Traducido de Rt Por TierraPura.org
Un equipo de investigadores en Alemania ha completado con éxito una serie de experimentos en los que mostraron cómo los recuerdos falsos se pueden plantar fácilmente y, lo que es más importante, borrarlos, con implicaciones potencialmente graves para el sistema judicial.
El equipo, constituido por miembros de la Universidad de Hagen, Leibniz-Institut für Wissensmedien, Johannes Gutenberg Universität Mainz y la Universidad de Portsmouth, llevó a cabo una serie de experimentos de memoria en voluntarios durante el transcurso de varias sesiones.
Ambos querían confirmar que es posible implantar recuerdos falsos en la mente de un sujeto utilizando ciertas técnicas y trucos psicológicos que se basan en gran medida en el poder de la sugestión a través de la repetición, al tiempo que descubren hasta qué punto estos recuerdos se pueden borrar.
En este último experimento, los investigadores crearon historias ficticias, pero plausibles, de la infancia de 52 participantes y las combinaron con eventos que realmente tuvieron lugar.
Luego, los investigadores reforzaron estos recuerdos falsos en las mentes de los participantes al pedirles a los padres de los voluntarios que siguieran el juego y afirmar que las cosas sucedieron exactamente como se describen, incluidos los elementos ficticios adicionales.
Este proceso se repitió en el transcurso de múltiples sesiones hasta tal punto que muchos de los participantes se convencieron de que los relatos eran, de hecho, verdaderos y, por lo tanto, nació un recuerdo falso.
Ahora todo lo que quedaba era sacar estos recuerdos falsos de las mentes de los voluntarios, lo que resultó ser casi tan fácil como lo había sido implantarlos.
Simplemente pidieron a los voluntarios que identificaran la fuente de la memoria mientras destacaban el hecho de que se pueden crear recuerdos falsos a través de un proceso de recuerdo repetido y provocado que en sí mismo puede convertirse en una forma de condicionamiento.
“Si puedes llevar a las personas a un punto en el que son conscientes de eso, puedes empoderarlas para que estén más cerca de sus propios recuerdos y así descartar la sugerencia de otras fuentes”, dice la psicóloga Aileen Oeberst de la Universidad de Hagen.
Nuevamente, en el transcurso de múltiples sesiones, los voluntarios comenzaron a deshacerse de los recuerdos falsos que habían creído previamente, con un pequeño empujón de sus padres, que eran completamente reales, y la mayoría regresó a la línea de base de la credulidad de su reunión inicial durante la cual se comenzó el “inicio” de la memoria falsa.
Durante los seguimientos un año después, alrededor del 74 por ciento de los voluntarios habían perdido sus recuerdos falsos o incluso los habían rechazado por completo.
Las implicaciones de este tipo de investigación inquietante pueden ser de gran alcance en el ámbito de la justicia penal, con métodos empleados por fiscales, policías y otros puestos en duda cuando se busca la “verdad” de un evento pasado.
“La memoria defectuosa puede que no importe en la vida cotidiana; si te digo que anoche comí pollo en lugar de pizza, puede que no importe”, dice la experta en memoria falsa Elizabeth Loftus.
“Pero la memoria muy precisa sí importa cuando hablamos de estos casos legales. Importa si el chico malo tenía el pelo rizado o lacio, o si el coche pasó por una luz roja o una luz verde”.