Fuente: chinawatchinstitute.org
China trató airadamente de boicoter e instó a que se prohíba un acto previsto en las Naciones Unidas (ONU) que puso de relieve los derechos humanos y el trato que da China a los musulmanes uigures de Xinjiang.
El acto se celebró virtualmente el miércoles y está patrocinado por Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, emitió el lunes una declaración enormemente provocadora: “Esto es una blasfemia total contra las Naciones Unidas”.
“Estados Unidos se alió con varios países, abusó de los recursos y la plataforma de las Naciones Unidas, y difamó y atacó a China para servir a sus propios intereses”, dijo en una sesión informativa diaria el lunes. Instó a los países miembros de la ONU a no asistir al evento virtual que, según manifestó, es un insulto a la institución.
La misión de China en la ONU emitió un rechazo simultáneo a la reunión prevista de la ONU: “Confiamos en que los estados miembros vean a través de este esquema político y decidan rechazarlo”, expuso. “Estados Unidos y otros copatrocinadores están obsesionados con fabricar mentiras y conspirar para utilizar las cuestiones relacionadas con Xinjiang para contener a China y crear desorden en el país”.
Pekín lleva mucho tiempo tratando de combatir la avalancha de artículos de los medios de comunicación occidentales que ponen de relieve la red de centros de “reeducación” dirigidos por los comunistas para la población musulmana minoritaria de China. Los funcionarios chinos han defendido lo que suelen llamar “centros vocacionales”, que son “necesarios” para combatir el extremismo islámico.
Hay que recordar que China lleva años presumiendo de sus enormes contribuciones monetarias a la ONU, especialmente en lo que respecta a su misión de mantenimiento de la paz, y también de ser un importante contribuyente de tropas.
Actualmente, China es el segundo país que más financia la misión de mantenimiento de la paz de la ONU, con un 15% del presupuesto total, por detrás de Estados Unidos (27%).
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Al igual que con su influyente papel en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Pekín probablemente espera más reconocimientos del tipo quid pro quo cuando se trata de temas que destaca la ONU.