Por Andrés Vacca

La Fundación de Intercambio China-Estados Unidos (CUSEF por sus siglas en inglés), una organización financiada por el régimen comunista chino, ha comenzado hace algunos años una campaña dentro de los Estado Unidos con el objetivo de penetrar en el sistema educativo escolar a fin de poder influir en los materiales y planes de estudio, buscando imponer su propaganda comunista en diversos aspectos de la educación primaria y secundaria. 

La Fundación de Intercambio China-Estados Unidos (CUSEF) fue fundada por el Vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC), un órgano asesor del Partido Comunista Chino (PCCh). En pocas palabras, los lazos del CUSEF están estrechamente ligados al PCCh.

En un detallado informe elaborado por el gobierno de los Estados Unidos, la misión del CUSEF es “cooptar y neutralizar las fuentes de posible oposición a las políticas y la autoridad de su gobernante Partido Comunista Chino” y empujar a los occidentales a “tomar medidas o adoptar posiciones que apoyen las políticas preferidas de Beijing”.

Tal objetivo se busca alcanzar interviniendo en la educación temprana de nuestros niños y jóvenes estadounidenses, rompiendo con estructuras básicas de educación e imponiendo nuevas narrativas amigables hacia los valores perversos del Partido Comunista Chino, revisionismos históricos con tendencias izquierdistas y fomentando el desprecio hacia las instituciones y culturas tradicionales y espirituales. 

Según informó la revista The National Pulse, la organización CUSEF ha implementado muchos esfuerzos para lograr una cobertura favorable de su accionar por parte de los medios de comunicación occidentales más importantes así como con representantes del Congreso. Los esfuerzos incluyeron grandes cenas privadas e importantes viajes a periodistas y políticos. 

Uno de los puntos donde CUSEF se sabe que ha intentado intervenir fuertemente, es el asunto del Tíbet que ha sido ocupado por las fuerzas represivas del PCCh por más de 70 años, asesinando y persiguiendo a millones de personas. 

La CUSEF trató de contrarrestar la conocida historia, imponiendo una “contranarrativa sólida y fáctica para defender y promover las acciones de China dentro de la Región Autónoma del Tíbet”. Con este propósito se buscó inventar un relato sobre un supuesto impacto positivo de China en el Tíbet, sin dar espacio a los críticos del régimen para emitir su opinión. 

Desde 2008, CUSEF se ha asociado con Primary Source, una organización estadounidense que ayuda a proporcionar a las escuelas primarias y secundarias “recursos para la consulta específica del plan de estudios”.

El sitio web de Primary Source revela que CUSEF ha estado “proporcionando fondos para nuestros programas en China” desde 2008, así como también patrocinando viajes a China para sus educadores.

La influencia del régimen chino en la educación occidental no termina en la escuela primaria y secundaria. Según datos revelados por el Departamento de Educación de los Estados Unidos, varias universidades reconocidas como Yale y Cornell, ocultaron más de 3 mil millones de dólares en donaciones y fondos extranjeros, de los cuales muchos vinieron de regímenes totalitarios como China.

Como indica el Washington Free Beacon, el estudio liderado por el Proyecto Clerion, una organización sin fines de lucro dedicada a reducir las amenazas de grupos extremistas e individuos que amenazan la seguridad de Estados Unidos, las universidades revelaron de manera inexacta la financiación extranjera al Departamento de Educación

Entre los años 2014 y 2019, se reportaron un total de 11 mil millones en fondos extranjeros. No obstante, datos ofrecidos por Proyect Clerion muestran que la cifra real supera los 14.000 millones de dólares. 

Según el Departamento de Educación, existe una preocupación por los “niveles sin precedentes de acceso a gobiernos, corporaciones y personas extranjeras sin una supervisión adecuada”.

“Estos colegios y universidades solicitan activamente fondos a gobiernos, corporaciones y ciudadanos extranjeros, aunque se sabe que algunos donantes son hostiles a los Estados Unidos y pueden estar buscando proyectar ‘poder blando’,  robar información sensible y patentada, datos de investigación y desarrollo y otra propiedad intelectual, y difundir propaganda en beneficio de gobiernos extranjeros”, según un documento del Departamento de Educación.

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