Fuente: La Derecha Diario

Disney lanzó a principios de mes su nueva película del mundo Marvel, Shang Chi y La Leyenda de los 10 Anillos. Si bien la película está obteniendo mejores ganancias de lo esperado en Estados Unidos (aunque ha quedado debajo de películas con menor producción como Free Guy de Ryan Reynolds), todavía no ha sido aprobada para publicarse en China, el principal mercado al que estaban apuntando con esta entrega.

La película está basada en la serie de cómics de Marvel del mismo nombre, y sigue la historia de Shang-Chi, un personaje creado en los 70s para capitalizar el éxito de los largometrajes de Bruce Lee en Hollywood, quien lucha contra el dominio tiránico de su padre, Xu Wenwu, quien es una adaptación del villano de los comics, The Mandarín.

En la película, Shang-Chi es expulsado de su cómoda vida en San Francisco a la casa de su familia mafiosa en China, donde se embarca en un viaje que lo convierte en superhéroe para salvar a su familia y, en última instancia, al mundo.

Los críticos estadounidenses, dominados por la cultura progresista, han aclamado la película como “un momento histórico” para la representación asiática y asiático-americana en Hollywood, a pesar de que hace 50 años que hay películas de acción con representación asiática, por ejemplo del mismo Bruce Lee, de Jackie Chan, y tanto otros.

La película se ha ganado elogios en Estados Unidos por incorporar “hábilmente” elementos de la cultura china y por intercalar diálogos en chino mandarín “a la perfección“. Pero en China, tienen una mirada completamente distinta del asunto.

El Ministerio de Propaganda chino ha tildado la película de racista y no ha aprobado que sea mostrada en las pantallas de China, el mercado más grande del mundo y que suele componer un buen porcentaje de las ganancias de las películas de Marvel.

El lanzamiento de Avengers: Endgame en China le trajo a Marvel 629 millones de dólares en ganancia, lo cual respecto a los 2.797 millones de dólares compone el 22% de la ganancia total. Con este número en mente, el jefe de Marvel, Kevin Feige, se le ocurrió hacer Shang Chi para explotar el mercado chino, pero su apuesta falló estrepitosamente.

Este no es un problema que vayan a resolver en el corto plazo. Avengers: Endgame fue la última película de Marvel que el régimen comunista chino dejó que se muestre en sus cines. Desde la reapertura de los cines en China tras la pandemia (que ya es cosa del pasado en China, donde ni siquiera se habla de la variante Delta del coronavirus), a ninguna película de Marvel se le ha permitido entrar al país.

Ni Black Widow, ni Shang Chi, ni la venidera Eternals ha sido aprobada en China. Incluso la próxima Spider Man 3 todavía está bajo revisión por el Ministerio de Propaganda chino.

La realidad es que más allá de que Shang Chi les haya parecido racista por cómo se interpreta a los personajes de origen chino con actores criados en Occidente, la realidad es que el Partido Comunista Chino está invirtiendo millones en películas de industria nacional, donde se intenta transmitir un mensaje de marcado nacionalismo comunista que levante los ánimos en la población después de la pandemia.

En este mercado inundado por películas asquerosamente comunistas como “Hola, Madre” y “Detective Chinatown 3”, creadas por directores miembros del Polituró, no hay espacio para películas de acción norteamericanas, por más complaciente que se quiera ser con los chinos.

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