Traducido de trendingpolitics.com por TierraPura.org
La mayoría de los estadounidenses están convencidos de que existe una “epidemia” de disparos de la policía contra hombres negros desarmados en Estados Unidos. Esta percepción falsa generalizada se ve reforzada por la información errónea, los reportajes sensacionalistas, la falta de contexto y la ausencia de información sobre casos análogos.
En febrero, se publicó una encuesta que mostraba cuántos adultos sobrestiman el número de varones negros desarmados adultos que fueron asesinados por agentes de policía en 2019 (el último año con datos completos disponibles). El Skeptic Research Center (Centro d Investigación Escéptica) publicó los resultados, desglosados por ideología política. A continuación se publica un gráfico basado en estas respuestas:
Las barras están codificadas por colores para reflejar la estimación en cada categoría de ideología política. Los encuestados muy liberales/progresistas fueron los más alejados de la realidad: el 14,29% dijo que “unos 10.000” varones negros desarmados fueron asesinados por la policía, mientras que el 31,43% dijo que “unos 1.000”. Los liberales/progresistas se acercan ligeramente, con un 6,67% que dice “unos 10.000” y un 26,67% que dice “unos 1.000”. Según la base de datos de Mapping Police Violence, esta cifra era en realidad de 27.
Las respuestas se desvían aún más cuando la encuesta profundiza en las estimaciones de los encuestados sobre la proporción racial de los muertos por la policía.
“Los datos disponibles sugieren que el 24,9% de las personas asesinadas por la policía en 2019 eran negras”, afirma el Skeptic Research Center. “Sin embargo, en todo el espectro político, los participantes en la encuesta sobreestimaron este número”.
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“Aquellos que declararon ser `liberal/progresista’ o `muy liberal/progresista’ fueron particularmente inexactos, estimando que la proporción era del 56% y el 60%, respectivamente”, añade la encuesta.
En cuanto a las tendencias nacionales, el número de disparos policiales mortales cada año se ha mantenido bastante constante. Un gráfico de Statista muestra los tiroteos policiales mortales por demografía racial de los últimos cinco años hasta la fecha:
Hay una explicación mucho más fuerte para los tiroteos policiales mortales que el sesgo racial: Las tasas de arresto. El informe del FBI sobre la delincuencia en Estados Unidos de 2019 desglosa los arrestos por demografía racial.
La proporción de detenciones de sospechosos negros o afroamericanos en comparación con el Total de todas las detenciones es: 26,6%. Esto coincide casi perfectamente con las probabilidades de que un sospechoso negro o afroamericano sea abatido por la policía.
Un análisis realizado en DataBricks entre 2015 y 2020 subraya aún más esta proporción de disparos policiales mortales y proporciona más contexto:
- 51% de víctimas blancas, 26% negras, 19% hispanas, 2% asiaticas y 2% nativas americanas.
- El 23% de las víctimas mostraron signos de enfermedad mental, indicados por las crisis de salud mental en la escena o los informes de las noticias.
- Se determinó que el 91% de las víctimas estaban armadas, con objetos que iban desde armas de juguete hasta spray de pimienta, pistolas eléctricas y pistolas.
La base de datos de disparos policiales del Washington Post subraya aún lo más raro que es que los hombres negros desarmados sean abatidos por los agentes de policía. Su informe de asesinatos policiales de varones negros desarmados en 2019 está muy por debajo incluso de los 27 reportados por Mapping Police Violence. Son un total de 11, menos de una docena de casos.
Si se ordena la base de datos de los últimos seis años, se encuentra un total de 129 personas asesinadas a tiros por la policía. Esto supone una media de 21 hombres negros desarmados al año de una población de aproximadamente 20 millones. Esto es prácticamente “uno entre un millón”.
Sin embargo, los medios de comunicación estadounidenses son implacables en su descripción de los varones negros desarmados que viven perpetuamente bajo la amenaza de ser disparados al azar por un agente de policía “racista”.
