A fines del mes de enero ha tenido lugar el encuentro anual que las élites globalistas celebran en la localidad suiza de Davos. Unas reuniones convocadas, al menos formalmente, por Klaus Schwab, fundador del Fondo Económico Mundial.
Tras la de este año, se ha anunciado en la web de al organización que los planes previstos para la Agenda 2030 se acelerarán ya que la situación de pandemia mundial así lo permite. Se dice textualmente:
“Un aspecto positivo de la pandemia es que nos ha enseñado que podemos introducir cambios radicales en nuestro estilo de vida con gran rapidez. Los ciudadanos han demostrado con creces que están dispuestos a hacer sacrificios por el bien de la atención sanitaria y otros trabajadores esenciales y grupos de población vulnerables, como los ancianos. Es evidente que existe una voluntad de construir una sociedad mejor y debemos aprovecharla para garantizar el Gran Reinicio que necesitamos con tanta urgencia“.
Según Schwab, la urgencia, además de la pandemia, procede de la emergencia climática.
Agenda 2030 e intromisión en la vida privada de las personas
Hasta hace poco tiempo, ni los gobiernos, ni los Estados, ni los organismos internacionales, ni los poderes privados se atrevían a plantear un programa que supusiese la intromisión en la vida privada de las personas. Pero esto ha cambiado en las últimas décadas, y el proceso se está acelerando: en Davos, acordes a los objetivos de la Agenda 2030, nos dicen cómo viajaremos y qué comeremos en los próximos años.
En primer lugar, olvídese de viajar en avión. Para usted, eso formará parte del pasado; solo si pertenece a a la élite o bien si es usted un alto ejecutivo y se lo paga su empresa, pisará un aeropuerto. Como ha dicho Davos, “a partir de 2021, la forma de viajar de las clases medias debe cambiar rotundamente”. En lugar del viajar por el aire, lo hará por ferrocarril; según Bill Gates, «los viajes en avión se van a reducir a más de la mitad en estos próximos años. Los aviones contaminan mucho». Las clases medias volverán al coche-cama, ya que, en palabras del Foro del señor Schwab, “es maravilloso hacer viajes en trenes nocturnos”.
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La contaminación será la excusa que permita que solo los millonarios puedan tomar un avión. La población, adoctrinada en la adoración del medio ambiente, se ha acostumbrado a profesar con unción religiosa el dogma del cambio climático.
También anuncian que dejaremos de comer carne en 2030, y por las mismas razones ambientales. El precio de la que se produzca será prohibitivo para la población general, y solo los muy ricos podrán consumirla. La generación de un ambiente favorable al animalismo y la extensión del veganismo han ido preparando el terreno durante años.
Para Davos y la Agenda 2030, el modelo es China: serán las grandes multinacionales y las multimillonarias fundaciones las que determinen las políticas mundiales, a las que los estados pasarán a servir como brazo ejecutor.
Las tecnológicas impondrán sus condiciones, controlando de este modo la libertad de expresión, para prestar un servicio del ya que nadie podrá prescindir. Las elecciones se seguirán celebrando, pero nada se decidirá en ellas; serán los conocidos filántropos y los ejecutivos de la redes sociales los que tomen las decisiones por nosotros. Y lo harán siempre por nuestro bien.
Fuente: Rebelión en la Granja