El 17 de enero de 1961, el 34° presidente de EE. UU., Dwight D. Eisenhower, advirtó a los ciudadanos sobre lo que describió como una amenaza para el gobierno democrático.
En su discurso de despedida en la Casa Blanca tras la culminación de su mandato, Eisenhower le dijo a sus compatriotas que existía el peligro latente y real de que tenebrosos poderes dentro del mismo país y del extranjero.
Mencionó a una fuerza destructiva y atea (entiéndase, comunismo), que querían usurpar el poder democrático y construir un gobierno secreto, manipulando así, como si se tratase de un títere al gobierno de turno elegido por el pueblo.
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