Por Álvaro Colombres Garmendia
El 15 de enero de 2021 el presidente Donald Trump emitió una proclamación por el Día de la Libertad Religiosa y resaltó su importancia como un valor fundador de los Estados Unidos. Asimismo, destacó su compromiso por expandir este derecho alrededor del mundo como también los logros de la administración en el ámbito religioso.
“La fe inspira esperanza. Profundamente arraigada en el corazón y el alma de nuestra nación, esta verdad trascendente ha impulsado a hombres y mujeres de conciencia inquebrantable a dar gloria a Dios”, escribió Trump.
El presidente recordó que 400 años atrás, los peregrinos arribaron a las costas de América huyendo de la tiranía de sus gobiernos y en busca de un lugar donde profesar su fe libremente. Esta idea fundamentalmente dio forma y fundó los cimientos de lo que luego sería Estados Unidos de América y todo quedó plasmado en la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos.
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“Desde el primer día, hemos tomado medidas para restaurar el vínculo fundacional entre la fe y la libertad y promover una cultura de libertad religiosa”, afirmó el presidente.
Trump enumeró algunas de las órdenes ejecutivas que emitió durante su gestión por ejemplo para evitar que fuercen a personal médico y aquellos dedicados a cuidar de personas mayores con incapacidades o postrados, a realizar eutanasia o muertes planificadas.
Del mismo modo, Trump implementó el derecho de objeción de conciencia para que el personal médico pueda negarse a realizar abortos o procedimientos que vayan en contra de sus creencias.
“También hemos defendido agresivamente a las comunidades religiosas contra el exceso de la intromisión de los gobiernos estatales y locales que han tratado de cerrar los lugares de adoración”, escribió Trump.
El presidente también fue el primero en asistir a la Marcha por la Vida en 2019 donde dio un discurso defendiendo el derecho de los niños por nacer y lo sagrado de cada vida.
“Como presidente siempre defenderé el primer derecho en nuestra Declaración de Independencia, el derecho a la vida”, aseguró Trump. “Juntos trabajaremos para salvar las vidas de niños nonatos para que puedan tener la oportunidad de vivir y amar. Cada niño es un regalo de Dios”.
La visión del presidente sobre la libertad religiosa excede fronteras.
En 2019 recibió en la Casa Blanca a unas 16 personas sobrevivientes de la persecución religiosa de diferentes partes del mundo, incluyendo judíos, musulmanes, cristianos y practicantes de Falun Dafa, reconociendo su valor por haber soportado dolor para mantener su fe en Dios.
“Hoy en día están con nosotros hombres y mujeres de muchas tradiciones religiosas diferentes de muchos países diferentes. Pero lo que tienen en común es que cada uno de ustedes ha sufrido tremendamente por su fe”, afirmó el presidente.
El mismo año, Trump habló frente a la Asamblea de Naciones Unidas donde valientemente denunció a regímenes dictatoriales por sus represiones a las personas de fe entre los cuales señaló a China, Irán, Venezuela y Nicaragua.
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“Nuestra nación fue fundada sobre la idea de que nuestros derechos no vienen del gobierno, sino de Dios”, dijo Trump. “Lamentablemente, la libertad que se disfruta en América es rara en el mundo”.
“Hoy, con una voz clara, EE. UU. llama a las naciones del mundo a poner fin a la persecución religiosa”, demandó el presidente estadounidense.
Las medidas tomadas por la Administración Trump dicen más que sus palabras.
En su guerra contra el Partido Comunista Chino, uno de los regímenes más inhumanos de nuestra historia moderna, Trump ha diezmado significativamente la habilidad del régimen de mentir abiertamente a la comunidad internacional y muchos otros líderes se han sumado a su llamado.
Las sanciones impuestas sobre funcionarios y empresas chinas involucradas en violaciones a los derechos humanos han ejercido una presión tremenda sobre el régimen chino que hoy en día lucha por su supervivencia.