Daunte Wright. Jacob Blake. Adam Toledo. Michael Brown. Laquan McDonald. Tamir Rice. La lista sigue y sigue. ¿O no? Como muestran los datos, se trata de anomalías estadísticas en una nación de cientos de millones de personas que se presentan para ilustrar el supuesto “racismo sistémico”.
Estos trágicos casos no son solamente valores estadísticos atípicos, sino que están lejos de ser “blanco o negro” en términos de lo que motivó los disparos de la policía. En casi todos los casos, un sospechoso era buscado por la policía y las circunstancias amenazantes dieron lugar a un desafortunado disparo policial.
Daunte Wright tenía una orden de detención por robo a mano armada con agravantes a una mujer y posesión ilegal de un arma de fuego. Se resistió a la detención e intentó huir en un vehículo antes de ser abatido.
En contra de los informes engañosos que decían que estaba “desarmado”, Jacob Blake admitió que estaba armado con un cuchillo.
Adam Toledo, de 13 años, estaba armado y se encontraron restos de arma en su mano. Lanzó una Ruger de 9 mm momentos antes de que le dispararan.
Michael Brown luchó con un agente de policía por su arma. Más tarde avanzó a pesar de que le dijeron que se quedara quieto. ‘Manos arriba, no disparen’ es una mentira.
Laquan McDonald tenía un cuchillo en la mano. Era sospechoso de cometer un robo. Pinchó las ruedas de un coche de policía que le seguía y rompió su parabrisas.
Tamir Rice tenía una pistola de juguete que fue confundida con una de verdad. Un gran jurado decidió que fue un accidente y no presentó cargos. La familia pide ahora que el Departamento de Justicia reabra el caso cerrado.
Incluso si se llega a la conclusión de que estos disparos de la policía fueron erróneos, los casos son mucho más grises de lo que los principales medios de comunicación suelen retratar. Sin embargo, la izquierda activista radical ha convertido en armas las trágicas historias de estas personas para impulsar una agenda verdaderamente peligrosa: Desfinanciar a la policía.
Los datos preliminares de crímenes violentos para 2020 muestran que es uno de los peores años que se recuerdan. Crime in America informó de las estadísticas del FBI: los homicidios aumentaron un 25 por ciento, los delitos violentos en general aumentaron un 3,3 por ciento, y los asaltos agravados aumentaron un 10,5 por ciento. Según la Oficina de Estadísticas de Justicia, los delitos violentos han aumentado un 28 por ciento desde 2015.
En medio de una creciente “epidemia” de delitos violentos, la izquierda radical quiere recortar la financiación de la policía. Muchas ciudades ya están pagando el precio.
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Portland recortó la financiación de la policía y vio un sorprendente aumento del 2.000% en los asesinatos.
La ciudad de Nueva York, bajo el alcalde de Blasio, redujo la financiación de la policía y experimentó un aumento del 127% en los tiroteos.
Minneapolis recortó la financiación de la policía en 8 millones de dólares, mientras que los datos de criminalidad de principios de 2021 muestran un aumento del 250% en las víctimas de disparos. En febrero, el ayuntamiento de Minneapolis dio marcha atrás y aprobó por unanimidad un aumento de 6,4 millones de dólares en la financiación de la policía.
“Los datos iniciales del FBI y de las principales ciudades de Estados Unidos sugieren que los homicidios aumentaron alrededor del 30% en 2020, y las tasas de homicidio se mantuvieron altas a principios de 2021”, informó ABC. “Muchas ciudades que recortaron los recursos policiales el año pasado debido a las protestas, la pandemia, o ambas cosas, han vuelto a verter dinero en las fuerzas del orden para hacer frente a un repentino aumento de la violencia.”
No existe una “epidemia” de policías que disparan a hombres negros desarmados en Estados Unidos. Pero sí hay una “epidemia” de ignorancia y falta de voluntad para comprobar los hechos básicos. Esta ignorancia está llevando a los estadounidenses a adoptar políticas desastrosas, como la de “desfinanciar a la policía”.
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