Por Vanesa Catanzaro – BLes.com

Bethan Simpson decidió en 2019 tener a su bebé a pesar de que le aconsejaron abortar porque iba a nacer con espina bífida. Tras haber sido operada en el vientre materno, la niña, hoy de dos años, contra todo pronóstico puede correr y saltar y llevar una vida activa como cualquier niño sano. 

Bethan recibió la noticia de la afección de su hija, a quien llamó Eloise, cuando llevaba 20 semanas de embarazo y decidió someterse a una cirugía correctora de dicha anomalía congénita que acababa de ser aprobada en Reino Unido, acorde a lo que reportó Life News.

“La espina bífida ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal de un bebé no se desarrollan correctamente en el útero, lo que provoca un espacio en la columna vertebral”, de acuerdo a lo que indica el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido en su página. 

Es un tipo de defecto del tubo neural, que es la estructura que se convertirá en las semanas siguientes a formarse, en el cerebro y la médula espinal del bebé. El tubo neural se forma al principio del embarazo y se cierra aproximadamente 4 semanas después de la concepción.

Según datos estadísticos del CDC, en Estados Unidos nacen con espina bífida cada año alrededor de 1.427 bebés, o 1 de cada 2.758 nacimientos.

Bethan contó que cuando los médicos le hicieron una exploración y detectaron la anomalía congénita, le ofrecieron realizarse un aborto en ese mismo momento.

“Esa nunca fue una opción para nosotros y algo que nunca consideramos; Nos dijeron que muchas personas optan por interrumpir el embarazo porque los bebés a menudo no tienen función de sus piernas y no pueden caminar ni hablar”, dijo Bethan.

Así es que en enero de 2019, la mujer que entonces tenía 28 años, eligió someter a su bebé, al procedimiento quirúrgico recién aprobado. 

“Tenía 25 semanas de embarazo cuando me operaron; la cirugía fue para corregir el defecto en términos de cerrarlo y asegurar que no hubiera más daño en su columna para mejorar sus resultados”, explicó la joven madre. 

Y enfatizó que de no haber decidido hacer la operación en ese momento, el daño hubiese sido por y probablemente con secuelas cerebrales permanentes en su hija. 

Bethan agregó: “Eloise ahora camina bien sin ninguna intervención”. Incluso dijo que la niña puede correr, saltar, subir escaleras y trepar y que “es muy deportista”, sin haber tenido que necesitar fisioterapias. 

“No podemos creer lo bien que le está yendo dado su pronóstico; nunca hubiéramos imaginado que sería como es ahora”, se alegró Bethan. 

Por último recalcó que “la gente necesita saber que no es el fin del mundo y que hay otras opciones que considerar antes de optar por una terminación [del embarazo]”.

En este sentido Catherine Robinson, portavoz de “Right To Life UK”, una organización benéfica pro-vida en Reino Unido que defiende el derecho a la vida desde la concepción, dijo: 

“Bethan tiene toda la razón al enfatizar que los bebés con espina bífida pueden tener una buena calidad de vida. Su hija es prueba de ello. De hecho, es imprudente e injusto recurrir inmediatamente a interrumpir un embarazo porque el niño puede nacer con una discapacidad”.

“Es una grave injusticia que los bebés sometidos a cirugía por espina bífida reciban analgésicos, pero los bebés que son abortados en la misma gestación no. Esta contradicción es consecuencia directa de una ideología del aborto que deshumaniza al niño en el útero”, agregó Robinson. 

“Al mismo tiempo, a través de esta increíble cirugía, la humanidad del niño es más evidente que nunca. Pero si el Departamento de Salud y Asistencia Social admitiera lo obvio, podría conducir al colapso de toda la ideología del aborto”, sentenció.

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