Por Gabriela Moreno

Si hay algo que quiere dejar Donald Trump claro como presidente de Estados Unidos es que no está dispuesto a que naciones adversas a sus políticas de seguridad, economía y salud se beneficien de los avances tecnológicos del país.

Bajo esa premisa emitió nuevas sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro, Cuba, China, Rusia, Corea del Norte, Siria e Irán que les impedirán suscribir negocios con empresas o servicios de tecnología para sus fines desestabilizadores.

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La medida es una orden del Departamento en Comercio. En un comunicado de la dependencia, su secretario, Wilbur Ross, afirma que las sanciones implementadas por Washington buscan más controles a las tecnologías y otras actividades desarrolladas por particulares.

Protocolos endurecidos

Los protocolos comerciales se endurecerán para prevenir que estadounidenses apoyen determinados servicios de inteligencia militar extranjeros mediante la intermediación en la venta de artículos de origen extranjero o la prestación de servicios de mantenimiento, reparación o revisión, apunta el comunicado.

También se prevé la revisión de las licencias para exportaciones, reexportaciones y transferencias (en el país) para usos finales de inteligencia militar y usuarios finales en China, Rusia y Venezuela. Estos controles también se aplicarán a los países que apoyan a terroristas y están sujetos a embargo.

La primera vez que se aprobó una medida similar fue en 2019 y para entonces, miembros del Congreso dijeron que la directriz del presidente Trump estaba dirigida directamente a compañías chinas, como Huawei Technologies Co y ZTE Corp pero ahora se ampliaron a seis países más, recuerda VOA.

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Con estas nuevas instrucciones comerciales Trump está “asegurando la Cadena de Suministro de Servicios y Tecnología de Información y Comunicaciones (ICTS)”, subrayó el secretario del Departamento de Comercio, Wilbur Ross.

Las restricciones garantizarán “la resistencia y la confianza” en cada eslabón en “un momento crucial en los esfuerzos de esta administración para poner a Estados Unidos primero y responsabilizar a los malos actores”.

La sanciones de Trump persiguen el resguardo de los datos personales de los ciudadanos ante vulnerabilidades que socavarían la confidencialidad, integridad y disponibilidad de su información personal o datos confidenciales.

El mandatario republicano está enfocado en reprimir a las organizaciones militares y de inteligencia extranjera de los “adversarios” de la Casa Blanca que “apoyan el terrorismo, se beneficien de la tecnología de Estados Unidos o sus servicios para sus actividades desestabilizadoras”.

Los pasos en esta dirección son firmes. El Departamento de Estado el año pasado endureció, por ejemplo, las restricciones a Huawei Technologies Co prohibiéndole el acceso a procesadores para proteger la infraestructura de tecnología 5G «de la influencia maligna de Beijing», reseña VOA.

Para Trump la empresa China espía, roba tecnología, conspira y comete fraude electrónico, fraude bancario, extorsión. “No queremos su equipo en Estados Unidos porque nos espían y cualquier país que lo utilice, no haremos nada en cuestión de compartir inteligencia”, señaló el presidente.

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Aunque Huawei niega las acusaciones. Un ejecutivo reveló que la compañía se estaba quedando sin microprocesadores para fabricar smartphones debido a las sanciones.

Con la normativa se sumaron 38 filiales de Huawei en 21 países a la lista de Estados Unidos de entidades a las cuales se les prohibió recibir tecnologías sensibles, elevando el total de filiales a 152 desde que Huawei fue incluida en mayo de 2019.

Ley de emergencia como aval

Invocando a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que le otorga al presidente la autoridad para regular el comercio en respuesta a una emergencia que amenace a Estados Unidos, Trump ha establecido las restricciones.

Y con este marco legal aprobó una extensión de un año del decreto que prohíbe a las compañías estadounidenses usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas consideradas «una amenaza».

«La adquisición o uso irrestricto en EE. UU. de tecnología o servicios de información y comunicación diseñados, desarrollados, fabricados o suministrados por entidades que son propiedad de, controlados por o sujetos a la jurisdicción o dirección de adversarios extranjeros, aumenta la capacidad de estos adversarios extranjeros para crear y explotar vulnerabilidades en tecnología o servicios de información y comunicaciones, con efectos potencialmente catastróficos», señaló la Casa Blanca indicó VOA.

Fuente: Panam Post

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