Por Alvaro Colombres Garmendia – BLes.com
A tan solo semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, las autoridades chinas condenaron con hasta ocho años de prisión a un grupo de once personas que enviaron fotos de la ciudad vacía durante la pandemia a un medio extranjero especializado en China.
Según Minghui.org una organización independiente dedicada a reportar sobre la persecución a los practicantes de Falun Dafa, una disciplina de la Escuela Buda que es perseguida por el Partido Comunista Chino desde 1999, once practicantes de Falun Dafa fueron condenados el pasado 14 de enero con condenas desde 2 hasta 8 años de prisión por haber enviado fotos de la ciudad de Beijing durante el pico de la pandemia en 2020 al periódico The Epoch Times.
Los once practicantes que recibieron condenas de prisión son los siguientes:
La Sra. Xu Na fue condenada a ocho años con una multa de 20.000 yuanes.
Los Sres. Li Zongze y Li Lixin, y lsa Sras. Zheng Yujie y Zheng Yanmei fueron condenados a cinco años cada uno, con una multa de 10.000 yuanes.
Las Sras. Deng Jingjing y Meng Qingxia y los Sres. Zhang Renfei y Liu Qiang fueron condenados a cuatro años cada uno, con una multa de 8.000 yuanes.
Las Sras. Li Jiaxuan y Jiao Mengjiao fueron condenadas a dos años cada una, con una multa de 4.000 yuanes.
Arrestos, detenciones y procedimientos ilegales
Todo comenzó cuando en junio de 2020, oficiales del Ministerio de Seguridad Estatal de Beijing, vieron fotos de la ciudad vacía en medio de la pandemia en el sitio web del Epoch Times.
Al examinar las cámaras de videos de la ciudad, reconocieron a la Sra. Xu Na y otros practicantes que pasaban por el lugar donde las fotos habían sido tomadas y comenzaron a seguirlas.
El 19 de julio el Buró de Seguridad Doméstica de Beijing y el Departamento de Policía del Distrito de Dongcheng enviaron 100 policías para arrestar a los practicantes que participaron junto con la Sra. Xu Na, diez policías para cada practicante, muchos de ellos personas mayores.
Notablemente, recién un mes después de haber arrestado a los practicantes, las autoridades aprobaron los arrestos formales, pero sus familias nunca recibieron la notificación legal del procedimiento.
A principios de noviembre del 2020, los abogados de los practicantes se enteraron que sus casos habían sido presentados a la procuraduría del distrito de Dongcheng para pedir que condenen a los practicantes.
El procurador Zhang Li no permitió que los abogados accedan a los expedientes de los casos como corresponde legalmente para que la defensa prepare sus argumentos.
Solo les dieron menos de cuatro horas para revisarlo, sacar fotos o copiar a mano las partes más relevantes.
La mayoría de la ‘evidencia’ presentada por la policía eran fotos de las vidas diarias de los practicantes que fueron sacadas sin su permiso.
El caso fue devuelto por la procuraduría tres veces: en noviembre de 2020, en diciembre de 2020 y en enero de 2021 por falta de evidencia para procesar.
Pero al ser un caso de alto perfil, la policía volvió a insistir y la procuraduría presentó cargos contra los once practicantes el 2 de abril y envió el caso a la Corte del distrito de Dongcheng.
Estando el caso en manos del juez, este tampoco permitió que los abogados revisen los documentos.
Los abogados presentaron una queja formal contra el juez porque la ley china permite que la representación legal acceda los expedientes sin ningún tipo de restricción de tiempo o condición, pero su queja fue desestimada.
Abogados interrumpidos, practicantes maltratados, sentencias sin fundamento legal
El 15 de octubre de 2021 los once practicantes fueron enjuiciados y cinco abogados los declararon inocentes.
Los practicantes eran acusados de enviar las fotos de la ciudad al Epoch Times y también de haberse ‘reunido ilegalmente’ para conversar sobre su fe en Falun Dafa y de repartir materiales informativos a otras personas.
En su argumento legal los abogados señalaron que The Epoch Times, al que los practicantes enviaron las fotos, es un medio de comunicación legítimo registrado en Estados Unidos que dedicados a reportar sobre China.
Las acciones de los practicantes, dijeron los abogados, estaban protegidas por la ‘libertad de expresión’ garantizadas en la Constitución de China, y el poder hablar sobre su fe cae dentro de la categoría de ‘libertad de creencia’ que también es un derecho constitucional.
Los abogados explicaron que los libros y materiales de Falun Gong confiscados eran para su uso personal, no para su distribución.
El juez Bai Chongwei interrumpió constantemente los argumentos de los abogados, y cuando los practicantes iban a testificar en su propia defensa, les pidió a los alguaciles que les alejen los micrófonos así no se los escuchaba bien.
Inicialmente, el procurador había acusado a los practicantes de ‘iniciar una pelea y provocar disturbios’ pero luego al final cambió y los acusó de ‘socavar el cumplimiento de la ley’ aunque en ningún momento pudo justificar qué ley socavaron o violaron los practicantes.
Finalmente, los practicantes recibieron sus condenas y se les secuestraron todas sus pertenencias personales de valor.
El caso es la punta de un iceberg del infierno que viven millones de personas inocentes en China que nunca saben cuándo serán blanco de persecución del régimen comunista chino.