A los católicos partidarios del aborto legal en la vida pública como el presidente Joe Biden, que niegan “obstinada y públicamente” las verdades de la fe y actúan contra ellas, no solo se les debe negar la Sagrada Comunión, sino que deben ser acusados del “delito de apostasía” para el que la pena canónica es la excomunión, ha declarado el cardenal Burke en una entrevista concedida a Thomas McKenna, de Catholic Action for Faith and Family.
“Una tal persona que declare ser católico y, sin embargo, promueva en un modo tan abierto, obstinado y agresivo un crimen como el aborto procurado está, como mínimo, en estado de apostasía”, asegura el cardenal. “En otras palabras, esto equivale a apartarse de Cristo y apartarse de la fe católica. Y, por tanto, la segunda medida que debe considerarse es una pena canónica, una sanción para el delito de apostasía, que no sería otra que la excomunión”.
No puede haber la menor duda de que Joe Biden cumple al pie de la letra las condiciones especificadas por Burke, uno de los dos firmantes supervivientes de las Dubia presentadas al Papa sobre la exhortación papal Amoris Laetitia y aún no respondidas. Biden, presidente tras su cuestionada victoria en las pasadas elecciones de noviembre, no solo tiene un largo y consistente historial de apoyo al aborto provocado que compatibiliza con una práctica religiosa de la que no duda en hacer bandera electoral, sino que ha anunciado su compromiso para blindar el acceso al aborto en toda la unión y ampliarlo en lo posible.
Aunque la Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha reaccionado oficialmente con una dura nota en la que se condenan los planteamientos de Biden sobre la familia y la vida como frontalmente contrarios a la fe que profesa, son numerosos los prelados que han criticado la citada nota, mientras Roma, que apenas ocultó su apoyo a Biden durante las elecciones, no ha tomado medida alguna para atajar el escándalo.
No puede alegarse ‘misericordia’. La falta de reacción, censura o castigo canónico a una actitud tan flagrante, por el contrario, es cruel, al transmitir a los fieles la impresión evidente de que un atentado tan masivo contra la vida humana.
Fuente: La Gaceta de la Iberoesfera