Por Nitu Pérez Osuna
Una ola de xenofobia en contra de la migración venezolana recorre Iberoamérica. Esta campaña de odio no parece ser espontánea, sino diseñada, orquestada y dirigida por el régimen venezolano y sus aliados del Foro de São Paulo.
La misma tiene varios objetivos: primero, encubir la responsabilidad de Maduro por el éxodo de 6 millones de ciudadanos que huyen del país por la profunda crisis humanitaria que atraviesan. Y es que cada venezolano en el exterior, constituye un testimonio poderoso sobre el fracaso de las políticas aplicadas por el régimen chavista en cuanto a lo económico, social, educativo, sanitario y en materia de seguridad.
Por ello –como segundo objetivo–, pretende neutralizar la opinión de los venezolanos fuera del país, cuya inmensa mayoría es contraria al marxismo impuesto. Y tercero, aterrorizar a quienes tienen planeado huir de Venezuela, para que, viendo el maltrato a sus compatriotas en el exterior, se abstengan de migrar.
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El caso más emblemático de xenofobia es el ejecutado por el gobierno de Trinidad y Tobago –aliado de Nicolás Maduro–, el cual ha actuado de manera escandalosa en contra de la migración venezolana. En noviembre pasado, por ejemplo, fueron devueltos al mar 29 venezolanos –16 niños incluidos– que habían sido detenidos en las costas de Chatham Beach al tratar de ingresar a Trinidad, huyendo de la miseria en Venezuela.
Otro gobierno que ha acosado a los venezolanos es el de México, cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, forma parte del Foro de São Paulo. Los ciudadanos venezolanos que viajan a México vía aérea han denunciado que cuando llegaban a distintos aeropuertos en el país, en especial los de Cancún y Ciudad de México, eran maltratados por personal del Instituto Nacional de Migración.
En Perú, el pasado 20 de febrero, se llevó a cabo una marcha en la capital, Lima, en la cual se desarrollaron acciones violentas y discursos xenófobos, mientras se pedía la expulsión de los migrantes y refugiados venezolanos.
Uno de los puntales de la campaña en contra de los venezolanos ha sido el animador de televisión Ricardo Belmont, quien fue candidato del Partido Perú Libertario, organización que forma parte del Foro de São Paulo, pero no es el único, Daniel Urresti, ex militar que se desempeñó como ministro durante la presidencia de Ollanta Humala, es otro peruano promotor de la xenofobia contra los venezolanos. Es importante recordar que la tolda de Humala, el Partido Nacionalista del Perú, también forma parte del Foro de São Paulo. ().
El suceso que generó mayor indignación entre la colectividad de migrantes en Perú, fue el asesinato del venezolano Orlando Abreu, de 27 años de edad, quien laboraba en un mercado de la provincia de Trujillo cuando Óscar Navarro, alias “Cara cortada”, propinó varios disparos a Abreu por haberse rehusado a pagar una cuota o vacuna por su puesto de trabajo. El suceso fue captado por las camaras de seguridad del establecimiento y subido a las redes sociales.
Un mes más tarde, otro candidato, Daniel Salaverry, del partido Somos Perú se unía a la ola xenofóbica contra los venezolanos, “los vamos a sacar a todos”, expresó. El pasado jueves 11 de marzo, el candidato Salaverry fue increpado por un venezolano quien le reclamó, en plena calle, por sus declaraciones xenófobas. El encuentro fue grabado y se hizo viral en las redes sociales.
Por su parte, la candidata del partido izquierdista, Juntos por el Perú, Verónika Mendoza, integrante del Grupo de Puebla, también incentiva el odio en contra de los venezolanos como estrategia para ganar votos, con miras a las próximas elecciones presidenciales en ese país.
La ola se extiende. En Panamá, es la diputada oficialista del Partido Revolucionario Democrático, Zulay Rodríguez, quien dirige la campaña de odio en contra de los venezolanos. La asambleista afirma que los venezolanos –o venecos como los llama despectivamente– deben regresar a su país, donde Maduro –según ella– los “espera con los brazos abiertos”. El PRD casualmente, también forma parte del Foro de São Paulo.
Pasando a Colombia, la alcaldesa izquierdista de Bogotá Claudia López, cuyo partido también pertenece al Foro de São Paulo, es quien dirige la campaña de xenofobia contra los migrantes venezolanos.
La burgomaestre mantiene la táctica de señalar a los venezolanos como los responsables de actos violentos, pese que las cifras oficiales echan por tierra sus argumentos. El director de Migración de ese país, Juan Francisco Espinosa, detalló que “de los casi 100 mil privados de libertad en Colombia, 2 mil 700 son extranjeros, de estos, 1500 son venezolanos lo que corresponde al 1,5 % de los condenados, pero apenas representan el 0,083 % de los venezolanos radicados en el país”.
Lucía Ramírez Bolívar, coordinadora de investigación sobre migración del Centro de Justicia en Colombia, expresó la importancia de “recordar que la nacionalidad no condiciona los actos de una persona. Los mismos actos ocurridos pueden ser cometidos por personas de cualquier nacionalidad. Al utilizar la nacionalidad para caracterizar ese comportamiento se genera rechazo de la comunidad en general”. Ciertamente, tras las declaraciones de la Alcaldesa López, los mensajes xenofóbicos en redes contra venezolanos aumentaron 576%, según reseña una nota del canal colombiano NTN24.
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En clara respuesta a Claudia López, el presidente colombiano Iván Duque pidió el pasado viernes 12 de marzo, no avivar la xenofobia hacia los venezolanos con “discursos populistas, facilistas y demagógicos”.
Luego de observar el comportamiento de la izquierda iberoamericana respecto a la migración venezolana, el líder histórico venezolano, Enrique Aristeguieta Gramcko, escribió en su cuenta de Twitter: “Una cosa es cierta: Está comprobado que el Foro de São Paulo está detrás de la campaña contra los venezolanos en todo el Continente. Son sus partidos miembros quienes en todas partes lo hacen”.
El régimen venezolano, hipócritamente, emite comunicados rechazando la xenofobia en contra de los venezolanos, pero no dice que son justamente sus aliados en la región quienes dirigen la campaña en contra de los migrantes. Tal es la crueldad de Maduro, que no solo golpea a la gente en su propio territorio, sino que ahora, también los apalea en el exterior, mientras él y sus colaboradores viven una vida de reyes, con los fondos millonarios sustraidos a la nación durante 22 años de revolución.
Fuente: gaceta.es