Por Luis Leonel León – gaceta.es
Son siete los pastores evangélicos cubanos que a través de una carta, dirigida este 21 de mayo al Estado totalitario, piden que se ponga en libertad los presos y detenidos por razones políticas en la isla.
“Con preocupación vimos la violenta y arbitraria detención contra un grupo de manifestantes pacíficos en el boulevard de Obispo, La Habana, el día 30 de abril pasado”, así comienza la misiva.
Y le recuerda al régimen que “el individuo, en uso de las libertades naturales conferidas por Dios (refrendadas o no por la entidad humana que sea) puede manifestar su libertad de expresión en cualquier espacio” y que la Declaración Universal de los Derechos Humanos “consagra la libertad de expresión y manifestación de la que se privó al grupo de convocados en Obispo“.
Publicada hoy en la página de Facebook “Libertad y Conciencia“, la carta abierta, suscrita por líderes de distintas denominaciones evangélicas, denuncia que varios cubanos que participaron en la manifestación de la calle Obispo, continúan “tras las rejas“.
Esteban Rodríguez, Luis Ángel Cuba Alfonso, Mary Karla Ares, Yuisán Cancio Vera e Inti Soto Romero, fueron apresados por protestar en contra del cerco que la policía político ordenó instaurar en los alrededores de la casa del artista disidente Luis Manuel Otero Alcántara, quien en aquél momento realizaba una huelga de hambre, luego fue sacado de su domicilio por las fuerzas represivas y aún permanece retenido en un hospital de La Habana.
“Demandamos al Estado cubano la liberación inmediata de los detenidos de Obispo sin consecuencias legales para ellos o sus familiares”, exigen los religiosos.
Según el portal ADN Cuba, Inti Soto Romero fue estudiante de Teología en el ámbito protestante. Mientras que una fuente cercana a la familia de Yuisán Cancio Vera, informó a Diario de Cuba que “el joven asistía a la Iglesia Metodista de K y 25, en El Vedado”.
“Intercedemos también por la vida de otros presos o detenidos por motivos políticos en la Isla. No puede permanecer en paz un país sin consenso, donde las opiniones de unos son ley y las de otros delito“, finaliza el texto, refiriéndose al más de un centenar de cubanos que en estos momentos están privados de su libertad por expresar su desacuerdo con el sistema comunista impuesto en su país.
En una entrevista con La Gaceta de la Iberosfera, el periodista Yoe Suárez aseguró que “la carta es fundamental para en principio romper el mito de que los creyentes no se meten en política”.
“Si hay otras marcas identitarias como el color de la piel o el sexo o el origen nacional, que no impiden que alguien se exprese con respecto a una posición política, sea a favor o en contra de un gobierno o de un sistema social ¿por qué esa marca identitaria que es la fe tendría que significar un problema?”, argumentó.
“Esta carta es valiente, es necesaria y es oportuna en la situación de Cuba. Si bien todo el pueblo cubano es víctima del régimen tiránico” los presos políticos “la están pasando mucho peor“, subrayó el joven reportero, quien también asiste a la Liga Evangélica Cubana.
“Me alegra mucho que pastores cubanos, además de muchas provincias de Cuba, se hayan pronunciado sobre este tema que también afecta a todo el pueblo cubano“, resaltó Suárez, quien desde La Habana escribe para diferentes medios como Diario de Cuba.
Uno de los firmantes, Alejandro Hernández Cepero, considera que “el régimen, en su desmedido afán de perpetuarse en el poder ha declarado proscrito cualquier intento de ejercer el inalienable e intransferible derecho a expresarnos con total libertad”.
“Los jóvenes que en la calle Obispo expresaban y ejercían de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión y que fueran secuestrados impunemente por las turbas castristas no constituyen un hecho aislado en el preámbulo de lo que puede llegar a convertirse en otra Primavera Negra, mucho más negra, de hecho, que la anterior”, expresa el líder religioso en un artículo firmado por Suárez para Diario de Cuba.
