El vicepresidente senior de Política, Economía y Asuntos Regulatorios del Instituto Americano del Petróleo (API, por la sigla en inglés), Frank Macchiarola, sostiene que si el presidente Biden prohíbe la explotación de petróleo y gas en terrenos federales podría frustrar hasta un millón de empleos.
“Los primeros días deberían preocupar a todos los estadounidenses porque la administración está tomando claramente medidas que van a dañar la economía y costar puestos de trabajo a los estadounidenses”, destacó Macchiarola a Breitbart el 24 de enero.
Para Macchiarola, Biden esboza en los primeros días de su gobierno el rumbo que probablemente seguirá durante su mandato y dadas las circunstancias debería aprovechar las grandes fortalezas energéticas obtenidas por el expresidente Donald Trump.
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“El presidente tiene que tomar una decisión: puede mantener el liderazgo de Estados Unidos y mantener y apoyar nuestra recuperación económica con energía estadounidense o puede seguir políticas que destruyan puestos de trabajo y al mismo tiempo aumenten las importaciones de energía”, afirmó además.
Por lo visto en los primeros días Biden está tomando la alternativa que resulta nefasta para el empleo de los estadounidenses..
Como se informó oportunamente, la prohibición de Biden del oleoducto Keystone XL destruirá 11.000 empleos directos y hasta 60.000 indirectos, además de todo el perjuicio que ocasiona en Canadá.
Si sigue la misma táctica y prohíbe también la utilización de los recursos federales para el desarrollo del sector energético, en especial la explotación del petróleo y del gas, las consecuencias serían enormes.
“Si se prohíbe totalmente el desarrollo en tierras federales, se puede apostar que el impacto podría ser de hasta un millón de puestos de trabajo en Estados Unidos”, calculó Macchiarola, agregando que también se dejarían de generar hasta 2.000 millones de dólares en salarios.
En un contexto más amplio Biden podría poner en peligro la independencia energética de Estados Unidos, recuperada por Trump en tan solo cuatro años, algo que no se veia desde 1958.
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“Por primera vez en 2019 en 67 años [Estados Unidos] se convirtió en un exportador neto de energía en lugar de un importador neto”, señaló. “Eso es un gran negocio. Y abandonar el arrendamiento federal va en otra dirección”, reiteró.
Este éxito en el sector energético fortaleció la totalidad de la economía del país, y benefició a todos, no solo a los empresarios como tratan de hacer creer los progresistas.
“El aumento impulsado por la innovación en la producción y las exportaciones ha hecho que la economía estadounidense sea más resistente a los picos de precios mundiales”, informó el Consejo de Asesores Económicos (CEA) de la Casa Blanca en el 2020.
Por otro lado, el tan esperado proyecto de los demócratas sobre aumentar el valor de la hora de trabajo a 15 dólares muestra un panorama aún más oscuro para los trabajadores estadounidenses.
“REPORTAJE: La propuesta de Joe Biden de aumentar el salario mínimo nacional a 15 dólares podría “matar 3,7 millones de empleos”, tuiteó el autor y presentador Sean Hannity en su cuenta de Twitter.