
Por Álvaro Colombres Garmendia – BLes.com
La frase ‘los Juegos Olímpicos y los crímenes contra la humanidad no pueden coexistir en China’ tiene un mensaje para las empresas que patrocinan el evento, Intel, Omega, Panasonic, Samsung, P&G, Toyota, Visa, Airbnb, Atos, Bridgestone, Coca-Cola, Allianz, y especialmente para el Comité Olímpico Internacional, que reiteradamente se ha quitado la responsabilidad de mencionar los abusos del PCCh contra millones de inocentes en China, alegando que no tiene autoridad para hacerlo:
Mientras el régimen comunista chino gobierne China, seguirá cometiendo crímenes contra la humanidad en China, y todos los que ayudaron con dinero, con publicidad o de otra forma a sostener y validar su régimen, habrán contribuido consciente o inconscientemente a darle vida al PCCh para que siga cometiendo sus maldades.
En otras palabras, habrán sido parte de esta historia, más allá de los argumentos que hoy presentan para justificar sus acciones o silencio ante los abusos.
El Sr. Lu Shuheng, ex ciudadano de Shanghái que actualmente reside en California, llamó durante un programa de transmisión en directo de la radio Sound of Hope en septiembre de 2016 y dijo que quería hablar sobre lo que sabía sobre la sustracción de órganos.
Fue al programa en vivo en octubre de ese año, sintiéndose arrepentido por no haber dado un paso adelante antes. Compartió con el presentador cómo sus parientes participaron en la sustracción de órganos en vivo de los practicantes de Falun Dafa.
Lu arriesgó su vida para revelar lo que sabía sobre cómo la policía, el ejército y los altos funcionarios del Partido Comunista Chino utilizan a los practicantes de Falun Gong a su voluntad para matarlos por sus órganos.
Lu dijo que antes tenía miedo de exponer lo que sabía, porque regresaba constantemente a China. Pero ahora que tenía la green card y está a punto de convertirse en ciudadano, ya no tenía miedo.
“Quiero denunciar que los médicos y la policía armada de China trabajan juntos para extraer órganos mientras la gente está viva”, dijo el Sr. Lu Shuheng.
Se enteró de la sustracción de órganos en 2002.
La esposa de su hermano, Zhou Yu, tiene una hermana, Zhou Qing (64 años), que fue directora del departamento de ginecología y obstetricia del Hospital Central de Putuo antes de ser ascendida a la presidencia del Hospital Wanping de Shanghai.
Su marido, Mao Shuiping era un alto funcionario del Partido en el Buró de Justicia de Shanghai.
Shanghai es la ciudad del exlíder del Partido, Jiang Zemin, que ordenó la persecución y la extracción de órganos de los practicantes de Falun Gong en 1999.
El hombre estaba bien conectado con la facción de Jiang Zemin en Shanghái, que es el rival principal del actual líder Xi Jinping.
Cirujana china busca clientes en Estados Unidos
Todo comenzó cuando Zhou Qing le preguntó al Sr. Lu, que ya iba y venía a Estados Unidos, si conocía a personas de allí que necesitaran un órgano y no pudieran conseguirlo en Estados Unidos.
Cuando le contestó que, dado que se dedicaba a mejoras en el hogar, no tenía forma de conocer a personas interesadas en trasplantarse.
Qing trató de convencerle de lo contrario, diciendo que había una gran cantidad de dinero que podría conseguir por cada persona remitida, mucho más de lo que él ganaba.
El Sr. Lu no sabía nada de los crímenes de la sustracción de órganos en ese momento, así que le preguntó si era ella la que hacía los trasplantes, a lo que ella respondió “ya no”.
Al preguntarle por qué dejó de hacerlo, le contó que había empezado a tener pesadillas, lo que le pareció un poco curioso al Sr. Lu, dado que ella era una cirujana veterana.
A medida que avanzaba la conversación, su marido, Mao, le dijo que ella no hacía los trasplantes en su hospital, sino que llevaba al “donante” y al receptor a hospitales militares donde le daban mucho dinero inmediatamente después del trasplante.
