Por Agustina Sucri – La Prensa

Al igual que les ocurre a otros críticos de la actual “pandemia” de covid-19, no hay lugar en los grandes medios estadounidenses para el doctor Joel S. Hirschhorn ni para su libro “Pandemic Blunder” (Torpeza pandémica), en el que analiza cómo miles de estadounidenses murieron innecesariamente producto de esta enfermedad “porque el gobierno bloqueó el tratamiento y la prevención temprana en el hogar”.

Sin embargo, el hecho de que le dieran la espalda en esos espacios no detuvo a Hirschhorn. Desde marzo de 2020 no ha dejado de investigar, analizar datos y escribir artículos acerca de los innumerables “errores” que se cometieron en el manejo de la actual situación sanitaria, publicados en los medios que ahora son considerados “alternativos” por no doblegarse ante el discurso oficial.

“La única explicación lógica es que todo se trata del antiguo dicho que tenemos aquí: ‘sigan el dinero’. Todo esto se trata de grandes compañías farmacéuticas haciendo miles de millones, si no trillones de dólares”, expresó en una entrevista con La Prensa.

Como doctor en Ingeniería de los Materiales y exprofesor titular en la Universidad de Wisconsin, Hirschhorn cuenta con una vasta trayectoria en temas sanitarios. Fue alto funcionario de la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso estadounidense y de la Asociación Nacional de Gobernadores de aquel país, donde dirigió estudios sobre temas relacionados con la salud, incluidos los riesgos de los vertederos de residuos tóxicos.

Cuando en marzo de 2020 comenzó a tomar conocimiento sobre los médicos que en Francia y en Estados Unidos estaban curando enfermos graves por covid pero los gobiernos no prestaban atención a esos resultados clínicos exitosos, Hirschhorn se sorprendió y empezó a sospechar sobre cuáles serían las verdaderas intenciones detrás de esta decisión de las agencias sanitarias.

– ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones sobre el covid-19 y el modo en que las instituciones de salud pública decidieron manejarlo?

– Alrededor de marzo de 2020 estaba viendo datos provenientes de Francia y luego de Nueva York, del doctor Zelenko, y en ambos lugares estaban curando a los enfermos graves por infección con covid. En ese momento estaban utilizando hidroxicloroquina. Me llamó la atención que los gobiernos no estaban prestándoles atención a estos doctores -que parecían saber lo que estaban haciendo, obteniendo resultados clínicos muy buenos- primero con hidroxicloroquina y, meses después, con el otro fármaco genérico que comenzó a utilizar el doctor Zelenko y muchos otros en Estados Unidos: la ivermectina. Teníamos un segundo fármaco barato, genérico, con aprobación completa de la FDA. Ambos fármacos habiéndose utilizado por muchas décadas por millones de personas en todo el mundo para otros motivos, pero evidenciando que son seguros, y se estaba demostrando clínicamente que eran efectivos para manejar el covid-19 pero el gobierno, estaba promoviendo otra estrategia. El doctor Fauci estaba dispuesto a dejar que cientos de miles de personas mueran por infección con covid porque el gobierno, la FDA, los CDC, los NIH, no estaban promoviendo ningún tratamiento temprano. Y ese es el punto clave: el tratamiento precoz. De modo que vi un fracaso total en la respuesta de nuestro gobierno a esta “pandemia”.

De hecho, recientemente leí sobre cuál fue el momento en la historia que cambió todo: el 11 de marzo de 2020 cuando Fauci brindó su testimonio frente al Congreso de los Estados Unidos, donde hubo una audiencia, y allí afirmó que este “nuevo virus de la China” sería muy mortal y que sería 10 veces más mortal que la gripe estacional. Esto fue lo que dijo en el Congreso y lo que los medios recogieron. Así es que tuvimos este abordaje ridículo de la pandemia de covid que iba a ser terriblemente mortal. Pero si se observan los datos de los CDC y de otros lugares, uno se da cuenta que las personas de menos de 70 años tienen muy bajo riesgo de sufrir problemas de salud serios, hospitalizaciones o muertes a causa del covid-19. Debajo de 70 años no es una infección muy grave.

El gran error que cometió Fauci, nuestro gobierno y otros gobiernos, fue pensar que había una sola alternativa para toda la población. Y la única explicación lógica es que todo se trata del antiguo dicho que tenemos aquí “sigan el dinero”. Todo esto se trata de grandes compañías farmacéuticas haciendo miles de millones, si no trillones de dólares.

– Otra de sus críticas a la gestión de esta pandemia es que la política actual carece de reconocimiento y apoyo a los métodos de la medicina personalizada. ¿Cómo podría aplicarse para mejorar los resultados obtenidos?

