A pesar de que los gobiernos de la Capital Federal y las distintas provincias han establecido el uso obligatorio del tapabocas o mascarillas en diversas situaciones e incluso se ha impuesto esta obligación a los niños de edad escolar al asistir a la escuela a partir de los seis años de edad, ahora el Ministerio de Salud de la Nación aclaró que desde esa cartera solo han emitido recomendaciones sobre la utilización de este tipo de elementos, que no revisten carácter obligatorio.
Tal afirmación quedó documentada en la respuesta que brindó el Ministerio de Salud a un pedido de informes que, tal como adelantó La Prensa en febrero último, fue presentado por la abogada Elizabeth Márquez junto a otros 33 colegas y ciudadanos de distintos puntos del país que integran el colectivo “Amparazo nacional”.
En concreto, ante el punto 4 del pedido de informes que plantea: “Indique si considera que la imposición del uso del barbijo y/o similares (tapabocas, mascarillas, cubrebocas, etc) debe ser indicada y/o supervisada por un médico”, la cartera sanitaria responde: “(…) También resulta importante aclarar que la recomendación del uso de barbijo o cualquier elemento similar para tapar nariz y boca no significa ninguna imposición ni reviste apercibimiento si no se realizase tal como puede verse en el decreto 260/2020 en cuyo artículo 2 se faculta al MINISTERIO DE SALUD, como autoridad de aplicación, y en el marco de la emergencia declarada, a disponer las recomendaciones y medidas a adoptar respecto de la situación epidemiológica, a fin de mitigar el impacto sanitario”.
En opinión de Márquez, dicha respuesta plantea un “problema jurisdiccional”, ya que mientras “el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Salud, expresa que nunca dijeron que el uso de barbijo debía ser obligatorio, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires sí han dispuesto la obligatoriedad de su uso mediante distintos decretos”.
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EN NIÑOS
Pero, según subrayó la letrada, aún más grave resulta el hecho de que en el mismo documento la cartera sanitaria admite que “a la fecha no se han desarrollado estudios en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación sobre la seguridad del uso de barbijo en menores de edad”.
“Aceptan esto cuando en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires todos los chicos están yendo con barbijo a la escuela”, se lamentó Márquez. Es decir que a nivel nacional no se realizó estudio alguno acerca de la seguridad del uso de este implemento, sino que se limitan a citar estudios realizados en el extranjero.
Esta situación contradice los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en el documento anexo “Advice on the use of masks for children in the community in the context of COVID-19” (Recomendación sobre el uso de mascarillas para niños en la comunidad en el contexto del covid-19), con fecha 21 de agosto de 2020, establece que: “Si las autoridades deciden recomendar el uso de mascarillas en niños, se debe recolectar información clave de manera regular para acompañar y monitorear dicha intervención”. Asimismo, la guía de la OMS indica que “el monitoreo y evaluación deben establecerse desde el principio y deben incluir indicadores que midan el impacto en la salud del niño, incluida la salud mental; reducción de la transmisión del SARS-CoV-2; motivadores y barreras para el uso de mascarillas; y efectos secundarios en el desarrollo del niño, el aprendizaje, la asistencia a la escuela, la capacidad para expresarse o acceder a la escuela; e impacto en los niños con retrasos en el desarrollo, problemas de salud, discapacidades u otras vulnerabilidades”.
EVASIVAS
Asimismo, en muchos casos, ante las preguntas planteadas en el pedido de informes presentado por los abogados y ciudadanos, el Ministerio responde con evasivas. Por ejemplo, cuando se le solicita que “Indique por qué motivo en el año 2009/10 tanto las autoridades de la ANMAT como la OMS desaconsejaban el uso masivo de barbijos y hoy mantienen una postura radicalmente opuesta” , la cartera sanitaria nacional se limita a afirmar: “No corresponde a las competencias de este nivel expresarse sobre lo consultado”.
La misma respuesta se obtuvo cuando se le pide que “Explique e indique con respuestas basadas en criterios científicos avalados por estudios serios y concluyentes, por qué si la ANMAT se expresó en forma negativa en la publicación n°40 de julio de 2009 actualmente se contraría tales opiniones”.
Tampoco considera de su competencia y sugiere consultar a la ANMAT sobre el punto 2 que plantea: “Explique qué ocurre con el barbijo y otros elementos similares cuando se humedecen; si tal circunstancia no es propicia para transmitir el virus y/o si el barbijo, cuando se moja, mantiene al virus durante más tiempo y puede convertirse, a través de esa vía, en una superficie contaminante durante más tiempo”.
BARBIJOS/TAPABOCAS CASEROS
Por otra parte, si bien buena parte de la población ha adoptado el uso de tapabocas o barbijos “caseros”, confeccionados en tela, el Ministerio de Salud también reconoce en su respuesta que mientras “según las recomendaciones nacionales sobre utilización del equipo de protección personal (EPP), el uso del barbijo con filtro de partículas N95 debe ser individual (no se comparten) y pueden ser reutilizados hasta 15 días en jornadas de trabajo menores a 7 horas diarias o hasta 7 días en jornadas mayores a 7 horas diarias. Y para el barbijo común o quirúrgico se recomienda su utilización 1 sola vez y el posterior descarte, a la fecha, no hay recomendación sobre la duración de los tapa nariz-boca de elaboración casera pero sí sobre su correcta forma de higiene y guardado”.
“Sobre los barbijos que usamos los ciudadanos de a pie, no se sabe nada: ni cuántas horas se pueden utilizar, de qué materiales conviene hacerlos, ni qué grado de protección brindan… al final nos están obligando a usar algo que no está estudiado”, enfatizó Márquez.
“Si el Ministerio que regula todo lo que tiene que ver con la Salud Pública y fue el que decretó el estado de emergencia sanitaria, me está diciendo que no sabe cuáles son las consecuencias del uso de barbijos o tapabocas, no sabe cómo deben utilizarse los tapabocas caseros, dice que no estudió el impacto de su utilización en menores, entonces qué grado de responsabilidad tienen los ministerios y los gobiernos locales al imponer estas reglas cuando el mismo Ministerio de Salud dice que no tiene los datos científicos para garantizar su uso. Es algo muy delicado”, reiteró la abogada, quien anticipó que ahora remitirán la respuesta de la cartera sanitaria a los diversos organismos locales, consultándoles en qué se basaron para hacer obligatorio algo que el Ministerio de Salud de la Nación tan solo recomendó. “El problema es la legitimidad de las normas que establecen el uso obligatorio del barbijo desde el punto de vista científico”, concluyó.
Fuente: La Prensa