En el texto Hernández Cepero condena “el silencio cómplice de la comunidad internacional” e insiste en que “toda injusticia de los hombres es pecado, y que al que mucho se le dio, aún más se le demandará. Es función de los pastores y de los creyentes visitar a los presos, al pobre, a la viuda, al huérfano y consolarlos, alimentarlos, vestirlos, calzarlos, levantar nuestras voces por aquellos que no tienen voz. Por ello y otras razones, firmo y apoyo este reclamo”.
“Solo me resta añadir que cuando el impío gobierna, el pueblo tendrá que gemir y el pueblo cubano lleva 62 años gimiendo“, concluye el pastor de Iglesia Aliá, en la capital cubana.
La carta ha sido firmada por Yordanys Díaz (presidente de Iglesia Cristiana Reformada en Cuba, Matanzas), Alejandro Hernández (pastor de Iglesia Aliá, La Habana), Odalina Guerrero (pastora del Ministerio Apostólico Internacional Corban, Artemisa), Carlos Macías (pastor de la Iglesia Metodista, Matanzas), Jaisel Piñero (pastor evangélico de Sancti Spíritus), Yoel Demetrio (pastor de la Iglesia Misionera Internacional, Las Tunas) y Alain Toledano (pastor del Movimiento Sendas de Justicia, Santiago de Cuba).
La declaración ha sido apoyada por varios líderes de la comunidad religiosa cubana y miles de usuarios de las redes sociales la están compartiendo, comentando y reenviando dentro y fuera de la isla.
Desde Puerto Padre, en la provincia Las Tunas, el pastor evangélico Carlos López Valdés advierte que la iglesia cubana aún “es discriminada, oprimida, coaccionada, dejada a un lado como si careciera de virtudes y decoro, se ha perseguido a sus pastores, se les ha encarcelado, se les ha prohibido reunirse, se han demolido templos, se han quemado biblias, se han confiscado propiedades que hasta hoy no se devuelven, la iglesia ha sido calumniada en la televisión, se le ha negado el derecho a replicar, tal como a un prisionero que se le impone una mordaza”.
El religioso denuncia que el régimen de la isla no tiene en cuenta a la Iglesia “para legislar asuntos espirituales y de moral que han demostrado estar contra la Biblia y contra el consenso mayoritario del pueblo, se le ha prohibido a sus representantes viajar al exterior arbitrariamente para asistir a eventos internacionales, se nos impide dar directamente ayuda material al pueblo aun en los peores momentos de crisis, no podemos tener imprenta, ni espacio radiofónico para tan siquiera orar por el pueblo cuando las Iglesias están cerradas por la pandemia, es por gusto”.
En la declaración, escrita en su perfil de Facebook, López Valdés, de la Iglesia de la Liga Evangélica de Cuba, asegura que “lo que la iglesia puede hacer y hace hoy no ha sido un regalo ni una prebenda del gobierno, ha sido una conquista en medio del dolor y la enajenación. Miles de cubanos cristianos hemos sufrido junto a este pueblo, somos parte del pueblo oprimido y vejado todos los días por la incompetencia y la maldad de hombres que están sobre la ley y viven como ricos”.
“Cuba necesita una iglesia que camine a su lado. Se escucha el clamor de una nación, se escucha la súplica de madres sin leche para sus niños, de hombres que se sienten sin dignidad porque tiene que mentir, tienen que robar, tienen que fingir para seguir manteniendo a su familia, se escucha el lamento de madres que temen porque sus hijos se están lanzando al mar o están emigrando riesgosamente, se escucha el grito de espanto de aquellas que no quieren ver a sus hijos arrastrados a golpes e ir presos solo por pensar diferente. Cuba es hoy un país donde crece el odio en vez del amor, donde crece el descontento en vez de la felicidad, donde cada día se huele más cerca la cárcel y la muerte. Cuba es hoy un estado de terror”, concluye el pastor.