Fuente: KontraInfo.com
Cientos de manifestantes convocaron una protesta en Londres contra las restricciones por Covid y tomaron la sede de la empresa Google y de canales televisivos.
La multitud ocupó este lunes la sede de ITV News y Channel 4 News en Londres, otra de las tantas acciones contra los medios de comunicación, pero fue dispersada por la Policía local. Por otra parte, un grupo de manifestantes escrachó al periodista de Channel 4 News, Jon Snow, quien se encontraba en el lugar.
El rechazo fue hacia las medidas restrictivas que el gobierno de Reino Unido está evaluando aplicar, como la posible obligatoriedad de la inoculación de la vacuna y el pasaporte sanitario, siguiendo los pasos de lo instrumentado por el gobierno francés.
Si bien el gobierno de Boris Johnson no aplicó aún el pase sanitario, advirtió que en septiembre podría hacerlo para acceder a algunos comercios.
Después de marchar desde la estación de King’s Cross hasta la sede de Gray’s Inn Road de ITN, los manifestantes fueron recibidos por policías uniformados que custodiaban las puertas giratorias del edificio. Sin embargo, de inmediato se les permitió pasar por una salida de emergencia, aparentemente por un simpatizante que ya se encontraba dentro del edificio. Luego, los manifestantes quedaron varados en la recepción del edificio, separados por una pared de vidrio de los periodistas de ITN atrapados dentro de sus oficinas, con ambos grupos filmándose entre sí. Finalmente, llegaron refuerzos policiales para sacarlos el edificio.
Posteriormente, los manifestantes se dirigieron a las oficinas de Google en el centro de Londres, donde fueron recibidos nuevamente por agentes de policía. El reclamo, contra la sede de la corporación que monopoliza las búsquedas en la web, estuvo dirigida a denunciar la permanente censura en Youtube y otras empresas de la compañía del material que cuestiona el discurso único global sobre la pandemia.
Las protestas han recrudecido en distintos países europeos luego de que varios de estos anunciaran la aplicación del pasaporte sanitario, que es una vía indirecta de obligar a la población a inocularse contra el Covid-19, no permitiendo el acceso de las personas a espacios públicos o incluso impidiendo trabajar, a pesar de desconocerse los efectos adversos a largo plazo de las terapias génicas experimentales que se vienen utilizando.