Por Rodrigo Saldarriaga

Luego que el gobierno de Boris Johnson ratificara su presencia militar permanente en las Islas Malvinas, la Cancillería de Argentina anunció su reclamo por la soberanía de estas. En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores del país sudamericano señaló que el Reino Unido “debe escuchar” a la comunidad internacional, ya que esta “promueve el fin del colonialismo en el mundo”.

El gobierno argentino advirtió que la presentación de Boris Johnson ante la Cámara de los Comunes “reitera la tradicional mirada colonialista del Reino Unido sobre las Islas Malvinas y el conjunto de posesiones británicas alrededor del mundo”, y que “para la Argentina no expresan novedad respecto de la política colonial británica”.

Según informó Telám, el ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, consideró que la presentación del plan de defensa de Gran Bretaña –que además incluye la ampliación de su arsenal nuclear de 180 a 260 ojivas– representa la “reafirmación de la pretensión colonialista” que tiene el Reino Unido sobre las islas.

“La posición de Inglaterra en Malvinas tiene que ver con su posición en el Atlántico Sur, en la Antártida y en el estrecho de Magallanes. Y tenemos que reforzar nuestra posición ahí”, dijo Rossi.

A través de un comunicado, Argentina recordó que “ha denunciado permanentemente que uno de los principales objetivos del Reino Unido es sostener una base militar” en Malvinas”, y expresó que se trata de una “circunstancia que los países del Atlántico Sur de América Latina y África que conforman la Zona de Paz del Atlántico Sur (ZPCAS) han planteado como una amenaza para toda la región”.

Global Britain

En una presentación ante la Cámara de los Comunes, el primer ministro del Reino Unido Boris Johnson expuso el documento Global Britain: una revisión integrada de seguridad, defensa, desarrollo y política exterior, hoja de ruta para guiar el rumbo que pretende ocupar el país anglosajón en el mundo en esta nueva etapa hasta el 2030.

El documento de más de 100 páginas indica que las Fuerzas Armadas “disuadirán y desafiarán las incursiones en aguas territoriales británicas de Gibraltar” y “mantendrán una presencia permanente en las Islas Malvinas, la Isla de Ascensión y el Territorio Británico del Océano Índico”.

Todo indica que, tras el Brexit, el Reino Unido busca posicionarse como una potencia clave en el panorama internacional, incluyendo un viraje de su política exterior hacia la región del Indopacífico, que según Johnson es “el motor económico del mundo, donde vive la mitad de la población y se genera el 40% del PIB mundial”.

Angloesfera vs Iberoesfera

Para el periodista y profesor argentino Patricio Lons, el conflicto por las Malvinas entre el Reino Unido y Argentina no debe ser visto como un hecho reciente, sino que se remonta a la rivalidad cultural y comercial entre los imperios español y británico.

A través de su canal en YouTube Historia con Patricio Lons, el historiador advierte que Inglaterra no ha cedido en sus pretensiones imperialistas, y que además de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, apunta hacia los territorios chilenos y argentinos en la Antártida.

“Estamos hablando de la eterna pelea entre la Angloesfera y la Iberoesfera. Un escritor argentino, Jorge Abelardo Ramos, decía que Inglaterra ataca a España porque Inglaterra es protestante y España católica, y esto se remonta a los tiempos de Felipe II. Cuando Inglaterra cambia su visión espiritual, cuando abandona la magna cristiandad europea con Enrique VIII, se convierte en una enemiga de mundo hispánico, y así como le hizo la guerra a la España peninsular, le hizo lo mismo a las ‘Españas americanas’. En 1770 tuvimos una primera guerra por las Islas Malvinas. Por entonces, lo que hoy llamamos Argentina pertenecía al Virreinato del Perú, y la flota para rechazar a los invasores partió del puerto de Maldonado, entonces provincia de Montevideo, y derrotamos a los ingleses. En 1833, cuando el Río de la Plata ya había roto la unidad con España, los ingleses ocupan las Islas Malvinas. Antes, en 1806 y 1807, Inglaterra invadió Buenos Aires, siendo derrotados por las tropas españolas criollas y aborígenes. Inglaterra, en su afán de dominio mundial, actuó para romper a España con América, y nunca ha cedido en sus intereses en la región”, asegura Lons.

Para Lons, el Reino Unido ha emprendido una nueva política de hegemonía en Argentina y Latinoamérica, no solo a través del dominio de archipiélagos y rutas comerciales, también con préstamos, inversiones en energía y minas, y con el respaldo a oenegés hostiles a las fuerzas armadas y policía, la Iglesia Católica y organizaciones civiles contrarias a la agenda globalista.

