Por Luis Leonel León – gaceta.es
No es una valoración, es un hecho: Yoe Suárez tiene todas las características para permanecer en la mira de la policía política cubana. Es periodista independiente, cristiano, decente y a pesar de sufrir constantes actos represivos y amenazas -él y su familia- sus artículos siguen desmontando el discurso demagógico del castrismo y mostrándolo como lo que es: una dictadura.
Hace poco en La Gaceta de la Iberosfera citamos su informe titulado Patrulla-horno, una tortura cubana desapercibida, donde expone y analiza cómo el régimen de La Habana «se ha especializado en un método de tortura que deja graves secuelas físicas, en algunos casos, y termina degradando psicológicamente a opositores y activistas».
En el último año Suárez se ubica en la lista de los periodistas y disidentes cubanos más detenidos, interrogados y acosados por el régimen de La Habana. Defender su derecho a la libre expresión es el supuesto delito por el que la dictadura arremete contra él.
La represión constante
Este jueves dos represores se presentaron en su casa e intentaron secuestrarlo sin una orden de detención. «No hace falta», le dijo el oficial de la policía política que responde al nombre de Jonathan, acompañado por un agente de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
«Acaba de irse de la puerta de mi casa el oficial Jonathan, de los Órganos de la Seguridad del Estado. Llegó junto a un miembro de la Policía Nacional Revolucionaria, y demandó que los acompañara. Le exigí una citación oficial, afirmó no necesitarla, insistí. Dijo que, con esta, «una primera vez» me negaba a acompañarlos. Respondí que le acompañaría solo mediante documento legal. Lo que intentaron hacer no es citarme, sino detenerme. Espero que en cualquier momento regresen. Recuerdo lo que acaba de ocurrir al periodista Lázaro Yuri Valle Roca: recibió una citación policial y permanece preso. Estemos alertas», publicó en su perfil de Facebook, con etiquetas muy claras: #RealSocialism y #AbajoElComunismo.
Poco después los represores volvieron a su casa con un documento legal. Suárez fue esposado y sacado de su domicilio en presencia de su esposa e hijo de tres años. En una patrulla policial fue llevado a la estación conocida como «Séptima y 62» en el municipio Playa de la capital cubana, donde fue interrogado y amenazado durante unas tres horas.
“El Teniente Coronel José me dijo que me iban a aplicar cosas de las que uno oye hablar pero que nadie quisiera vivir”, declaró Suárez a CubaNet.
Minutos después de salir de la estación policial, en entrevista con la periodista Camila Acosta, también residente en La Habana, el reportero relató el represor Jonathan «le advirtió que podría ser llevado a prisión, reconociendo incluso que sería por motivos políticos«.
Doblegar a periodistas o convertirlos en chivatos
En entrevista con el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) Suárez mencionó que fue interrogado por “un hombre que nunca había visto, que se identificó como teniente coronel José” quien le dijo que estaba arrestado por un curso de periodismo que había impartido en días pasados, quien lo amenazó con “escalar las medidas” represivas en su contra y posteriormente intentó reclutarlo como un agente secreto o chivato -como se dice en la isla- de la policía política.
«Me dicen que van a escalar las medidas conmigo. Me invitaron nuevamente y por supuesto mi negación fue inmediata a ser un colaborador secreto para ellos, le dije que no», señaló el reportero.
«Me dijeron que podía terminar como un preso político y que aquí nadie se acuerda de ellos, que pensara en mi familia», dijo a 14ymedio. «Los sentí más agresivos que otras veces».
Los oficiales le castigaron con una multa de dos mil pesos, utilizando como pretexto el Decreto-Ley 31 de 2021, por supuestamente contravenir las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento del coronavirus. Pero la intención de los represores es clara: que Suárez desista de reportar lo que sucede en la isla.
El pasado 5 de junio fue interrogado por la publicación de su reportaje Patrulla-horno, una tortura cubana desapercibida, donde documenta más de 100 casos de torturas, denunciados entre 2013 y 2021, practicadas contra activistas y periodistas independientes en patrullas o vehículos policiales. herméticamente cerrados, donde las víctimas permanecen bajo el sol.
En dicho interrogatorio fue amenazado por el agente Jonathan, quien le aseguro que su “familia va a sentir las consecuencias” por continuar publicando su trabajo: “Amenazó con poner un cierre en mi casa, un cierre; así lo refería, no es más ni menos que poner una patrulla frente a la casa y evitar que yo pueda salir de la casa”, denunció al ICLEP.
“Ni tú ni tu familia podrán salir de la casa y no sé quién les llevará comida”, le dijo el oficial Jonathan. No es la primera vez que Suárez y su familia han sido interrogados y amenazados.
Hace apenas dos meses la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó una Medida Cautelar por la «situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable» a los derechos del reportero y su familia.
Este sábado el periodista Yoe Suárez publicó en el medio digital Diario de Cuba, para el cual reporta desde Cuba, una extensa y detallada crónica sobre su más reciente experiencia ante el acoso y las amenazas de los oficiales castristas, titulada “El día que te mueras, al lado de tus cenizas vamos a estar vigilando”, frase de uno de sus represores.
“Va y de aquí a unos años sale por la ONU el caso del preso político Yoel Suárez. Y mira lo que ha pasado con tantos presos políticos, se han muerto y nadie habla de ellos. Mira a Alcántara, a Maykel Osorbo y a Ileana, ya nadie habla de ellos. De una forma u otra nosotros siempre vamos a saber lo que tú estés haciendo. Siempre. El día que te mueras, al lado de tus cenizas vamos a estar vigilando”, escribe el joven y valiente periodista.