Por Mamella Fiallo Flor – Panampost

Por elección popular, Jair Bolsonaro fue elegido como persona de 2021 para ocupar la portada de la revista Time, que abre anualmente el concurso. Por amplio margen, el presidente de Brasil superó a sus rivales. La decisión final queda ahora en manos de los editores.

En total, 9 millones de personas votaron para escoger al ganador de este año. Bolsonaro consiguió 24 % de los votos. El segundo lugar lo obtuvo el expresidente de EE. UU., Donald Trump, con 9 %. En tercer lugar estuvo el personal de primera línea que enfrentó la pandemia del coronavirus.

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Por medio de una nota de prensa, la revista Time publicó la noticia. De acuerdo con el medio estadounidense de línea progresista, los nominados son considerados tanto por su imagen positiva como negativa. En el caso de Bolsonaro la revista optó por destacar los puntos desfavorables.

Con su triunfo, Bolsonaro demostró que a pesar de que los grandes medios suelen favorecer a los personajes de izquierda, existen muchos líderes de derecha, como él, que cuentan con el respaldo popular.

La corrección política, la censura y el autoritarismo ejercido por organismos internacionales pueden causar el efecto contrario y potenciar el respaldo a líderes soberanistas. Así lo demuestra este concurso en el que los dos personajes más votador fueron Bolsonaro y Trump.

Un impulso popular

El próximo año, el presidente brasileño se juega la reelección. Pese a los factores negativos que destaca la revista, Jair Bolsonaro puede usar este galardón para presumir del respaldo popular conseguido incluso más allá de las fronteras geográficas.

Por su parte, Donald Trump, quien obtuvo este año el segundo lugar, lo apostará todo en 2022 para recuperar el control del Congreso, impulsando a los candidatos republicanos en las elecciones de medio término, con la mira puesta en los comicios presidenciales de 2024.

Sobre el vencedor, la revista destaca los puntos polémicos. Por ejemplo, se enfoca en resaltar cómo el Senado pretende acusar a Bolsonaro por su respuesta al coronavirus debido a que se han perdido más de 600.000 vidas. Lo que Time no aclara es que esta cifra corresponden al 0,29 % de la población brasileña, que supera los 210 millones de habitantes.

Asimismo, en un intento por desmeritar el logro alcanzado, Time destaca el rol del Supremo Tribunal Federal (STF) en contra del presidente. Pero no menciona cómo siete de los once ministros (jueces) están al servicio del Partido de los Trabajadores, tolda política socialista que convirtió a Brasil en la sede de la reorganización de la izquierda internacional con el Foro de Sao Paulo. Vale recordar que cuatro jueces fueron designados durante el gobierno de Dilma Rousseff y tres durante la administración de Luis Inácio Lula da Silva.

Tampoco se menciona cómo el máximo tribunal de Brasil se ha convertido en una «dictadura de la toga» –como lo llama Bolsonaro– puesto que habría incurrido en violaciones a la Constitución al quitarle a diputados oficialistas la inmunidad parlamentaria. También ha negado a los simpatizantes del presidente acceso a sus cuentas bancarias, redes sociales e incluso al internet en su totalidad.

De hecho, el periodista Oswaldo Eustáquio fue apresado y perdió la movilidad de sus piernas estando en prisión. Posteriormente, junto a la activista provida Sara Winter fue liberado después de un año de arresto domiciliario, por orden del fiscal general, al no haber una sentencia en su contra.

El manejo de la pandemia

En vista de que Brasil es una república federal, los estados tienen autonomía en cuanto a decisiones en sus territorios. Fue así como los ministros del STF pasaron por encima de la voluntad de Bolsonaro y le dieron a los gobernadores el poder de perseguir a quienes no se vacunan e imponer estrictos confinamientos. Incluso el juez instructor del caso en la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski (designado durante el gobierno de Lula), quien alega que «la salud colectiva no puede ser perjudicada por personas que deliberadamente rechazan ser vacunadas», admite que la vacunación forzada es “flagrantemente inconstitucional”.

Sin necesidad de imponer el uso de la vacuna, Bolsonaro ha logrado un alto  porcentaje de inmunización. Invocando la conciencia individual y no la imposición, el gobierno brasileño ha alcanzado una tasa de inoculación de 76,92 % con una dosis y 64,19 % con esquema completo. Bolsonaro ha insistido en que será el último en vacunarse.

Las políticas de Bolsonaro para enfrentar la pandemia lejos de ser rechazadas por la población han recibido una alta aceptación que se ha expresado en las calles. Fue así como el presidente logró congregar una de las mayores manifestaciones de la historia en el país. El 1 de mayo, que ha sido históricamente una fiesta socialista, se convirtió en el día para exigir la libertad (no el derecho) de trabajar.

Adicionalmente, Brasil fue el primer país del continente cuya economía logró recuperarse de los efectos de los confinamientos e incluso volvió en tiempo récord a los niveles de crecimiento de su producto interno bruto previos a la pandemia.

Solo un puñado de personas salió a las calles a protestar contra Bolsonaro. En Salvador de Bahía y Brasilia se congregaron pequeños tumultos. Mientras tanto, en la icónica Avenida Paulista de Sao Paulo, la manifestación a favor de Bolsonaro pudo haber contado con la asistencia de unas dos millones de personas, según algunas estimaciones.

Jair Bolsonaro logró ahora trasladar a las redes el respaldo conseguido en las calles para posicionarse como persona del año. Sin embargo, la decisión final estará en manos de los editores de la revista Time, que darán a conocer su decisión el 13 de diciembre.

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