Fuente: Primer Informe
En los últimos 6 años los venezolanos descendieron en el consumo de carne bovina per cápita al año. Según datos del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar), en la actualidad comer carne es un lujo y solo se está consumiendo entre 3 y 8 kilos al año.
Los venezolanos en el año 2015 tuvieron un consumo de 24 kilos por persona al año, rebasando en ese momento la medida estándar recomendado por la FAO para combatir la malnutrición y la subnutrición, que establece que el consumo ideal es 20 kg per cápita.
En la nación sudamericana no solo comer carne es un lujo, también el consumir leche se ha vuelto inalcanzable para una gran porción de los venezolanos. Actualmente el índice de consumo es de 50 y 55 litros por persona al año.
Eso significa que el consumo de leche en una década descendió al menos 50%. En 2011 se consumía más de 100 litros según la Cámara Venezolana de la Industria Láctea (Cavilac).
La recomendación de las FAO para el consumo de leche anual es de 120 litros por persona y según Carlos Albornoz, presidente de Invelecar los venezolanos están por debajo de países como Cuba donde el consumo es superior a los 60 litros al año.
“Venezuela también está muy por debajo del promedio de consumo de todo el continente americano, cuya ingesta de leche anual es 200 litros por habitante», informó Albornoz.
Nutrición de los venezolanos en juego
La caída prolongada del consumo de proteína animal en Venezuela es una de las consecuencias de la pérdida del poder adquisitivo. Además la hiperinflación y el cierre de empresas en ocho años dispararon el desempleo, señala Rodrigo Aguilar.
Aguilar, director de la Red Agroalimentaria de Venezuela señala que los ciudadanos están basando su alimentación en carbohidratos como pasta, arroz, harina, y tubérculos como papa y yuca. Por esto han dejado de comer carne.
La única proteína animal que están consumiendo los venezolanos es queso y mantequilla, productos que se elaboran con el 87% de la leche nacional y que además son de fabricación artesanal.
Ganaderos venezolanos trabajan con las uñas
Aguilar explicó que las que hasta el año 2015 lograron abastecer 17 kg del consumo per cápita. El Estado se encarga de cubrir los 8 kg restantes per cápita a través de la importación de animales vivos que eran sacrificados en Venezuela.
Ahora los controles sanitarios han venido desapareciendo, una de las causas es la cantidad de robos en las fincas productivas, lo que ha provocado que alrededor del 40% de la matanza de animales en el país no esté vigilada por médicos veterinarios.
El dirigente explica que además de que el venezolano consume menos carne, el 40% de la matanza de animales se ha informalizado, o son animales robados y despellejados por cuatreros para luego ser vendidas a carnicerías.
También señala que son pequeños productores que no tienen como cumplir con el esquema de vacunación por cada animal. Lo que representa que el Estado no está garantizando la calidad de los alimentos.
Rodrigo Aguilar explicó al Diario La Prensa que la inseguridad alimentaria no es solo que el producto desaparezca de los anaqueles, ni que el consumidor no tenga para comprarlo, sino que ese producto tenga la calidad a los efectos de garantizar una sana alimentación.