Por José Hermosa – BLes.com

Un nuevo escándalo acosa al gobierno del Reino Unido, liderado por el primer ministro Boris Johnson, tras la acusación de “chantaje” emitida por el presidente del Comité de Administración Pública y Asuntos Constitucionales, William Wragg.

“En los últimos días, varios diputados se han enfrentado a presiones e intimidaciones por parte de miembros del Gobierno debido a su deseo declarado o supuesto de un voto de confianza en el liderazgo del partido del primer ministro”, dijo Wragg según Reuters del 20 de enero. 

Y agregó: “Además, los informes de los que tengo conocimiento parecen constituir un chantaje”, antes de una reunión del comité que preside. También instó a sus colegas a denunciar las irregularidades ante el presidente de la Cámara de los Comunes y la policía.

En el mismo sentido, el legislador Christian Wakeford, manifestó que el gobierno lo había amenazado con retener la financiación de una nueva escuela en su circunscripción si se negaba a votar con el gobierno.

“Me amenazaron con que no conseguiría la escuela para Radcliffe si no votaba de una manera concreta”, expresó Wakeford de acuerdo con la BBC, mientras desertaba de los conservadores para pasarse a los laboristas esta semana.

Y agregó: “Esta es una ciudad que no ha tenido un instituto durante la mayor parte de los últimos 10 años y cómo se siente cuando se frena la regeneración de una ciudad por un voto, no se sentía cómodo”. 

En este contexto, los opositores políticos del gobierno sugieren una mayor decadencia moral del gobierno, por lo que aumentan las presiones para obtener su dimisión.  

“La decadencia moral en el seno del gobierno de Johnson puede ser incluso peor de lo que pensábamos”, dijo la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon.

Por otro lado, uno de los representantes más veteranos del partido se dirigió a Johnson en el Parlamento exclamando: “En el nombre de Dios, vete”.

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, Kwasi Kwarteng, consideró que las acusaciones eran “completamente inaceptables” y que debían ser investigadas. 

Al respecto, Johnson dijo que no había “visto ninguna prueba, ni oído ninguna prueba que apoye ninguna de esas acusaciones”, reiterando que si había pruebas, las acusaciones serían examinadas, según Reuters. 

No obstante, hay quienes creen que los diputados acusadores poseen una grabación secreta y textos que supuestamente respaldan sus afirmaciones.

La credibilidad del gobierno de Johnson se ha resquebrajado, tras las denuncias de varias fiestas encubiertas en la que participaron los funcionarios, y al parecer el mismo primer ministro, mientras se decretaron encierros y otras prohibiciones rigurosas en la nación. 

Más aún, en medio del duelo nacional decretado por la muerte del príncipe Felipe los funcionarios se habrían reunido durante la noche en la sede del gobierno para fiestas de “trae tu propia bebida” y “viernes de vino”.

“Las acusaciones han provocado la ira, la incredulidad y la burla del público, y han llevado a algunos miembros del Partido Conservador a pedir la dimisión de Johnson”, reportó la autora Jill Lawless, refiriéndose a las reuniones de los años 2020 y 2021. 

El mismo Johnson desmintió los hechos afirmando: “No. No. Nadie me dijo que lo que estábamos haciendo era, como usted dice, contrario a las normas… Pensé que estaba asistiendo a un evento de trabajo”, al ser interrogado ante las reiteradas acusaciones de sus opositores, de acuerdo con Reuters.

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