Fuente: Panampost

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, está convirtiendo al país «en una gran cárcel«, apuesta por imponer un «silencio total» y a que los nicaragüenses vivan «con miedo» en medio de la ola de arrestos que se han dado con miras a las elecciones generales del 7 de noviembre, denunciaron este lunes analistas y dirigentes opositores.

«La apuesta del régimen es el silencio total, que vivamos con miedo», escribió el analista político de tendencia liberal Eliseo Núñez en Twitter, quien recién abandonó Nicaragua tras denunciar que había sido «perseguido y amenazado de cárcel y de confiscaciones».

Para la representante legal de la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad, Carmela Rogers, conocida como Kitty Monterrey, con el encarcelamiento de uno de sus miembros, Pedro Joaquín Chamorro, la noche del viernes pasado, «el régimen sigue avanzando en esta escalada represiva, que está convirtiendo a Nicaragua en una gran cárcel».

La Policía de Nicaragua, que dirige Francisco Díaz, un consuegro de Ortega, mantiene bajo arresto a los aspirantes presidenciales de la oposición Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora, a quienes acusa de «traición a la patria».

También a una ex primera dama, otros tres políticos, un dirigente empresarial, un banquero, un periodista y seis dirigentes de un movimiento político fundado por disidentes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), incluidos dos combatientes históricos y antiguos compañeros de lucha del mandatario.

Fantasma de dictadura militar y regímenes comunistas

La cascada de arrestos de varios líderes opositores, que se producen a menos de cuatro meses y medio de las elecciones en Nicaragua, en las que Ortega busca salir reelegido por cinco años, es una «nueva campaña de criminalización, odio y violación de derechos humanos», según la Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL).

Para esa alianza, los sandinistas «están equivocados y deberían rectificar», porque, a su juicio, «pretenden arrastrar a Nicaragua a los horrores de las dictaduras militares y los regímenes comunistas del siglo pasado, persiguiendo periodistas, asaltando medios de comunicación, secuestrando a media noche a opositores y manteniéndolos encerrados en aislamiento, sin derecho siquiera a asistencia legal y médica».

«Este es el mismo guion fracasado de todas las dictaduras que durante décadas provocaron dolor y atraso a sus pueblos, pero terminaron desapareciendo en el basurero de la historia», recordó Monterrey.

«Es absurdo que este régimen, a falta de apoyo popular, base su estrategia electoral en encerrar a sus opositores», continuó.

¿Nicaragua avanza hacia un callejón sin salida?

Para la política opositora, «quienes se aferran al poder mediante la violencia, solamente están avanzando por un callejón sin salida», «por eso, nuestro llamado al régimen de Daniel Ortega y a sus seguidores, que ya sabemos que no creen en la democracia ni en los derechos humanos, es un llamado a la sensatez y a la cordura».

«Que el ansia desmedida de poder no los lleve a destruir un país del que ellos y sus familias también son parte», abogó.

Para la Alianza CxL, «este régimen será el responsable si no brinda las condiciones básicas para que los nicaragüenses podamos ir a votar libremente y escoger a quienes ofrezcan mejores alternativas al país» en noviembre próximo.

«Igualmente responsables serían quienes decidan claudicar de esta lucha cívica, sabiendo que es el único camino válido y posible para instaurar un sistema democrático», prosiguió.

El mandatario, un exguerrillero próximo a cumplir 76 años que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidir por primera vez el país entre 1985 y 1990, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de los Estados Unidos y los ha tildado de «criminales».

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