Por Gabriela Moreno – Panampost.com

Hastiados de la miseria del castrismo ahora los cubanos huyen fingiendo que serán turistas en Rusia o Bielorrusia para cumplir el sueño de migrar a algún país de la Unión Europea, aprovechando que son dos destinos aliados del régimen de la isla a los que pueden viajar sin un visado.

Es la “ruta rusa”, un camino alternativo que no escapa a los abusos y al drama.  En este momento, hay hasta 16000 detenidos en Polonia desde agosto tras cruzar la frontera con Bielorrusia, entre ellos cubanos que decidieron no volver, pese a tener que sobrevivir bebiendo agua del río que separa a las dos naciones y comiendo maíz de los tallos helados de Polonia (donde aún, por suerte, no ha llegado el más crudo invierno) y durmiendo en bosques.

La organización Ocalenie Foundation asegura que Bielorrusia está detrás de esta crisis humanitaria por “invitar” a transitar su territorio “diciendo que pueden cruzar la frontera de la UE desde allí. Y están dándoles una visa de siete días o un sello», revela 14yMedio.

Pero Polonia tampoco los protege. Según la ONG, cuando la Patrulla Fronteriza detiene a los migrantes no procesa sus solicitudes de asilo sino al contrario, los deporta ilegalmente a Bielorrusia.

Así cada año 25000 cubanos entran en Rusia como turistas, según datos de la Guardia Fronteriza de Vladímir Putin, reseñados por El País como parte del acuerdo entre Moscú y La Habana, que no exige un visado y autoriza una estadía de hasta 90 días; solo visitando, sin trabajar.

Entre corrupción y abuso

Desde 5000 hasta 7000 dólares cobran las mafias de tráfico de personas por un boleto hasta Moscú y los papeles que en teoría les permitirían seguir hasta España o Italia; documentos que nunca llegan, porque Rusia no está en el Espacio Schengen, una zona integrada por 26 naciones europeas que permiten libre circulación de pasaportes y controles fronterizos dentro y fuera de ellas sin restricciones de personas, bienes, servicios y capital.

Es un engaño con altos costos, considerando que “comprar un vuelo a Moscú es más caro desde la isla, así que hay quienes recurren a algún intermediario que les envía el pasaje desde fuera, y que por algo más de dinero les promete alojamiento, trabajo y resolver los trámites burocráticos”, revela El País.

Sin embargo,  el intermediario –generalmente cubano– proporciona mano de obra barata a contratistas informales rusos, armenios, azerbaiyanos o serbios que nutren de personal a obras por toda la capital. “Siempre sin contrato, sin seguridad y sin garantía de cobro. Si todo va según lo pactado, el trabajador recibe su salario –que suele rondar el equivalente a unos 300 euros mensuales– de manos del intermediario, que se queda una comisión de lo que ya probablemente es un sueldo mermado”.

Un arma con la Unión Europea

Quienes caen en esta red lo hacen con la esperanza de regularizar su estadía en algún momento. Otros, tratan de recabar el dinero que les falta para pagar los supuestos documentos para viajar a Europa; algunos consiguen salir a Serbia y ahí se quedan, esperando.

La Unión Europea sostiene que el régimen de Aleksandr Lukashenko utiliza a los migrantes como un arma contra el bloque comunitario, que ha impuesto sanciones económicas al país después de que en 2020 el dictador bielorruso se declarara vencedor de las elecciones presidenciales y aumentara de manera muy significativa la represión contra la oposición.

Sus soldados son señalados por los cubanos de torturar y golpear con barras metálicas las piernas de los migrantes porque “no tienen respeto por la dignidad humana o los derechos humanos”.

“Somos como balones de fútbol en un partido entre Polonia y Bielorrusia. Nadie nos quiere», lamenta uno de ellos, entrevistado por 14ymedio. Polonia, enfrentada directamente a su vecino, acusa a Putin de respaldar a Lukashenko y orquestar un golpe «híbrido» para desestabilizar a Bruselas.

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