– Medicina personalizada significa que la medicina debe adaptarse al paciente. Y los médicos deben tener la libertad de tratar a sus pacientes de la manera que crean más apropiada para ellos, en función de los antecedentes clínicos, la genética, la formación biológica… De modo que la medicina personalizada se trata de la libertad médica. No que el gobierno diga que hay una sola solución para todos. Lo cual es una locura. La reacción de las personas a la infección por covid varía enormemente. Hay personas que se enferman mucho, si son obesas o tienen diabetes, u otras afecciones, o son muy mayores y tienen un sistema inmune debilitado. Así que necesitamos tener soluciones que se adapten a los individuos. De eso se trata la medicina personalizada.

– Usted ha dicho que hubo un interés médico legítimo al principio de la pandemia para utilizar la medicina personalizada. ¿Qué ocurrió después?

– Desapareció. Yo mismo me sorprendí. Encontré referencias y citas y, cuando las analicé, había un interés médico legítimo en poner en práctica la medicina personalizada para la pandemia. Sin embargo, lo que ocurrió luego fue este empuje hacia otra alternativa, que diseñó Fauci, junto con la presión de grandes compañías farmacéuticas trabajando alrededor del mundo y se eliminó la medicina personalizada y la libertad médica. Es decir, el derecho de los individuos a recibir tratamientos personalizados y el derecho de los médicos a darles a sus pacientes lo que crean que funciona. Muchos médicos en Estados Unidos están utilizando ivermectina e hidroxicloroquina y hay un nuevo fármaco, fluvoxamina, que según un reciente estudio publicado en The Lancet, funciona.

– Por lo tanto, usted considera que la larga lista de errores que se cometieron -obligación de quedarse en casa, cuarentenas, barbijos y tratamiento tardío del covid- fueron intencionados.

– Sí, fueron el medio para que el gobierno controle a las personas. Es lo que llamamos acciones autoritarias, malignas, por parte de los gobiernos. Y ninguna de ellas funciona. Cuando miramos innumerables estudios -en mi libro cito uno de Dinamarca sobre los barbijos- desde el principio se sabía que estas medidas no servían. También escribí un artículo sobre el total de personas que han muerto en Estados Unidos debido a la pandemia, cerca de dos millones de personas. La mitad, cerca de 1 millón, murió como resultado de los daños colaterales de las cuarentenas, los mandatos de quedarse en casa, personas que perdieron sus trabajos, personas adictas, personas que se suicidaron. Así que esto fue intencional. Incluso hoy Fauci y nuestro gobierno todavía bloquean el uso de tratamientos tempranos. Será interesante ver si bloquean también el uso de este nuevo medicamento que Lancet ha dicho que realmente funciona.

– Aquí en la Argentina y en el mundo los medios se han mostrado muy entusiastas frente a los nuevos medicamentos de Pfizer y Merck.

– Sí, no sé por qué. En primer lugar, serán muy caros. Nuestro gobierno, por la píldora de Merck, está pagando 700 dólares. El número será también muy alto para la píldora de Pfizer. Me han dicho algunos expertos que lo que Merck y Pfizer han hecho es jugar con la química de la ivermectina. Porque tenían que obtener patentes sobre la “nueva” píldora. Una autoridad me ha contado que lo que hicieron con estas píldoras fueron variaciones ingeniosas de la ivermectina para poder obtener las patentes. De hecho, Merck es el fabricante de la ivermectina en Estados Unidos y probablemente en el mundo. Así que sabían tempranamente cómo jugar con la química de la ivermectina. Creo que Pfizer ha hecho lo mismo.

– ¿Considera que se trata de un gran caso de corrupción a nivel mundial?

– Absolutamente. La Organización Mundial de la Salud nunca hizo algo bien y todos siguen lo que hace Estados Unidos en términos de los CDC, la FDA, y los NIH. Eso es muy triste. No están pensando por sí mismos. No están mirando a estos otros países como India o Indonesia, que tienen miles de millones de personas viviendo en condiciones de hacinamiento y ya mucha de su población ha adquirido inmunidad natural. Allí muchas personas se infectaron con el virus, es inevitable. La mayoría de las personas, a la larga, se infectarán con el virus. El punto es que así se obtiene la inmunidad natural, que es 27 veces más efectiva que la inmunidad inducida, dura más tiempo y es más efectiva contra las variantes.

– ¿Por qué cree que estas medidas descabelladas pudieron llevarse adelante?

