Exteriores y a la Comisión Judicial.
El abogado canadiense de derechos humanos David Matas se refirió a la sustracción de órganos como “una maldad sin precedentes en este planeta”. Después de que la atrocidad saliera a la luz pública en 2006, tanto él como el exsecretario de Estado para (Asia Pacífico) David Kilgour realizaron investigaciones independientes y publicaron los resultados en su libro de 2009: Bloody Harvest: The Killing of Falun Gong for Their Organs.
En este libro, Matas y Kilgour descubrieron que el trasplante de órganos en China podía programarse en días o semanas, mientras que los datos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) muestran que el tiempo de espera para un trasplante de riñón en Estados Unidos es de 4 años. Esto indica la existencia de una gran población de “donantes” que serían asesinados a petición. Una empresa china de trasplantes de órganos escribió explícitamente en su página web en 2004 que los riñones para trasplante procedían de personas vivas, lo que era totalmente diferente a la situación de los hospitales o centros de diálisis japoneses, donde los órganos procedían de cadáveres.
Instituto Hudson: La persecución a Falun Gong es un genocidio
Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson, publicó un artículo en National Review el 4 de febrero con el título “El PCCh lleva a cabo un segundo genocidio -contra Falun Gong”.
“Esto significa que las víctimas son asesinadas mientras o poco antes de que sus corazones, hígados, pulmones y riñones sean extirpados quirúrgicamente para ser vendidos en lo que Beijing se jacta de ser el mayor mercado de trasplante de órganos del mundo”, escribió en el artículo.
“Los responsables políticos estadounidenses muestran una nueva disposición a reconocer la represión del PCCh. Deberían condenar claramente esta persecución contra Falun Gong y declararla un genocidio”, concluyó Shea, “Si esto se hubiera hecho antes, el genocidio uigur podría no haber ocurrido nunca. No obstante, los Juegos Olímpicos de Beijing justifica un seguimiento especial de este horrible y continuo capítulo del historial de derechos humanos del PCCh”.