Fuente: La Derecha Diario
El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, vetó la ley de eutanasia este martes, luego de que fuera aprobada por el Parlamento, donde el Partido Socialista hizo valer su mayoría para pasarla.
A pesar de que el presidente en el sistema parlamentario portugués es una figura prácticamente protocolar, conserva el poder de veto, y por primera vez en varias décadas un Jefe de Estado ha implementado la medida sin que se la pida el Primer Ministro.
Rebelo de Sousa ya había mandado el proyecto de ley a que sea analizado por el Tribunal Constitucional, luego de que el líder socialista António Costa presionara para que se apruebe la ley en plena pandemia.
El socialismo impulsó cambios para eludir las recomendaciones de la Corte Suprema, pero estas no convencieron al presidente, quien ejerció su derecho a veto, debido a “inesperadas perplejidades” que encontró en el texto del proyecto, de acuerdo con las palabras exactas de Rebelo de Sousa.
Según su parecer, los diputados deben reescribirla y decidir si la muerte asistida ha de ser admitida en caso de “enfermedad grave, incurable o fatal”, pues asegura que estas tres opciones no tienen el mismo significado, a pesar de que el texto de la ley las pone como sinónimos.
A su juicio, sería el último calificativo el que debería regir en una ley de eutanasia, aunque aclaró que más allá de los errores técnicos, él no apoya la decisión del partido gobernante. “Si aprobamos esta ley, Portugal se alinearía con los países que aplican una solución más drástica o radical para estos problemas“, aseguró, y dijo que duda de que esto se corresponda con el sentir mayoritario en la sociedad portuguesa.
Todo esto se lo ha escrito Marcelo Rebelo de Sousa al presidente del Parlamento, el socialista Eduardo Ferro Rodrigues, en una carta que le ha remitido pero que es pública.
Existe la posibilidad de que el trámite parlamentario se reinicie con estas modificaciones, pero deberá hacerse ya después de las elecciones generales anticipadas del próximo 30 de enero. La actual composición de la cámara dio el visto bueno a esta ley, pero quién sabe cuál será la correlación de fuerzas a partir del 1ro de febrero.
La segunda versión del proyecto, que se reescribió y se volvió a votar luego del fallo del Tribunal Constitucional, recibió el apoyo de 138 diputados que votaron a favor, mientras que otros 84 votaron en contra y solo se registraron 5 abstenciones.
La dirigencia del Partido Socialdemócrata (PSD), lo más cercano a una fuerza de derecha que tiene el país ibérico y al cual pertenece Rebelo de Sousa, no impuso una disciplina interna de sufragio, lo cual implicó que varios diputados de la oposición se alinearan con voto socialista.
Portugal ya tiene legalizado el aborto, despenalizada la droga y un gobierno de izquierda progresista que cada vez que va a una campaña promete “dar más derechos”. Con las elecciones de enero cerca, António Costa convirtió el debate de la eutanasia en el foco de su campaña, y en cada discurso promete darle este “derecho” a los portugueses si lo votan.
Lo que muchos portugueses piensan, como retrata la proliferación de comentarios a través de las redes sociales, es que el contexto actual de la pandemia del coronavirus, con un goteo del número de personas que muere cada día, no parece el momento más adecuado para regular un tema de estas características. Por eso, había quien se sentía decepcionado porque el papel del Constitucional quedó en nada… hasta que ha emergido de nuevo la figura del ‘profesor Marcelo’, como conocen muchos ciudadanos al presidente.
Los que pensaban que su función era meramente decorativa se han dado cuenta de que, en realidad, no es así. Muestra mucha más posición de ataque de lo que parece y, por ahora, los portugueses que están en contra de semejante ley pueden estar tranquilos porque su labor de vigilancia permanece intacta.