– Yo lo llamo una “colusión” o “conspiración” entre las compañías farmacéuticas, las agencias gubernamentales y los medios de comunicación masivos y el establishment médico. Debemos reconocer que el establishment médico oficial, incluyendo las grandes revistas médicas, son todos también parte de esto. De modo que es muy difícil sacar a la luz la verdad. La verdadera buena información la tienen buenos médicos -cómo Peter McCullough, George Fareed, Vladimir Zelenko-, que están haciendo lo correcto y están diciendo la verdad pero ¿cómo ha salido a la luz esa verdad? No está saliendo en los medios masivos, no salen en el New York Times ni el Washington Post, o los principales canales de noticias -ABC, NBC y CBS- está saliendo a través de podcasts. Yo he hecho ya más de 60 podcasts en programas de radio y cada mes publico alrededor de tres artículos que se replican en montones de sitios web de noticias alternativos pero no aparezco en los medios de comunicación masivos. Mi libro no ha tenido cobertura alguna por esos medios.

– ¿Qué lo llevó a escribir el libro?

– Aunque lo escribí hace casi un año, está tan vigente hoy como en aquel momento. La única razón por la cual lo escribí fue para educar a las personas, para informar al público sobre la verdad. Y cómo el gobierno, en particular Fauci, lo ha arruinado todo.

– ¿La gestión de esta pandemia ha socavado la confianza en la medicina y en la ciencia?

– Oh, sí. Absolutamente. Creo que ahora gran parte del público ha perdido la confianza en la medicina, en el establishment médico, y particularmente en nuestras agencias gubernamentales: los CDC son nefastos, no se puede confiar en prácticamente ningún dato proveniente de los CDC. Los mejores datos provienen de Reino Unido, de Israel, y de algunos otros lugares en Europa. Por lo tanto, la gente ha perdido la confianza en todo el sistema de salud pública. Y ese es el motivo por el que todavía tenemos tanta resistencia en Estados Unidos.

– ¿Considera que en esta pandemia ha habido grandes perdedores y ganadores?

– Los perdedores son todas las personas que murieron por el covid: más de 5 millones en todo el mundo. Desde mi punto de vista, con una perspectiva médico-científica, nadie debería morir por el covid-19 ya más. Sabemos cómo prevenir las muertes. Los perdedores también son aquellas personas que sufren las formas graves de la infección y el covid largo, que sobreviven a la infección inicial, pero tendrán problemas de salud por meses o años en el futuro. También aquellas personas que están sufriendo efectos adversos y muriendo. No sé quién más que las compañías farmacéuticas, que están haciendo dinero a partir de todo esto, pueden considerarse ganadores. Las agencias gubernamentales han fallado. Estoy orgulloso de la India. El estado más grande de la India, con más de 240 millones de personas, básicamente erradicó la pandemia mediante el uso de ivermectina, la está dando de forma gratuita. También hay experiencias similares en Latinoamérica. Por lo tanto, los ganadores son aquellos países que no compraron el relato oficial. A ellos también los llamaría ganadores, más allá de las compañías farmacéuticas que son ganadoras porque hicieron dinero.

– Aún hay muchas personas atemorizadas, con miedo a sacarse los barbijos, tomando algunas decisiones equivocadas por miedo al virus.

– Ese fue el genio de Fauci, que creó el miedo. Siempre se trató de crear temor en la población. Si la población tiene miedo del virus, obedecerá a lo que dice el gobierno: usarán los barbijos, acatarán los confinamientos, se quedarán en casa y harán todo lo que demostró ser inefectivo. Estas medidas no nos protegen realmente. El miedo es la herramienta de los gobiernos autoritarios y la mayoría de los gobiernos, incluyendo el de Estados Unidos, se han vuelto terriblemente autoritarios. La pandemia no terminará. Continuará porque no se erradicará el virus. Siempre estará alrededor, de una manera u otra. Se debe aprender a vivir con él, y la mayoría de las personas pueden vivir con él, no enfermarán de forma mortal. Y a las personas mayores que están en riesgo, debemos darles medicina personalizada. En otras palabras, podríamos haber prevenido todas estas muertes en geriátricos, pero no les dimos a estas personas ninguna opción. No les dimos acceso a estos medicamentos genéricos y aún hoy no tienen acceso a ellos.

– De modo que depende de que las personas salgan del temor en algún momento.

– Mientras exista este tipo de corrupción en los medios de comunicación masiva no creo que la mayoría de la población despierte alguna vez. Lo único que cambiará esto es ver más y más datos sobre cuáles son las alternativas que salvan vidas y cuáles solo causan más enfermedad y muertes.

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