Santiago Las Heras – gaceta.es
La escandalosa cifra de niños pobres que azota en estos días a Argentina es la evidencia tangible y el resultado final de un país sometido a décadas de socialismo. Los datos están a la vista y la documentación de los hechos sólo sirven para preanunciar un futuro más incierto y dramático.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), la información suministrada indica que 2020 finalizó con una pobreza infantil (menores de 14 años) del 62,9%. Es decir, cerca 7 millones de niños viven en hogares que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta “de pobreza”. La cifra resulta más alarmante aún si se considera que la misma se alcanzó a pesar del cobro por las familias pobres de la Asignación Universal por Hijos (AUH) que abarca a 4,3 millones de chicos y adolescentes menores de 18 años, la tarjeta alimentaria para chicos menores de 6 años y otras ayudas sociales. En decir, sin esos planes sociales, la indigencia y la pobreza en general y en particular entre las familias y los chicos sería superior al 70%.
Cabe recordar que Argentina está entre los tres países de la región en los que más creció el índice de pobreza en 2020. Según las cifras oficiales recientemente conocidas, la pobreza del año pasado fue del 42%, un incremento de 6,5 puntos porcentuales en relación con el año anterior. La indigencia trepó al 10,5 por ciento.
En Iberoamérica, 209 millones de personas son consideradas pobres y, de ese total, 78 millones son indigentes.
Entre otros países de la región con incrementos elevados del índice de pobreza se ubican Ecuador (7,4%), México (7%) y Perú (5,8%).
Además, Uruguay, que marcó de acuerdo a su instituto de estadísticas un aumento del 8,8% hasta el 11,6%. Esto implicaría que casi 100.000 personas cayeron en la pobreza, lo que totalizaría 409.586 personas en esa situación. Para Uruguay representa el tercer año consecutivo con aumento de pobreza: de 7,9% en 2017 a 8,1% en 2018, a 8,8% en 2019 y a 11,6% en 2020. Con esta última cifra, Uruguay tuvo su número más alto desde 2013 (11,5%).
Por su parte, Paraguay tiene un 26,9% de sus habitantes por debajo de la línea de pobreza, mientras un año antes ese número era de 23,5 por ciento. En una población de unos 7 millones de habitantes, ese 26,9% se traduce en que alrededor de 1,9 millones de personas vivieron en 2020 con ingresos per cápita inferiores al precio de la canasta básica de consumo, que incluye alimentos y servicios básicos.
Así, Ecuador registró un salto desde el 25% a l32,4%, por lo que la pobreza afecta a 5,6 millones de personas. Mientras tanto, el 14,9% de los ecuatorianos estaba en situación de pobreza extrema en diciembre. Eso significó un aumento de 6 puntos porcentuales entre 2019 y 2020 en este indicador.
Para el ministro de Desarrollo Social argentino, Daniel Arroyo, “la situación de la pobreza no es similar a la del 2001, pero sí es crítica”. “Hay una emergencia alimentaria, hay 10 millones de personas que reciben ayuda, y por eso se volvió a poner el eje en las políticas alimentarias. La gente hace changas, pero también sigue yendo a los comedores comunitarios”, confesó.
Haciendo referencia a la política asistencialista llevada adelante por el gobierno socialista de los mandatarios Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el ministro de Desarrollo expresó que “la mejor salida es el trabajo”. “Y para eso es clave la presencia del Estado, con políticas sociales transformadoras, que den vuelta de verdad la situación social de la Argentina. Mi objetivo claro es reforzar la creación de trabajo. Estamos llevando adelante muy fuerte la transformación de planes sociales en trabajo”.
La delicada situación argentina permitió detectar un dato por demás insólito: tener trabajo no impide ser pobre. A esta conclusión se llega luego de procesar los micro datos del INDEC del IV trimestre de 2020 difundidos el viernes pasado.
La medición oficial revela un fuerte crecimiento de la pobreza entre los que tienen trabajo. Un tercio de los ocupados es pobre y este es uno de los factores que explica la fuerte suba de la pobreza infantil. Desde el arranque de 2018 hasta fines 2019, los que tienen trabajo y son pobres, aumentaron del 17,3% al 24,5% para volver a subir, agravado por la pandemia y la cuarentena, al 32,4%
En el campo de la política los duros números de la realidad se contrastan a la luz de las especulaciones y la supervivencia de un Gobierno plagado de disputas internas e intereses mezquinos. Mientras el presidente Alberto Fernández se siente fortalecido por el supuesto éxito de su gira europea en donde cosechó gestos positivos en pos de un acuerdo con el Fondo Monetario internacional, el Ranking de resiliencia de Covid elaborado por Bloomberg revela que Argentina se ubica entre los tres peores países que manejaron la crisis.