Por Rafael Valera

Una exclusiva de The Epoch Times revela que funcionarios de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entregaron nombres de disidentes chinos al régimen comunista de Xi Jinping previo a que los activistas dieran testimonio y prueba en Ginebra de los abusos sistemáticos del Partido Comunista.

Oficiales del régimen chino, según reportó Epoch Times, utilizaron los nombres entregados por la ONU para mantener a los disidentes en suelo chino y detenerlos. Un disidente identificado por la ONU, Cao Shunli, fue detenido por el Partido Comunista de China antes de viajar a Ginebra y murió en manos del régimen.

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Los críticos del régimen delatados por funcionarios de las Naciones Unidas (que según la Organización, defiende los derechos humanos) incluyeron activistas preocupados por el Tíbet, Hong Kong y la minoría islámica uigur en el oeste de China.

El Epoch Times comenta en sus líneas que, según Emma Reilly (quien también denuncia esta actividad de la ONU), cuando un disidente va al exterior a hablar de la letal realidad dentro del país, el modus operandi del Partido Comunista frecuentemente es amenazar al opositor o secuestrar y torturar a su familia.

En la exclusiva, Epoch Times revela que delatar a disidentes chinos y entregar su información es considerada una «práctica habitual» por los funcionarios de la ONU.

Reilly describió esta táctica de la Organización como «criminal» e incluso argumentó que la convirtió en «cómplice del genocidio», de acuerdo con sus comentarios concedidos al Times. Por años las Organización de las Naciones Unidas negó tales acciones, pero gracias a correos electrónicos obtenidos por el equipo de Epoch Times, las denuncias de Emma Reilly han sido finalmente comprobadas.

¿Qué dicen los correos de la ONU?

Uno de los correos electrónicos del 7 de septiembre de 2012, enviado por un diplomático de la Misión del Partido Comunista, solicitaba información sobre los disidentes chinos que testificarán en el Consejo de Derechos Humanos.

«Siguiendo la práctica habitual, ¿podría ayudarme [sic] a comprobar si las personas de la lista adjunta solicitan la acreditación de la 21ª sesión del CDH?» preguntó el diplomático chino en un correo electrónico a un enlace de la ONU con organizaciones no gubernamentales.

«Mi delegación tiene cierta preocupación por la seguridad [sic] sobre estas personas», manifestó falsamente el diplomático. El funcionario de la ONU, cuyo nombre que no fue desclasificado, respondió que los disidentes chinos estaban con asistencia confirmada a Ginebra.

El funcionario de la ONU respondió revelando —sin ningún tipo de preocupación por su seguridad— los nombres de Dolkun Isa y He Geng (miembros del Partido Radical No Violento, Transnacional y Transpartido) como asistentes a la vigesimoprimera sesión del Consejo de Derechos Humanos.

Dolkun Isa es el presidente del Congreso Mundial Uigur, que aboga en nombre de la población uigur de la región de Xinjiang en el oeste de China. En El American hemos reportado cómo los oficiales del régimen chino violan sistemáticamente a las mujeres uigures en los campos de concentración donde se mantienen cautivas.

Geng He, la disidente delatada por la organización que más habla de los derechos humanos en el mundo, es la esposa del abogado de derechos humanos chino encarcelado Gao Zhisheng, autor de un libro sobre la severa tortura a la que fue sometido por Xi Jinping a causa de sus creencias cristianas.

El régimen comunista de China lleva a cabo desde hace mucho tiempo, una cruzada anti-cristiana donde obligan a las iglesias a erguir y desplegar propaganda estatal por todas las áreas, convirtiendo los lugares en centros de adoración al líder Xi Jinping y al Partido Comunista.

En otro correo electrónico, esta vez de 2013, el mismo funcionario chino que buscaba cooperación de la ONU hace su intención más explícita y realiza una petición reveladora y directa.

«Necesito que me hagas un favor de nuevo», afirmó el funcionario del régimen. «Algunos secesionistas contrarios al gobierno chino están tratando de participar en la sesión del CDH [sic] disfrazados de otras ONG», mintió el comunista. Agregó que los disidentes podrían representar una amenaza para las Naciones Unidas y la delegación del régimen que tiene millones de inocentes en campos de concentración.

«¿Podría verificar e informarme si las personas que enumero a continuación tienen acreditación para la 22ª sesión [sic] del Consejo de Derechos Humanos?» preguntó el diplomático. Posterior a ello, dejó un número para comunicarse con el funcionario de la ONU, quien confirmó a Dolkun Isa como uno de los asistentes, reportó el Epoch Times.

¿Qué dice la ONU?

«Esta es una práctica espantosa, pero si la ONU lo va a hacer, al menos deben asegurarse de que sea pública para que la gente sepa el peligro en el que correrán», dijo al Epoch Times Emma Rilley, quien es miembro del personal de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Rilley comentó al medio en una videoconferencia: «esta es la decencia básica y los estándares básicos de humanidad; no pongas en secreto a estas personas en peligro».

El Epoch Times reportó que el jefe de la rama del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Eric Tistounet, justificó el acto de delatar a los disidentes diciendo que «la lista de nombres era pública y que, por lo tanto, no se podía oponer resistencia a las solicitudes» del régimen chino. Tistounet, según The Epoch Times, sugirió actuar lo más rápido posible para evitar «exacerbar la desconfianza china».

Pero para 2017, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos admitió que confirmaban a los gobiernos las identidades de las personas acreditadas para asistir a los eventos.

Rilley, además, comentó que los altos funcionarios de la ONU engañaron por años a los medios y a los Estados miembros sobre la supuesta inexistencia de esta complicidad.

«Las autoridades chinas preguntan regularmente a la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, varios días o semanas antes de las reuniones del Consejo de Derechos Humanos, si algún delegado [de organizaciones no gubernamentales] en particular asistirá a la próxima sesión», se lee en el press release.

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El constante acoso a los disidentes chinos, comenta Rilley, se trató de saber si estas personas causarían problemas a los diplomáticos chinos en la ONU.

Documentos obtenidos por el Epoch Times, revelan que altos funcionarios de la ONU han intentado silenciar y sabotear la labor que lleva a cabo Rilley para mostrar al mundo la complicidad que la organización tiene con el Partido Comunista de China.

Fuente: elamerican.com

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