Por Mamela Fiallo Flor – Panampost.com

Al menos 170 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses, sumado a 15 efectivos heridos, en un doble atentado suicida en el aeropuerto de Kabul agravaron la desconfianza en la administración de Joe Biden por su manejo de la situación en Afganistán.

Como respuesta, una ola de senadores republicanos pidieron públicamente su renuncia, según reseña Fox News. La acción es encabezada por la misma persona que puso en duda la legitimidad de Biden desde enero cuando debía ser ratificado. Se trata del senador Josh Hawley, republicano por Missouri, quien hoy insiste en la remoción del demócrata ante la jornada sangrienta en Afganistán.

Hawley dijo en un comunicado que su ofician emitió en el cual se alega que Biden «ahora ha supervisado el día más mortífero para las tropas estadounidenses en Afganistán en más de una década. La crisis empeora cada hora. Este es el producto del catastrófico fracaso de liderazgo de Joe Biden (…) Ahora está dolorosamente claro que no tiene ni la voluntad ni la capacidad para liderar. Debe renunciar».

En ese orden, Hawley, quien en abril expresó su apoyo a la retirada de todas las tropas estadounidenses de Afganistán, también aseveró que «debemos rechazar la falsedad de un presidente irresponsable de que esta era la única opción para la retirada».

Del mismo modo, el senador republicano Lindsey Graham había dicho el jueves antes del ataque en Kabul que estaba a favor de acusar a Biden. Los miembros del Congreso ofrecieron muchas críticas sobre el proceder del demócrata.

«Si se puede acusar al presidente Trump mediante una llamada telefónica. Entonces, ha llegado el momento de enjuiciar a Biden por negligencia grave en Afganistán», acotó también el representante Ronny Jackson, republicano por Texas.

Antifa acosó a la familia de Hawley por deslegitimar a Biden

Desde enero, el senador Josh Hawley ha insistido en no legitimar a Biden. «No puedo votar para certificar los resultados del colegio electoral el 6 de enero sin mencionar el hecho de que algunos estados, particularmente Pensilvania, no siguieron sus propias leyes electorales estatales (…) Y no puedo votar para certificar sin señalar el esfuerzo sin precedentes de las megacorporaciones, incluidas Facebook y Twitter, para interferir en esta elección, en apoyo de Joe Biden», señaló Hawley en un pronunciamiento de enero.

Las represalias que sufrió fueron inmediatas. Una turba de extrema izquierda, entre ellos miembros de Antifa, fueron hasta su casa en Washington, D.C. para amedrentar a su familia. Sin embargo, el senador estaba en su estado natal.  Su esposa y su bebé recién nacida estaban aterrorizadas en el interior de su domicilio, mientras la turba gritaba que Joe Biden era el presidente.

Hawley reprochó que eran unos cobardes, pues lo hicieron bajo el cobijo de la noche para no mostrar la cara. También el republicano señaló cómo los medios masivos retratan a grupos violentos como dulces ángeles, cuando, en su opinión, forman en realidad turbas de intimidación.

Desde el debate presidencial en octubre del 2020, Biden ha suavizado la peligrosidad de Antifa. Incluso anunció que no se trataba de un movimiento, sino de una idea. No obstante, la evidencia demuestra lo contrario. El Partido Demócrata ha incentivado el accionar de estas agrupaciones anarcomunistas e incluso sus reclamos.

Por ejemplo, la legisladora Cori Bush pidió abiertamente desfinanciar a la policía (reclamo recurrente de Black Lives Matter, movimiento cuyas fundadoras se declaran marxistas entrenadas). En respuesta, la senadora Marsha Blackburn de Tennessee, señaló que Bush tiene seguridad privada. Por ende quiere desprotegida a la población civil y bien resguardadas a las élites

Ahora la senadora Blackburn acompaña el reclamo de sus colegas conservadores al exigir la renuncia de Biden e incluso dio un paso más allá: pidió además la renuncia de la vicepresidente de EEUU, Kamala Harris; del secretario de Estado, Antony Blinken; del secretario de Defensa, Lloyd Austin y del presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley; a cargo del operativo en el país del centro asiático.

Lo dijo públicamente después de haber señalado que Biden «prometió una respuesta contundente contra cualquier ataque a los miembros del servicio de Estados Unidos». Asimismo, reclamó que el demócrata «debe cumplir su palabra de hacer pagar a estos terroristas».

Días antes, la senadora Blackburn pidió (junto a otros legisladores conservadores) a Biden que despidiera a su equipo de seguridad nacional, incluido el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, por el manejo de la administración de la situación de seguridad en Afganistán.

En ese orden, el diputado republicano Byron Donalds (Florida) pidió a Biden que «renunciara de inmediato», destacando una «retirada fallida» de Afganistán.

De igual manera, el senador republicano Lindsey Graham (SC) dijo en una entrevista en Newsmax que Biden «debería ser acusado», y agregó que había «abandonado a miles de afganos que lucharon con nosotros y que va a abandonar a algunos ciudadanos estadounidenses porque capituló ante los talibanes a la fecha límite del 31 de agosto «.

Por último, la presidente de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, Elise Stefanik y el representante Jim Banks declararon públicamente que Biden no es apto para ocupar el cargo.

Previo a la situación en Afganistán la capacidad de gobernar de Biden ya estaba en duda. El legislador Ronny Jackson, quien fue el médico de cabecera de la Casa Blanca bajo Trump y Barack Obama, dijo que Biden debería someterse a una prueba para demostrar su lucidez.

Hasta el 38% de los votantes cree que Biden sufre de demencia senil. Es el presidente más anciano de la historia de los EE.UU. y ha tenido múltiples tropiezos durante la campaña y ahora en el gobierno, tanto discursivos como físicos (se ha caído subiendo las escaleras del avión presidencial).

Los legisladores republicanos están vigilantes.

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