Biden prometió Taiwán al régimen chino, pero la Casa Blanca sigue trabajando con el Presidente Donald J. Trump. El pueblo de Taiwán ahora está protegido por Dios, gracias a que proclamó un intrépido y contundente NO al comunismo en su elección presidencia
Traducido de state.gov por TierraPura.org
En un comunicado de prensa el Secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, declaró, que no habrá ningún tipo de restricción en la relación con Taiwán:
Taiwán es una democracia vibrante y un socio confiable de Estados Unidos y, sin embargo, durante varias décadas, el Departamento de Estado ha creado complejas restricciones internas para regular las interacciones de nuestros diplomáticos, miembros del servicio y otros funcionarios con sus contrapartes taiwanesas. El gobierno de Estados Unidos tomó estas acciones de manera unilateral, en un intento de apaciguar al régimen comunista en Beijing. No más.
Hoy anuncio que estoy levantando todas estas restricciones auto-impuestas. Los organismos del poder ejecutivo deben considerar nulas todas las “directrices de contacto” relativas a las relaciones con Taiwán emitidas anteriormente por el Departamento de Estado en virtud de las autoridades delegadas en el Secretario de Estado.
Además, por la presente quedan anuladas todas y cada una de las secciones del Manual de Relaciones Exteriores o del Manual de Asuntos Exteriores que transmiten autoridades o que pretenden regular de otro modo la relación del poder ejecutivo con Taiwán a través de cualquier entidad que no sea el Instituto Americano en Taiwán (AIT). Las relaciones del poder ejecutivo con Taiwán serán gestionadas por el AIT sin fines de lucro, como se estipula en la Ley de relaciones con Taiwán.
El gobierno de los Estados Unidos mantiene relaciones con socios no oficiales en todo el mundo, y Taiwán no es una excepción. Nuestras dos democracias comparten valores comunes de libertad individual, el estado de derecho y el respeto a la dignidad humana. La declaración de hoy reconoce que la relación entre EE.UU. y Taiwán no necesita, y no debe, ser encadenada por restricciones auto-impuestas de nuestra burocracia permanente.