Fuente: Trikooba.com
Una nueva investigación publicada en la revista médica JAMA (Revista de la Asociación Médica Estadounidense) encontró que el uso de mascarillas hace que los niños inhalen niveles peligrosos de dióxido de carbono que quedan atrapados detrás de las máscaras.
La carta de investigación revisada por pares del Dr. Harald Walach y sus colegas encontró que el aire inhalado por los niños con mascarillas contenían más de seis veces el límite legal de seguridad para habitaciones cerradas según lo establecido por la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania.
El límite de seguridad es del 0,2%, mientras que el aire que inhalaron los niños enmascarados contenía más del 1,3% de dióxido de carbono.
El efecto fue peor para los niños más pequeños, ya que un niño de siete años inhaló aire hasta con un 2,5% de dióxido de carbono, más de 12 veces el límite de seguridad.
El estudio analizó dos tipos de mascarillas, las mascarillas FFP2 y las mascarillas quirúrgicas, y no encontró diferencias significativas entre las dos.
Los autores explicaron que este resultado alarmante probablemente explica las quejas de los niños que usan mascarillas durante períodos prolongados de tiempo
La mayoría de las quejas informadas por los niños pueden entenderse como consecuencias de los niveles elevados de dióxido de carbono en el aire inhalado. Esto se debe al volumen del espacio muerto de las máscaras, que acumula rápidamente el dióxido de carbono exhalado después de un breve período de tiempo. Este dióxido de carbono se mezcla con aire fresco y eleva el contenido de dióxido de carbono del aire inhalado debajo de la máscara, y esto fue más pronunciado en este estudio para niños más pequeños.
Esto conduce a su vez a deterioros atribuibles a la hipercapnia. Una revisión reciente concluyó que había una amplia evidencia de los efectos adversos de usar tales máscaras. Sugerimos que los responsables de la toma de decisiones sopesen la evidencia sólida producida por estas mediciones experimentales en consecuencia, lo que sugiere que no se debe obligar a los niños a usar máscaras faciales.
Dado que se ha demostrado que las máscaras faciales tienen poco o ningún impacto en la reducción de la infección o la transmisión, esto sugiere que la política es todo dolor y ninguna ganancia, algo que debe abandonarse sin demora.