Fuente: Rebelión en la Granja
El Frente Civil de Derechos Humanos (CHRF), la coalición de organizaciones que organizó las manifestaciones prodemocracia más multitudinarias de Hong Kong en 2019 y que concienció a los ciudadanos del valor de las libertades civiles frente a la dictadura china, anunció este domingo que se disolverá ante la brutal represión emprendida por las autoridades de la China comunista contra la disidencia democrática de la vieja colonia británica.
Según la televisión pública hongkonesa RTHK, el CHRF emitió un comunicado en el que asegura que «quería mantener sus operaciones» pero que «no tiene más opción que disolverse» debido a que su coordinador, Figo Chan, fue encarcelado, y a que nadie está dispuesto a seguir sus pasos, conocedores de la crueldad de la dictadura comunista con los presos políticos.
«La sociedad civil enfrenta un severo desafío sin precedentes», escribió el CHRF en el comunicado en el que hizo el anuncio. La disolución del grupo se da en momentos que China moldea a Hong Kong a su propia imagen autoritaria, y purga a la ciudad de cualquier persona o grupo considerado desleal o antipatriótico. En abril la Policía abrió una investigación sobre la financiación del CHRF, al que le acusaba de no haberse registrado con arreglo a las normativas locales, aunque por el momento no se han publicado los resultados de dichas pesquisas.
Las manifestaciones prodemocracia alcanzaron niveles inéditos en Hong Kong hace dos años. «La libertad no es gratis«, se leía en muchas de sus pancartas.
El CHRF tuvo un papel central en los meses de protestas prodemocracia que convulsionaron a Hong Kong en 2019. Pero el movimiento reconoció que la posterior represión de Pekín y una prohibición de facto de las protestas lo acorraló.
Las protestas de 2019 comenzaron en respuesta a una ley profundamente impopular que permitía las extradiciones a China desde la isla. Rápidamente se transformaron en reclamaciones de preservación de las libertades y de democracia y control sobre la acción de la policía, que dispersó las grandes multitudes con gases lacrimógenos, balas de goma y una enorme violencia.
Estas protestas, dice ahora el movimiento, «hicieron que el mundo viera a Hong Kong, permitieron que la luz brillase a través de la oscuridad y plantaron la semilla de la democracia y la libertad en los corazones de la gente». Sin embargo, desde el inicio de la pandemia de la covid las autoridades locales han rechazado autorizar este tipo de manifestaciones amparándose en las normativas locales para la prevención y el control de los contagios.
El CHRF, fundado en 2002, pregonaba la no violencia y lograba convocar a miles de personas a protestar en las calles. Hong Kong, antigua colonia británica, fue restituida por Londres a China en 1997 en el marco de un acuerdo que pretendía garantizar en ese territorio, durante 50 años, unas libertades políticas y económicas desconocidas en el resto de China. La promesa ha sido flagrantemente incumplida por los comunistas y los pactos han sido claramente violados sin que ni Gran Bretaña ni la comunidad internacional se hayan querido enfrentar a Pekín por tal motivo.