Mao le dijo al Sr. Lu que los órganos estaban frescos y aún vivos en el momento de la operación.
Cuando el Sr. Lu preguntó inocentemente qué significaba ‘fresco’, su cuñada reveló algunos de los detalles de la sustracción de órganos.
Dijo que su hermana había dejado de hacer los trasplantes porque era demasiado horrible. Cuando abría a la persona, ésta gritaba de dolor emitiendo sonidos horribles.
Zhou Qing dijo que las víctimas gritaban ‘Falun Dafa es bueno’ cuando las abrían, indicando que eran practicantes.
El Sr. Lu preguntó por qué no usaban anestesia, ella respondió que la anestesia podría arruinar el órgano, adormeciendo o dejando residuos y afectando la frescura.
El Sr. Lu no comprendió del todo en ese momento la gravedad de lo que le dijeron.
La presión internacional sobre los crímenes de la sustracción de órganos
Como en 2002 no había noticias ni informes sobre la extracción de órganos en China, no indagó más al respecto.
Pero con el paso del tiempo, empezaron a surgir informes sobre los delitos y así pudo atar cabos a lo que había escuchado en China.
Hace dos años (2013) le preguntó a su cuñada si su hermana seguía implicada en la extracción de órganos, y ella le dijo que ya no y le advirtió repetidamente que no revelara lo que sabía, o se metería en problemas.
El yerno de Mao Shuiping trabaja en el Buró de Seguridad Doméstica, que se ocupa de la vigilancia nacional y de los asuntos de inteligencia exterior.
El yerno de Mao amenazó al Sr. Lu con que, si revelaba lo que sabía, haría que lo deportaran de EE.UU.
Cuando el Sr. Lu dijo que las autoridades estadounidenses nunca deportarían a alguien a las órdenes del régimen chino, dijo que no había necesidad de ordenar algo, y que sólo con poner algunas drogas en su bolso cuando hacía el check-in sería enviado de vuelta inmediatamente.
Mao también le dijo al Sr. Lu en persona que a los agentes de policía armados les ofrecían 500 yuanes por cada practicante de Falun Gong que arrestaran y llevaran a un centro de detención en Pudong.
No se llenaba ningún papel, no se anotaba ningún nombre, ni informe policial para estos practicantes. Eran personas desaparecidas.
A veces, los altos funcionarios del gobierno central de Beijing, venían al centro de detención de Pudong y se llevaban a los practicantes para experimentar con ellos, experimentos humanos, dijo.
Al principio, una vez que los practicantes eran detenidos y llevados allí, la policía les daba una paliza, pero dejaron de hacerlo, quizá para no dañar sus órganos.
Conclusión
Los donantes eran practicantes de Falun Gong vivos, no prisioneros condenados a muerte, que la comunidad china de trasplantes ha afirmado que eran.
Los practicantes pudieron gritar ‘Falun Dafa es bueno’ al momento de ser ‘carneados’, esto demuestra claramente que estaban completamente conscientes y no tenían muerte cerebral.
No utilizaron anestesia, lo que demuestra que su objetivo era obtener el órgano lo más fresco posible haciendo que el crimen fuera aún más cruel.
Los trasplantes se realizaron en hospitales militares y de la policía armada que no figuran como certificados para realizar este tipo de operaciones.
Esta es una prueba clave: mientras que el PCCh reportó que realizó cierta cantidad de trasplantes, la cifra real es exponencialmente mayor.
Entonces, ¿a cuántos practicantes de Falun Gong ha matado realmente el PCCh para obtener sus órganos?
Funcionarios del Gobierno Central de Beijing vinieron a llevarse a los practicantes para “experimentos humanos”, lo que significa que la sustracción de órganos no es un asunto local, sino que está bien coordinado y sancionado desde los más altos rangos del PCCh.
¿Quisiera usted festejar los Juegos Olímpicos en China sabiendo esto? ¿Le daría usted dinero al régimen comunista chino, comprando entradas, bebiendo, comiendo y paseando por esa ciudad?
Continuará.
Información contextual
Qué es Falun Gong
Por qué es perseguido
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