Traducido de nypost.com por tierrapura.org 

El presidente Biden dice que está “considerando” un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno del próximo año en Beijing. De hecho, eso es lo mínimo que se pide.

El Partido Comunista Chino pretende hacer de los Juegos un triunfo propagandístico que avergüence a la “Olimpia” de Leni Riefenstahl. En realidad, merece el desprecio del mundo, mucho más allá de no enviar una delegación oficial del gobierno estadounidense.

Uno: El PCCh (partido comunista chino) ha violado todas las disposiciones de la Convención sobre el Genocidio de la ONU en su horrible y atroz abuso de los uigures en la región del extremo occidental de Xinjiang. Retiene a unos 2 millones de uigures, kazajos y otras minorías musulmanas en unos 260 campos de concentración de alta seguridad construidos en secreto y en otros centros de detención. El puñado de personas que han salido de ellos dicen que fueron sometidos a adoctrinamiento, abusos sexuales e incluso esterilización forzada.

Dos: Beijing se niega rotundamente a cooperar en cualquier investigación real sobre los orígenes de la pandemia que se ha cobrado más de 5 millones de vidas. De hecho, como señaló David Asher, “las pruebas científicas y circunstanciales de que la pandemia de COVID-19 (Virus PCCh) se produjo a raíz de un accidente de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan son casi concluyentes”.

El PCCh ha hecho todo lo posible para enturbiar las aguas desde los primeros días de la pandemia. Desde borrar el nombre del denunciante Dr. Li Wenliang de Internet, hasta culpar a los EE. UU. de traerlo a las costas de China a través de los envases de alimentos congelados, pasando por presionar a la Organización Mundial de la Salud para que apoye sus mentiras.

Tres: China extrae los órganos de los presos de conciencia, una práctica que dura casi dos décadas, principalmente de los practicantes de Falun Gong y de los musulmanes uigures. Beijing insiste en que todos los órganos proceden de donantes “voluntarios” después de la muerte, pero las brutales cifras lo hacen imposible.

Cuatro: La represión de la libertad en Hong Kong, en contra de las promesas de Beijing en el acuerdo de entrega de la ciudad insular. El PCCh no sólo ha aplastado cualquier atisbo de democracia, sino que ahora detiene a todo lo que se interpone en su camino.

Cinco: La guerra de Beijing contra las iglesias. El régimen chino no quiere otros dioses ante él: Lleva años reprimiendo a los cristianos de China, negándose a permitir que los niños asistan al culto, derribando iglesias, sustituyendo las imágenes de Jesús por su careta, encarcelando a los pastores y editando la Biblia para que se adhiera a la línea del PCCh.

Seis: En su última muestra de tiranía, el régimen ha hecho “desaparecer” a una de sus tres atletas olímpicas, la estrella del tenis Peng Shuai, después de que ésta acusara a Zhang Gaoli, antiguo viceprimer ministro, de agresión sexual. Así es como funciona el PCCh, pero es razón suficiente para un boicot por parte de los propios atletas si los gobiernos del mundo y el Comité Olímpico Internacional hacen la vista gorda.

Nota del editor: Para mayor información sobre la sustracción forzada de órganos contra los practicantes de Falun Gong (también conocido como Falun Dafa), visite este link.

Envía tu comentario

Subscribe
Notify of
guest
1 Comentario
Más antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios

Últimas