Por Marcelo Duclos – PanAm Post

El filósofo libanés Nassim Taleb desarrolló la teoría del “cisne negro” para hacer referencia a hechos inesperados, que rompen con los escenarios predecibles o posibles. Ante una excepcionalidad, absolutamente impensada, se hace referencia al animal en cuestión para describir alguna situación acontecida. Ahora, esta semana en Corea del Norte, justamente a estas especies les tocó su propio “cisne negro”. Por orden del nefasto régimen comunista, estas famosas aves servirán de ahora en adelante de alimento al pueblo muerto de hambre.

Kim Jong-Un ya reconoció esta dramática situación la última semana. El déspota dejó en evidencia lo complicado del panorama, al solicitar a los ciudadanos que coman menos comida durante los próximos años. Es que, a la siempre complicada situación de la ineficiente dictadura izquierdista, el cierre de la frontera con China con motivo de la pandemia no hizo más que empeorar las cosas.

Escenarios de esta naturaleza no son nuevos en tierras norcoreanas. Ya sabemos que cada crisis que involucre falta de alimento en este país es sinónimo de miles de muertes por inanición, que hasta generan episodios de canibalismo, los cuales llegan a la prensa del otro lado de la frontera con fallecidos por muerte natural, que incluso se utilizan para alimentar a las mismas familias, pero también con homicidios con fines de carnicería.

“La carne de los cisnes negros es deliciosa y tiene un valor medicinal”, se informó desde el órgano oficial de comunicación del partido de gobierno. Lógicamente la cifra actual de estos animales no alcanza en la actualidad para alimentar a la población. Por los tanto, se utilizará una granja de patos, localizada en Kwangpho (condado de Jongphyong) para reproducirlos y sacrificarlos. El emprendimiento gubernamental fue bautizado como “el corral de los cisnes”.

Desde la publicación en KCNA, el régimen gobernante aseguró que la adaptación del criadero se traducirá en una mejora “para el nivel de vida de la gente”, que tendrá acceso a un alimento “saludable y excepcional”. La propaganda oficial aseguró que la carne de los cisnes negros aporta “valores nutricionales excepcionalmente altos” y que hasta cuenta con características que servirían para la prevención del cáncer.

En Argentina, en medio de una dura crisis económica e inflacionaria, el economista liberal Manuel Adorni hizo referencia a la noticia desde su cuenta de Twitter y señaló: «Siempre hay alguien peor que nosotros».

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