Fuente: Derecha Diario
Bill Gates vivió nuevamente un momento incómodo cuando fue preguntado en una entrevista para la cadena PBS sobre su vínculo con el pedófilo y líder de una red de trata de menores Jeffrey Epstein, procesado por prostitución de menores y muerto en su celda de Nueva York mientras esperaba ser enjuiciado.
El fundador de Microsoft fue entrevistado por la reconocida periodista Judy Woodruff, quien a pesar de su cercanía con el establishment estadounidense, se animó a indagar sobre la relación que el poderoso hombre de la industria de la tecnología mantuvo con el oscuro millonario.
Según los registros de vuelo que incautó la justicia, Bill Gates viajó por lo menos 6 veces en el Lolita Express, el jet privado de Epstein, con destino a su residencia en Palm Beach y también a la isla Little St. James, ubicada en las Islas Vírgenes cerca de Puerto Rico, identificada por la fiscal a cargo del caso como el epicentro de la red de pedofilia que manejaba el financista demócrata.
La fecha de los vuelos en los que participó Gates data del 2013, cinco años después de que Epstein fuera condenado como pedófilo. El financista de los Clinton se declaró culpable y fue condenado en 2008 por un tribunal estatal de Florida por procurar un niño para la prostitución y por solicitar una prostituta menor de edad.
Cumplió casi 13 meses de prisión, pero con una extensa libertad condicional bajo la premisa de que no era un peligro para la sociedad. Además, como en aquél entonces no se pudo demostrar que él fuera el líder de la red de trata, ni siquiera cumplió la sentencia completa de 3 años. Por lo que Gates no puede decir que cuando se subió al avión con él no sabía de su pasado en la pedofilia.
“¿Qué sabía de él cuando se reunía con él, como usted mismo dijo, con la esperanza de recaudar dinero?”, preguntó Woodruff a Gates hacia el final de la entrevista. El ex CEO de Microsoft -de la que se alejó cuando comenzaron a conocerse detalles de sus vínculos amorosos con una empleada- titubeó pero se escudó en el mismo recurso que utiliza siempre: “Fue un error”.
“Tú sabes, he tenido cenas con él. Me arrepiento de haberlo hecho. Epstein se relacionó con gente que dijo, ya sabes, que daría dinero a la salud global, que es un interés que tengo. Ya sabes, no hay suficiente filantropía que vaya en esa dirección. Esas reuniones fueron un error. No resultaron en lo que él pretendía y las corté. Ya sabes, eso se remonta a mucho tiempo atrás, así que no hay nada nuevo en eso”, respondió Gates.
Esto es falso, ya que como publicó Business Insider, en octubre del 2014, Epstein donó 2 millones de dólares a un laboratorio de investigación del MIT que había lanzado Bill Gates en la facultad. “El esfuerzo por ocultar el contacto del laboratorio con Epstein era tan conocido que algunos miembros del personal del laboratorio, se referían a Epstein en correos electrónicos filtrados como ‘Voldemort’ o ‘el que no debe ser nombrado’“, explica el New Yorker.
Woodruff no se detuvo en esa respuesta y continuó indagando en la misma dirección. Le consultó respecto a algo básico, teniendo en cuenta que para el tiempo en que ambos mantenían esas reuniones, ya Epstein había sido procesado por la justicia por prostitución con menores. “Tú sabes, ya he dicho que me arrepiento de esas cenas. Pero no hay nada, absolutamente nada de eso en esto”.
Al final de la entrevista, Gates dijo una frase que sepultó su postura. Ante la pregunta de si había aprendido algo con todo esto, en vez de contestar algo así como que entendió que no tiene que aceptar la plata de cualquier financista que abra su chequera, Bill Gates con una sonrisa contesta: “Bueno… ahora él está muerto”.
– Woodruff: “¿Hubo en todo esto una lección aprendida por usted, o para alguien que esté mirando esto?“
– Gates: “Bueno… él está muerto, así que… Ya sabes, en general tú siempre tienes que ser cuidadoso y, ya sabes, estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho en filantropía, muy orgulloso del trabajo de la fundación. Ese es el motivo por el cual me despierto cada mañana y en lo que me enfoco”.
La imagen de Gates -uno de los empresarios más talentosos del Siglo XXI- sufrió un brusco vuelco a partir de su divorcio y de conocerse detalles de su vida privada. Desde los engaños amorosos y maltratos a Melinda, su ex esposa, hasta sus polémicos encuentros con Epstein, en los últimos meses el fundador de Microsoft ha tenido que hablar más de asuntos relacionados con su comportamiento que con sus proyectos.