Por Oriana Rivas – Panampost.com
En el mundo actual es difícil —por no decir casi imposible— escapar de la tecnología, Google es muestra de ello. Cada paso dado, sitio visitado o interacciones con otras personas queda grabado en los infinitos registros de la plataforma. Durante años el gigante tecnológico ha buscado demostrar un supuesto respeto a la privacidad, pero tal parece que las reglas no se cumplen dentro de sus propias oficinas.
Unos 80 empleados de la compañía fueron despedidos entre 2018 y 2020 por usar indebidamente herramientas o datos de la empresa, algunos incluso podrían enfrentar acusaciones de acceso a datos de usuarios u otros empleados. El documento con la información difundido por el portal Vice refleja la cantidad de despidos: 18 personas en 2018, 26 en 2019 y 36 en 2020. Los números también evidencian que la cifra ha ido aumentando.
¿Por qué es preocupante? Porque si bien la empresa sacó a estas personas de su nómina, no es un incidente nuevo, ni aislado. La big tech está rodeada de numerosos casos similares de uso indebido de datos. La recopilación de información personal es un modelo comercial que este tipo de empresas ha mantenido durante años basado en tecnología persuasiva. Y no va a cambiar. Mientras más datos, mayor será la facturación con sus anunciantes. La información sobre los despidos en Google detalla lo siguiente:
«El 86 % de todas las acusaciones relacionadas con la seguridad contra los empleados incluyeron el mal manejo de información confidencial, como la transferencia de información solo interna a partes externas».
Casos alarmantes
Tristan Harris es un diseñador que renunció a la compañía en 2013 al darse cuenta de que el modelo de recolección de información no cambiaría. Tanto Google como plataformas de redes sociales recurren a la adicción para que sus usuarios se mantengan constantemente activos. Harris fundó el Centro para una Tecnología Humana con el fin de concienciar.
Él aseguró que la sobrecarga tecnológica está conduciendo a males de la sociedad: «adicción, sobrecarga de información, polarización, radicalización». Y acuñó un término para este problema: degradación humana, replicó una nota de NPR.
Este punto es relevante porque el resultado se traduce en información que Google ha usado incorrectamente. Varios casos han salidos a la luz:
- En 2018 quedaron expuesto datos de unas 500.000 cuentas de la red social Google+. La empresa decidió encubrir el problema por temor a regulaciones gubernamentales y daños a su reputación. Fueron anunciados cambios de privacidad, pero la plataforma que llegó como competidora de Facebook finalmente fue eliminada.
- En 2019 se inició una investigación por la alianza de la big tech con un sistema de salud privado llamado Ascension Health en EE. UU. que le daría acceso a información detallada sobre la salud de millones de pacientes. Google dijo que los datos «no pueden ni se combinarán con los datos de los consumidores».
- Dos años más tarde un software espía atacó a millones de usuarios del navegador Chrome a través de extensiones. Estos les habría permitido acceder a cada computadora, dejando en evidencia debilidades en el sistema de seguridad de la empresa.
- En abril pasado, el Tribunal Federal de Australia determinó que Google engañó a sus usuarios sobre los datos de localización personal recopilados a través de sus dispositivos móviles Android. Aunque la persona desactivara el «historial de ubicaciones», la empresa seguía accediendo a esos datos.
El verdadero precio
La compañía deja a disposición del público sus términos y condiciones, al igual de empresas como Facebook y Twitter. Cada usuario es libre de aceptarlos o no. Sin embargo, con el predominio que tienen en la vida diaria tampoco deja mucho espacio para rechazarlos. Es un tema que ha generado un amplio debate.
«¿Es algo realmente gratuito cuando estamos comprometiendo nuestra privacidad cada vez más?», argumentó Ashley Moody, fiscal general de Florida, en 2019, a propósito de una megainvestigación contra el buscador. Republicanos y demócratas se alinearon por presunta violación de las leyes antimonopolio.
Expertos han llegado a asegurar que el mercado de los datos se convirtió en el nuevo petróleo. Se calcula que para el año 2025 una persona promedio va a interactuar con su celular una vez cada 18 segundos. El resultado será 4800 interacciones por día, según el International Data Corporation (IDC). Esto valdrá oro para las plataformas.
¿Se pueden tomar entonces los despidos de empleados de Google como un hecho aislado? Tal parece que no. La ambición por los datos no estaría solo en los empleados de manera particular, sino en los propios dueños de las principales empresas tecnológicas. Un tema con tela para cortar.