“En 2011, Reino Unido decidió que no reconocía más la soberanía de Chile y Argentina en la Antártida, territorios a los que llamaron Tierra de la Reina Isabel. Por otro lado, se han dedicado a promover gobiernos decididos a destruir nuestras fuerzas armadas, las que en 1982 enfrentaron con hidalguía, y con la ayuda de países hermanos como el Perú, a las fuerzas armadas británicas que tenían el inmenso apoyo diplomático y logístico de Estados Unidos y Canadá. Pero aun con nuestras fuerzas armadas destruidas, con nuestra identidad nacional destruida, vemos el renacer de una identidad hispánica. En 2020, unos aviadores veteranos de la Fuerza Aérea Argentina dijeron durante una conferencia de prensa que en la Guerra de Malvinas se dio la última carga de caballería hispánica contra los británicos. Los ingleses están en las Malvinas, en las islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur, tienen bases en la Antártida, dominan parte de los intereses de la cordillera [de los Andes] con empresas mineras anglo-canadienses, y de alguna manera dominan el manejo de la deuda externa argentina. También tenemos al embajador inglés que no disimula su apoyo a la agenda del aborto y contra la familia. Ese es el escenario que tenemos en contra”, apunta.

Posicionamiento geopolítico pospandemia

De acuerdo al coronel (r) Juan Carlos Liendo, exjefe del Servicio de Inteligencia del Ejército del Perú (SIE), la decisión del Reino Unido de incrementar su arsenal nuclear y tener presencia militar permanente en sus territorios de ultramar, es la “materialización del posicionamiento de las potencias en relación al efecto pospandemia”.

Estamos viviendo los primeros momentos del posicionamiento geopolítico en el mundo de la pospandemia. Con la presentación de esta hoja de ruta del primer ministro británico, se reafirma la posición tradicional del Reino Unido, quien lleva cuatro siglos dominando los mares, para asegurar su presencia militar de forma contundente y decidida en ciertos pasos marítimos obligados con la condición de mantener su condición hegemónica en el nuevo orden mundial. La presencia británica en las Islas Malvinas constituye la base de su dominio del Atlántico Sur, que permite articular un control desde el estrecho de Magallanes hasta las costas de Sudáfrica. Con una fuerte presencia militar que permite el abastecimiento de buques, aviones, además del control radio eléctrico submarino de la zona, las Malvinas es un enclave entre el Atlántico y el Pacífico que permite una efectiva vigilancia entre América del Sur y África”, advierte.

Liendo, que se ha desempeñado como Oficial de Enlace ante el Comando Sur de los Estados Unidos y fue miembro del equipo de analistas internacionales en asuntos de seguridad para América Latina y el Caribe, considera que la actitud británica sobre las Islas Malvinas debe ser un “llamado de atención” para los países de Latinoamérica y su necesidad de tender lazos para una integración regional.

“América Latina vive momentos de serias turbulencias políticas internas. En la región, después de doscientos años de haber roto con la Corona española, no se ha podido consolidar una idea, un grupo de personas que apueste por el valor y la potencia de lo latinoamericano. La turbulencia que existe hoy es producto de la ausencia de un poder regional propio, versus la presencia dominante de la influencia anglosajona a través del liberalismo progresista y neomarxista. ¿Qué significa Malvinas? Malvinas se proyecta en Latinoamérica como un motivo de unión, de una geopolítica local, propia. Malvinas, en términos concretos, es una llamada de atención a los espacios vacíos de poder, es el llamado de atención a Latinoamérica para el desafío que constituye una integración regional. Cada vez que vemos Malvinas debemos vernos en el espejo de como los latinoamericanos, en términos de una comunidad política que tiene un mismo origen, comparten un espacio geográfico, una misma religión, un mismo idioma, una misma cultura, no logra unirse para ser consecuente con el desafío real de la independencia que tenemos hasta hoy, versus la opción de continuar siendo dominados desde las potencias extracontinentales. Es curioso, pero después de dos siglos se repite un nuevo desafío: hace doscientos años era o quedarse con la Corona o abrazar el liberalismo que nos haría supuestamente independientes. La Corona perdió y no fuimos independientes. Hoy, el desafío es si insistimos en nuestra independencia o nos sometemos políticamente al dominio anglosajón o de otra potencia en ascenso”, concluye.

Fuente: gaceta.es

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