Resulta que, ante este ataque “brutal del virus”, casi todos los gobiernos del mundo han tomado unas extrañas medidas para evitar los contagios: encerrarnos a todos en nuestras casas, cerrar negocios y hundirlos económicamente y como no, las famosas mascarillas. Mascarillas que estamos obligados a usar incluso cuando vamos paseando por la calle, por el campo o por la playa. Mascarillas que estamos obligados a usar aunque no haya nadie en kilómetros a la redonda. Mascarillas que, en teoría, nos salvan de ese maligno virus pero que nos impiden respirar correctamente, además de provocar que estemos inhalando continuamente bacterias y microorganismos. Un cuento chino.
Y para demostrarlo no hay más que ver el vídeo que les mostraremos a continuación. Escuche lo que dice este hombre en su exposición. Vean cómo estaba la curva de los contagios cuando los estados nos obligaron a usar mascarillas continuamente. Comprueben de qué forma nos toman el pelo para convertir en realidad aquello que pensábamos que no pasaría nunca: Que nos iban a cobrar hasta por respirar.
Fuente: eldiestro.es